/ domingo 26 de julio de 2020

Panorama Político | El enemigo a vencer

“Es peligroso tener razón cuando el gobierno está equivocado”: Voltaire

La campaña con miras a las elecciones de 2021 están a la vuelta de la esquina, menos de un año queda para que la justa electoral intermedia en la que se renovaran los 500 diputados de la cámara federal, 16 gubernaturas, varios cientos de alcaldías y congresos locales.

Se trata de una de las elecciones más reñidas en la historia política reciente, una que sentará las bases para rescatar a las instituciones y el régimen democrático, que sabiendo que no es perfecto y adolece de muchos aspectos que tienen que mejorarse, constituye una base sólida como árbitro de las decisiones ciudadanas.

El México democrático está en peligro frente a intereses totalitarios que pretenden imponerse, manteniéndose en el poder más allá del mandato constitucional obtenido en un sistema democrático que le reconoció como candidato electo avalando su triunfo en las urnas, validando la determinación popular mayoritaria.

Aunque fue una mayoría sólida y amplia la que le concedió al actual gobierno el poder en el país, este no puede ejercerse sin controles, los contrapesos institucionales están establecidos en el texto constitucional.

Aunque poco a poco hemos visto como el Presidente de la República obtiene más poder, pues la mayoría que ha construido en las cámaras con presión, prebendas o amenazas le ha dado resultado para avanzar en la construcción de un andamiaje legal en beneficio de su proyecto de control del país.

El Presidente ha decidido dejar de su principal función que es gobernar, la cual no ha sido nada fortunata, pues por errores, malas decisiones, desconocimiento gubernamental, caprichos personales y toda clase de decisiones unilaterales lo han llevado a tener un muy mal gobierno.

La crisis provocada por la pandemia se ha agravado con ese tipo de acciones del gobierno federal, al menos en la semana nuestro país tuvo más de 8,400 contagios en un solo día lo que lo llevó a ser el primer país en el mundo con esa cantidad tan alta de contagiados en 24 horas.

Mientras tanto el presidente se dedica a fantasear con un supuesto control de la crisis de salud, pero todos los días vemos que aumenta. Ha renunciado también a buscar los mecanismos para que la economía salga del hoyo en la que su gobierno la ha hundido.

Ha renunciado a combatir eficazmente a la delincuencia que sigue sentando sus reales, cada día creciendo más. Ha renunciado a resolver los principales problemas que aquejan a los mexicanos principalmente a los más pobres.

En cambio ha decidido ponerse en modo electoral como jefe de campaña para tratar de rescatar su gobierno fallido poniendo la mira en las elecciones de 2021.

Ha decidido usar el caso Lozoya como un ariete contra sus adversarios principalmente contra los que más peligro electoral le representan como el Partido Acción Nacional. Pues al día de hoy nadie ha visto que Lozoya ya esté en el país, la información filtrada de supuestas entregas de dinero a legisladores para que votarán por la reforma energética no son más que buscapiés para distraer la atención y afectar electoralmente a sus opositores.

Si hay pruebas de que alguien cometió un ilícito en esas acusaciones, pues que sea la autoridad respectiva la que mediante un debido proceso sancione a quien se demuestre culpable.

Pero lo que vemos es un Presidente que sabe ha perdido una gran cantidad de respaldo ciudadano y está dispuesto a hacer lo que sea para golpear a sus contrincantes electorales que para el caso observa como enemigo a vencer al PAN.

No caeremos en sus juegos políticos electorales, la verdad se sabrá tarde o temprano mientras tanto el Presidente debe dejar de ser jefe de campaña y regresar a gobernar.

@JorgeInzunzaPAN

Facebook: Jorge Inzunza

“Es peligroso tener razón cuando el gobierno está equivocado”: Voltaire

La campaña con miras a las elecciones de 2021 están a la vuelta de la esquina, menos de un año queda para que la justa electoral intermedia en la que se renovaran los 500 diputados de la cámara federal, 16 gubernaturas, varios cientos de alcaldías y congresos locales.

Se trata de una de las elecciones más reñidas en la historia política reciente, una que sentará las bases para rescatar a las instituciones y el régimen democrático, que sabiendo que no es perfecto y adolece de muchos aspectos que tienen que mejorarse, constituye una base sólida como árbitro de las decisiones ciudadanas.

El México democrático está en peligro frente a intereses totalitarios que pretenden imponerse, manteniéndose en el poder más allá del mandato constitucional obtenido en un sistema democrático que le reconoció como candidato electo avalando su triunfo en las urnas, validando la determinación popular mayoritaria.

Aunque fue una mayoría sólida y amplia la que le concedió al actual gobierno el poder en el país, este no puede ejercerse sin controles, los contrapesos institucionales están establecidos en el texto constitucional.

Aunque poco a poco hemos visto como el Presidente de la República obtiene más poder, pues la mayoría que ha construido en las cámaras con presión, prebendas o amenazas le ha dado resultado para avanzar en la construcción de un andamiaje legal en beneficio de su proyecto de control del país.

El Presidente ha decidido dejar de su principal función que es gobernar, la cual no ha sido nada fortunata, pues por errores, malas decisiones, desconocimiento gubernamental, caprichos personales y toda clase de decisiones unilaterales lo han llevado a tener un muy mal gobierno.

La crisis provocada por la pandemia se ha agravado con ese tipo de acciones del gobierno federal, al menos en la semana nuestro país tuvo más de 8,400 contagios en un solo día lo que lo llevó a ser el primer país en el mundo con esa cantidad tan alta de contagiados en 24 horas.

Mientras tanto el presidente se dedica a fantasear con un supuesto control de la crisis de salud, pero todos los días vemos que aumenta. Ha renunciado también a buscar los mecanismos para que la economía salga del hoyo en la que su gobierno la ha hundido.

Ha renunciado a combatir eficazmente a la delincuencia que sigue sentando sus reales, cada día creciendo más. Ha renunciado a resolver los principales problemas que aquejan a los mexicanos principalmente a los más pobres.

En cambio ha decidido ponerse en modo electoral como jefe de campaña para tratar de rescatar su gobierno fallido poniendo la mira en las elecciones de 2021.

Ha decidido usar el caso Lozoya como un ariete contra sus adversarios principalmente contra los que más peligro electoral le representan como el Partido Acción Nacional. Pues al día de hoy nadie ha visto que Lozoya ya esté en el país, la información filtrada de supuestas entregas de dinero a legisladores para que votarán por la reforma energética no son más que buscapiés para distraer la atención y afectar electoralmente a sus opositores.

Si hay pruebas de que alguien cometió un ilícito en esas acusaciones, pues que sea la autoridad respectiva la que mediante un debido proceso sancione a quien se demuestre culpable.

Pero lo que vemos es un Presidente que sabe ha perdido una gran cantidad de respaldo ciudadano y está dispuesto a hacer lo que sea para golpear a sus contrincantes electorales que para el caso observa como enemigo a vencer al PAN.

No caeremos en sus juegos políticos electorales, la verdad se sabrá tarde o temprano mientras tanto el Presidente debe dejar de ser jefe de campaña y regresar a gobernar.

@JorgeInzunzaPAN

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