/ martes 19 de marzo de 2019

Nuestro México


Servicio Profesional de Carrera y Transformación

Los servicios civiles de carrera, servicios profesionales o profesionalización de la función pública como indistintamente se denomina a los modelos a través de los cuales el ingreso, promoción y retiro del servicio público se realiza con base en méritos, ha sido una práctica en el mundo que ha ayudado a que los cambios políticos no afecten la eficiencia administrativa. Ayudan también a que la administración no responda a los intereses políticos y de manejo presupuestal de los gobiernos en turno.

Aunque lo sistemas profesionales no son exclusivos de los regímenes democráticos, son más frecuentes que en los autoritarios. La idea de los sistemas profesionales proviene de la ilusión de que la administración y la política pueden estar separadas. Que la administración debe ser neutral, por tanto un instrumento, es lo técnico y la política se sirve de tal instrumento para sacar adelante políticas y promover valores.

Sin embargo, a lo largo de más de 100 años que se han intentado o establecido sistemas profesionales en distintos países, se ha avanzado en la comprensión de que no es posible separar la política de la administración. La principal razón es que la administración está conformada por organizaciones de individuos que tienen intereses, valores y preferencias, que tratarán de promover en esos espacios. La administración se convierte así en un actor político, con ventajas respecto a otros: cuenta con más información y experiencia.

Si bien la administración no se puede neutralizar, se puede controlar, regular y moderar a través de modelos que establezcan límites al uso político de la administración, y estos modelos son los sistemas profesionales de carrera. En general, los países que cuentan con estos sistemas son democráticos y el funcionamiento de la administración más eficiente, equitativo, garantiza la igualdad de trato a los ciudadanos y reduce la corrupción.

Países como México que por el contrario no cuentan o tienen incipientes servicios civiles de carrera, padecen de mayor ineficiencia, trato desigual para los ciudadanos porque atienden más las lealtades hacia los gobiernos en turno que a las demandas de la sociedad.

La principal dificultad para su establecimiento es que implica una distribución del poder que muchos gobiernos no están dispuestos a realizar. De este modo cada administración hace caer los intentos de servicio profesional como pasa en el gobierno federal desde Enrique Peña, lo que ha hecho prevalecer el sistema de botín: el aparato gubernamental es un botín del que se apropian los que ocupan el poder.

Urge un compromiso político real y generar capacidades para que desde el orden municipal, todos los gobiernos establezcan servicios profesionales de carrera que garanticen la eficiencia, el respeto en el trato a los ciudadanos y reduzcan la corrupción. De otro modo, las transformaciones serán pasajeras.


Servicio Profesional de Carrera y Transformación

Los servicios civiles de carrera, servicios profesionales o profesionalización de la función pública como indistintamente se denomina a los modelos a través de los cuales el ingreso, promoción y retiro del servicio público se realiza con base en méritos, ha sido una práctica en el mundo que ha ayudado a que los cambios políticos no afecten la eficiencia administrativa. Ayudan también a que la administración no responda a los intereses políticos y de manejo presupuestal de los gobiernos en turno.

Aunque lo sistemas profesionales no son exclusivos de los regímenes democráticos, son más frecuentes que en los autoritarios. La idea de los sistemas profesionales proviene de la ilusión de que la administración y la política pueden estar separadas. Que la administración debe ser neutral, por tanto un instrumento, es lo técnico y la política se sirve de tal instrumento para sacar adelante políticas y promover valores.

Sin embargo, a lo largo de más de 100 años que se han intentado o establecido sistemas profesionales en distintos países, se ha avanzado en la comprensión de que no es posible separar la política de la administración. La principal razón es que la administración está conformada por organizaciones de individuos que tienen intereses, valores y preferencias, que tratarán de promover en esos espacios. La administración se convierte así en un actor político, con ventajas respecto a otros: cuenta con más información y experiencia.

Si bien la administración no se puede neutralizar, se puede controlar, regular y moderar a través de modelos que establezcan límites al uso político de la administración, y estos modelos son los sistemas profesionales de carrera. En general, los países que cuentan con estos sistemas son democráticos y el funcionamiento de la administración más eficiente, equitativo, garantiza la igualdad de trato a los ciudadanos y reduce la corrupción.

Países como México que por el contrario no cuentan o tienen incipientes servicios civiles de carrera, padecen de mayor ineficiencia, trato desigual para los ciudadanos porque atienden más las lealtades hacia los gobiernos en turno que a las demandas de la sociedad.

La principal dificultad para su establecimiento es que implica una distribución del poder que muchos gobiernos no están dispuestos a realizar. De este modo cada administración hace caer los intentos de servicio profesional como pasa en el gobierno federal desde Enrique Peña, lo que ha hecho prevalecer el sistema de botín: el aparato gubernamental es un botín del que se apropian los que ocupan el poder.

Urge un compromiso político real y generar capacidades para que desde el orden municipal, todos los gobiernos establezcan servicios profesionales de carrera que garanticen la eficiencia, el respeto en el trato a los ciudadanos y reduzcan la corrupción. De otro modo, las transformaciones serán pasajeras.

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