Estamos en lo más fuerte de esta crisis de salud provocada por el coronavirus. Pandemia que ha asolado brutalmente todas las regiones del orbe. Prácticamente ningún país se ha salvado, en unos ha sido mas cruda la realidad, pero mucho han tenido que ver los gobiernos de cada país. Quienes tomaron con mucha seriedad este grave problema desde que surgió la alerta en Wuhan, China, lograron evitar que los daños fueran mas graves de lo que hoy son.
En los casos donde la autoridad nacional tardó en reaccionar o bien minimizó la crisis de salud que se avecinaba, es donde hoy estamos viendo los peores daños, muchos más contagiados y muertos. En España e Italia muchos de ellos hubieran corrido mejor suerte si los gobiernos hubieran hecho la tarea a tiempo.
Desafortunadamente aún tenemos casos de desatención mucho más graves y ahí está nuestro país que por causa de este gobierno que una y otra vez desdeña la gravedad de la situación de salud pone en riesgo a mas población, así está también, Brasil. Dos gobiernos populistas que desafían a la realidad a costa de muchos enfermos y perdida de vidas.
El colmo es que el presidente Andrés Manuel López Obrador piense y diga que esta crisis de salud le cae como "anillo al dedo" porque podrá confirmar su proyecto de cuarta transformación. Gravísimas declaraciones que dejan ver lo que el gobernante de la nación piensa, pero sobre todo va a hacer.
No le importa la perdida de vidas humanas, no le importa la crisis económica que se va a generar y producirá millones de pobres más, no le importa que las empresas quiebren, no le importa nada mas que consolidarse en el poder a costa de las personas y por encima de quien tenga que pasar.
Si hay más pobres, él es feliz porque los tendrá controlados por medio de sus programas clientelares que tienen como fin generar adeptos, esclavos dependientes de las dadivas de papá gobierno para que cuando lleguen las elecciones se les obligue a votar por quien se les indique.
Ahora el presidente echa mano de cientos de fideicomisos existentes en las arcas federales para destinarlo no a la ayuda de los que sufrirán por esta crisis de salud, ni para comprar medicinas o equipar hospitales. El dinero lo destinara a sus programas clientelares sin reglas de operación, a inyectarle más dinero a sus obras faraónicas del tren maya, la refinería de dos bocas y el aeropuerto de Santa Lucia. Por si ello fuera poco le destinará parte de ese dinero a Pemex que hoy prácticamente es un muerto, al que no le servirá ningún recurso pues este se perderá.
También ha decidido asfixiar a los empresarios, México es el único país que no ha emitido un plan de ayuda fiscal e incentivos para que estos cuiden el empleo y protejan a sus trabajadores. No se trata de que les regalen nada, se trata de que sea el gobierno solidario con ellos, tal cual se les pide a los empresarios sean con sus empleados.
El Presidente no ve la grave realidad que padecemos en el país, el sólo ve la forma de perpetuarse en el poder, por lo que es necesario que la sociedad le ponga un alto, antes de que hunda más al país por causa de su gobierno y el coronavirus.
@JorgeInzunzaPAN
Facebook: Jorge Inzunza