Lamentable noticia la que se generó apenas hace unos días. El secretario de Seguridad Pública de la capital del país, fue atacado por al menos 30 sicarios según la información vertida por los medios de comunicación, lo más lamentable es que sucedió en la Ciudad de México donde no habíamos visto casos de esa magnitud, pues el propio funcionario atribuye los hechos a un cartel de la delincuencia organizada.
Hay muchas interrogantes que suceden, pues tal movimiento de personas que usaron armas automáticas y semiautomáticas de grueso calibre, de las permitidas solo para las fuerzas militares. Armas que sirven para derribar helicópteros, y que están diseñadas para penetrar los más altos blindajes.
Por algún motivo los encargados del seguimiento a las cámaras de video vigilancia en los centros de mando de la policía no se dieron cuenta previamente de lo que iba a suceder, lo mismo paso con los sistemas de inteligencia de las autoridades federales y capitalinas.
Es lamentable que estos hechos sucedan en cualquier parte del país, lo es más, que este caso se realizara en el corazón de la capital, pues el mensaje es muy fuerte. A todas luces tenían la intención de privar de la vida al mando policial pero también de confrontar de manera directa a las autoridades. No se pueden quedar las cosas como si el atentado hubiera sido uno más de los que suceden todos los días.
La autoridad sobre todo la federal deberá avocarse a fondo en las investigaciones por el tipo de personajes que se encuentran involucrados, tanto el nivel del funcionario atacado, como el de los atacantes que a todas luces se ve que son delincuentes profesionales. A parte de la llamada de atención en materia de seguridad pública, el presidente López Obrador y su gobierno deberán reflexionar y actuar en consecuencia.
Pues anda distraído con tantos temas que no le competen como: el de declararse guardián de las elecciones, atacando una y otra vez al Instituto Nacional Electoral, los mexicanos nos hemos dado un país de instituciones las cuales sin ser perfectas han permitido avanzar en el sistema democrático nacional, el cual es reconocido en todo el mundo.
Cambios en las instituciones pueden generarse siempre, pero estos deben ser con miras a mejorar lo anterior, no a empeorar, desapareciéndolos, aniquilándolos, exterminándolos. El presidente tampoco ha asumido con profundidad el mandato que le dieron los votos en las urnas, sigue con sus caprichos personales espantando la inversión económica que hoy más necesitamos, sigue desatendiendo la crisis de salud.
Es cierto que la crisis económica nos obliga a actuar para que esta se mueva, empezando el ciclo de reactivación, pero cierto es también que de parte del gobierno federal no se tiene claridad, con planes, programas o acciones que garanticen las dos necesidades: cuidar la salud y reactivar la economía.
Esos temas demandan toda la atención del Presidente, pero él no les pone interés, ahora se suma la crisis de inseguridad que demuestra que sus reuniones de gabinete de seguridad y su política de abrazos y no balazos, lejos de dar resultado han generado que los delincuentes sienten sus reales.
Por el bien de México, presidente concéntrese en resolver los temas que más afectan a los ciudadanos: la crisis de salud, la económica y la de seguridad pública.
@JorgeInzunzaPAN
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