La tiranía totalitaria no se edifica sobre las virtudes de los totalitarios sino sobre las faltas de los demócratas. Albert Camus
Estamos viendo en nuestros país cosas inéditas para la vida política, democrática e institucional en nuestro.
Un presidente de la República que todas las mañanas receta a los ciudadanos una perorata, que más bien parece sermón de algún iluminado.
Ahí sin ningún decoro, dispara una sarta de amenazas, injurias, imposiciones, descalificaciones contradicciones y en la mayoría de los casos mentiras, mentiras y más mentiras.
Un Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación convocando a conferencias de medios donde acuda presiones de gobiernos que hace más de diez años concluyeron. Pero más grave hace públicas, investigaciones y sanciones por supuestos delitos de corrupción.
Legisladores Senadores y Diputados: unos amenazan con la desaparición de poderes en entidades federativas gobernadas por partidos de oposición al partido del Gobierno Federal y otros legislan contra los empresarios, estudiantes de postgrado y emprendedores que se esfuerzan todos los días por un Mexico mejor, en cambio premian a los que no trabajan ni estudian, a los que asaltan, violentan y secuestran.
Los poderes federales Judicial y legislativo actúan alineados a las directrices del ejecutivo. Todos sabemos que las presiones y tensiones entre los poderes es algo normal pues por ello uno a otro se deben de controlar, es la teoría política, constitucional, democrática de los “check and Balances”, pesos y contrapesos.
Ello permite que ningún poder esté por encima del otro y a su vez cada uno sea peso y contrapeso del otro, esto es lo que genera la certeza y la seguridad jurídica, pero cuando un poder somete a los otros, la democracia está en riesgo. Pues estamos en la antesala de un poder absoluto, controlador y tirano.
Algo que en el país ya vivimos durante décadas. Mario Vargas Llosa llamó a ese régimen y a ese período nefasto de gobierno la “dictadura perfecta” había reglas muy claras en torno a un gran Tlatoani, Emperador,Rey Dictador llamado Presidente de la República quien imponía su poder, deseos y necesidades por encima de todos, personas, poderes e instituciones, simulando elecciones democráticas y división de poderes, nada más falso.
Sin embargo el sistema funcionaba en apariencia, bien, teníamos en nuestro país una “Dictablanda”: Control total absoluto y tirano con formas suaves, al menos públicamente.
Hablamos de lo que sucedió en el país hace más de cuatro décadas, empezamos a hablar de lo que está sucediendo en Mexico desde hace ocho meses, el retroceso histórico e institucional más grotesco en la historia democrática moderna.
Nuevamente como en la dictadura perfecta, tenemos a un gobernante que pretende controlar a los dos poderes que debiesen ser su contrapeso, todo indica que la Suprema Corte ya fue asaltada y controlada, la conferencia de medios de su titular y el activismo en redes sociales con el que se desenvuelve, las sanciones a jueces que han fallado en contra del gobierno federal como los casos del aeropuerto en Texcoco y el de Santa Lucía, al menos resultan sospechosos.
De las cámaras del Congreso de la Unión resulta más que obvio el control que ejerce el Presidente López Obrador sobre ellos, pues legislan y le celebran como aplaudidores todo lo que les envía y propone.
Para que la Democracia en nuestro país siga viva y sana es necesaria la independencia de los Poderes, México requiere que ninguno de sus poderes se imponga sobre los otros.
@JorgeInzunzaPAN
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