/ lunes 15 de marzo de 2021

Otra Mirada | El peligro del Abstencionismo electoral 

Sin duda uno de los temas que erosiona la democracia es el abstencionismo. Entendido como la no participación en el acto de votar cuando se tiene derecho de ello.

El abstencionismo es un fenómeno que, si bien se estudia en el campo del derecho electoral en el que incluso se encuentran clasificaciones de este, lo cierto es que impacta de una manera negativa en todo régimen democrático por las graves consecuencias que tiene.

La no participación de la ciudadanía en las elecciones que son el mecanismo que tenemos para la construcción de mayorías para designar a los representantes en el poder, lamentablemente puede llegar a deslegitimar no solo el proceso electoral sino a quienes resultan ganadores de una contienda cuando existe un bajo nivel de participación ciudadana.

En las democracias, la ciudadanía con la emisión de su voto ratifica o retira su apoyo a las fuerzas políticas que contienden. Es a través del sufragio como expresa su confianza e incide en la conducción de la vida pública de su municipio, entidad o país, de acuerdo con el tipo de elección de que se trate.

La no participación puede tener como causas: el desencanto con la democracia como forma de gobierno, la protesta contra el sistema o incluso una apatía que se convierte en auto marginación del régimen democrático.

En todas ellas hay una responsabilidad compartida por actores políticos e instituciones.

La existencia del abstencionismo nos debe llevar a la reflexión de nuestras actuaciones en cada uno de los espacios en los que nos encontramos. Combatirla y lograr que exista una gran participación sin duda es obligación también compartida.

Lo peligroso del abstencionismo es que puede permitir que una minoría se constituya en mayoría y sea quien decida el rumbo de las políticas publicas a través de quienes nos representen, lo cual no es lo mas saludable para una democracia incipiente que ha pasado por décadas de transformación erradicando prácticas autoritarias.

En el Estado de México, el nivel de abstencionismo en la elección de 2015 que es la elección equivalente a 2021 fue del 49.48%.

Otro dato relevante del proceso electoral 2017-2018 es la existencia de 48 municipios que representan el 38.4% en donde se identificó que requieren de atención especial a través de estrategias diferenciadas para fortalecer la participación electoral de sus habitantes.

Actores políticos, organismos electorales e instituciones jurisdiccionales tenemos un gran compromiso que es fomentar a través del mayor número de medios posibles la importancia que tiene votar, ejercer este derecho como parte del involucramiento de la ciudadanía en lo público y como un verdadero contrapeso a la autoridad.

El próximo 06 de junio es importante que toda la ciudadanía mexiquense acuda a las urnas y exprese su voluntad, hay protocolos de salud que garantizan que el acudir a las casillas electorales será seguro y confiable.


¡Participemos!


Sin duda uno de los temas que erosiona la democracia es el abstencionismo. Entendido como la no participación en el acto de votar cuando se tiene derecho de ello.

El abstencionismo es un fenómeno que, si bien se estudia en el campo del derecho electoral en el que incluso se encuentran clasificaciones de este, lo cierto es que impacta de una manera negativa en todo régimen democrático por las graves consecuencias que tiene.

La no participación de la ciudadanía en las elecciones que son el mecanismo que tenemos para la construcción de mayorías para designar a los representantes en el poder, lamentablemente puede llegar a deslegitimar no solo el proceso electoral sino a quienes resultan ganadores de una contienda cuando existe un bajo nivel de participación ciudadana.

En las democracias, la ciudadanía con la emisión de su voto ratifica o retira su apoyo a las fuerzas políticas que contienden. Es a través del sufragio como expresa su confianza e incide en la conducción de la vida pública de su municipio, entidad o país, de acuerdo con el tipo de elección de que se trate.

La no participación puede tener como causas: el desencanto con la democracia como forma de gobierno, la protesta contra el sistema o incluso una apatía que se convierte en auto marginación del régimen democrático.

En todas ellas hay una responsabilidad compartida por actores políticos e instituciones.

La existencia del abstencionismo nos debe llevar a la reflexión de nuestras actuaciones en cada uno de los espacios en los que nos encontramos. Combatirla y lograr que exista una gran participación sin duda es obligación también compartida.

Lo peligroso del abstencionismo es que puede permitir que una minoría se constituya en mayoría y sea quien decida el rumbo de las políticas publicas a través de quienes nos representen, lo cual no es lo mas saludable para una democracia incipiente que ha pasado por décadas de transformación erradicando prácticas autoritarias.

En el Estado de México, el nivel de abstencionismo en la elección de 2015 que es la elección equivalente a 2021 fue del 49.48%.

Otro dato relevante del proceso electoral 2017-2018 es la existencia de 48 municipios que representan el 38.4% en donde se identificó que requieren de atención especial a través de estrategias diferenciadas para fortalecer la participación electoral de sus habitantes.

Actores políticos, organismos electorales e instituciones jurisdiccionales tenemos un gran compromiso que es fomentar a través del mayor número de medios posibles la importancia que tiene votar, ejercer este derecho como parte del involucramiento de la ciudadanía en lo público y como un verdadero contrapeso a la autoridad.

El próximo 06 de junio es importante que toda la ciudadanía mexiquense acuda a las urnas y exprese su voluntad, hay protocolos de salud que garantizan que el acudir a las casillas electorales será seguro y confiable.


¡Participemos!