/ domingo 19 de enero de 2020

Panorama Político | INSABI: atentado a la salud ciudadana

Un gobernante tiene la obligación de informarse y allegarse de la mayor cantidad de elementos para implementar sus decisiones de gobierno.

Las políticas públicas, los programas, y proyectos de gobierno requieren de planeación estratégica, estudios, análisis y un enorme trabajo de expertos Para poderlos llevar a la práctica.

En todos los campos del gobierno y de la administración pública y en medio de tanto desarrollo tecnológico, científico, digital, no se puede aducir que se trabaje con prueba error.

Mucho menos en el campo de la salud. En el que está en juego inclusive la vida de las personas. Por supuesto que todos los campos en los que se involucra el gobierno deben de estar bien hechos.

Pero en materia de salud no se puede improvisar. El gobierno de la República mató el sistema de salud con el que contábamos, el Seguro Popular de alguna manera había demostrado que aún con carencias y fallas como todo sistema, se había mantenido y dotaba de servicios a los mexicanos.

Pero de pronto sin proyectos ni acciones previas que permitieran una transición al nuevo modelo de la cuarta transformación, de la noche a la mañana impusieron lo que llamaron INSABI (Instituto Nacional de Salud para el Bienestar) que vino a paralizar el sistema nacional de salud.

Sin medicinas y médicos. Con acciones que más que ayudar vivieron a demostrar el desorden de este gobierno. Millones de ciudadanos se quedaron sin los servicios más básicos de salud.

Filas interminables de usuarios demandando atención médica y medicinas, con la angustia de ver padecer a sus seres queridos y sin la posibilidad de que les dieran la ayuda. Otros más que conseguían el apoyo fueron víctimas de cobros para que les pudieran asistir.

La realidad salta a la vista. Desorden, falta de planeación, desconocimiento, soberbia y falta de sensibilidad son algunos de los factores que vemos en la desastrosa implementación de este modelo de salud.

Empezamos con el titular de este instituto. Una persona que no tiene formación médica ni en temas de salud. El Último cargo que desempeñó fue el de administrador de la zona arqueológica de Tabasco. Su principal mérito ser amigo de presidente López Obrador.

La pregunta es: cómo alguien sin experiencia ni conocimientos del sector salud puede estar al frente de este instituto.

El Seguro Popular fue un proyecto transexenal reconocido a nivel mundial por los expertos en estos temas. Sin duda requería de ajustes y nuevos bríos; pero de ahí a borrarlo de golpe es una total irresponsabilidad.

Tantos problemas género esta mala decisión que hasta el Presidente López Obrador se echo la punta de soltar el borrego de una supuesta rifa del avión presidencial.

Nada más falso, pues este no puede venderse porque fue adquirido en un plan que no ha sido liquidado en su totalidad.

Por lo tanto resultó ser un distractor para ocultar los graves daños causados por la mala decisión de imponer el INSABI que se convirtió en un atentado a la Salud de los mexicanos.

Un gobernante tiene la obligación de informarse y allegarse de la mayor cantidad de elementos para implementar sus decisiones de gobierno.

Las políticas públicas, los programas, y proyectos de gobierno requieren de planeación estratégica, estudios, análisis y un enorme trabajo de expertos Para poderlos llevar a la práctica.

En todos los campos del gobierno y de la administración pública y en medio de tanto desarrollo tecnológico, científico, digital, no se puede aducir que se trabaje con prueba error.

Mucho menos en el campo de la salud. En el que está en juego inclusive la vida de las personas. Por supuesto que todos los campos en los que se involucra el gobierno deben de estar bien hechos.

Pero en materia de salud no se puede improvisar. El gobierno de la República mató el sistema de salud con el que contábamos, el Seguro Popular de alguna manera había demostrado que aún con carencias y fallas como todo sistema, se había mantenido y dotaba de servicios a los mexicanos.

Pero de pronto sin proyectos ni acciones previas que permitieran una transición al nuevo modelo de la cuarta transformación, de la noche a la mañana impusieron lo que llamaron INSABI (Instituto Nacional de Salud para el Bienestar) que vino a paralizar el sistema nacional de salud.

Sin medicinas y médicos. Con acciones que más que ayudar vivieron a demostrar el desorden de este gobierno. Millones de ciudadanos se quedaron sin los servicios más básicos de salud.

Filas interminables de usuarios demandando atención médica y medicinas, con la angustia de ver padecer a sus seres queridos y sin la posibilidad de que les dieran la ayuda. Otros más que conseguían el apoyo fueron víctimas de cobros para que les pudieran asistir.

La realidad salta a la vista. Desorden, falta de planeación, desconocimiento, soberbia y falta de sensibilidad son algunos de los factores que vemos en la desastrosa implementación de este modelo de salud.

Empezamos con el titular de este instituto. Una persona que no tiene formación médica ni en temas de salud. El Último cargo que desempeñó fue el de administrador de la zona arqueológica de Tabasco. Su principal mérito ser amigo de presidente López Obrador.

La pregunta es: cómo alguien sin experiencia ni conocimientos del sector salud puede estar al frente de este instituto.

El Seguro Popular fue un proyecto transexenal reconocido a nivel mundial por los expertos en estos temas. Sin duda requería de ajustes y nuevos bríos; pero de ahí a borrarlo de golpe es una total irresponsabilidad.

Tantos problemas género esta mala decisión que hasta el Presidente López Obrador se echo la punta de soltar el borrego de una supuesta rifa del avión presidencial.

Nada más falso, pues este no puede venderse porque fue adquirido en un plan que no ha sido liquidado en su totalidad.

Por lo tanto resultó ser un distractor para ocultar los graves daños causados por la mala decisión de imponer el INSABI que se convirtió en un atentado a la Salud de los mexicanos.