/ domingo 12 de enero de 2020

Panorama Político | Nos debe indignar la violencia

La violencia ha llegado a extremos verdaderamente catastróficos. No sólo la que se da entre delincuentes por lucha de territorios o ajuste de cuentas, también la que en muchas ocasiones es producto de las condiciones en contra de que las personas puedan desarrollarse, escolar, económica y socialmente.

Hay que sumar las efectaciones que sufren los menores de edad por la sobrexposición a videojuegos o actividades violentas acompañadas de falta de calor familiar, condiciones de violencia intrafamiliar o en muchos d ellos casos violencia física directa o abuso sexual.

Nuestra sociedad ha ido perdiendo valores y desgraciadamente se ha ido acostumbrando a que la violencia escale y esto parezca algo normal, es decir, convivimos como si nada en medio de violaciones legales, homicidios, robos, secuestros, tráfico de drogas, extorsiones, cobro de piso.

Es muy lamentable lo que sucedió en Coahuila. Un menor de once años llegó armado al colegio e inició un ataque directo privando de la vida a una de sus profesoras, hiriendo a otras más para después quitarse la vida.

Todo parece indicar, según las autoridades, que se trata de un caso donde se imitaba lo sucedido años atrás en un colegio de los Estados Unidos de Norteamérica pues ambos tiradores estuvieron vestidos de forma similar: pantalón negro, camisa blanca con la leyenda “Natural Selection” y tirantes.

Aquellos hechos ocurrido en el estado de Colorado en la unión americana desafortunadamente se suman a muchos otros casos que han sucedido en la nación vecina.

Se pueden entender esos hechos dada la libertad qué hay para la compra de armas, en la unión americana cualquier persona puede comprara armas como si de dulces se tratara. De tal manera que machas familias norteamericanas tienen armas en su domicilio, lo que hace más fácil que alguno de sus miembros puedan usarlas en cualquier momento.

Pero en el caso mexicano, nos debemos cuestionar, de dónde puede un menor de once años tener un arma calibre 40, que es de uso de fuerzas policiales de élite; la de calibre 22 quizás es más fácil que la puedan conseguir, aún así, en teoría, en nuestro país no está permitido el uso de ellas. Dos armas a las que tuvo acceso un niño, nos obliga a analizar que está pasando en nuestra sociedad

Ahora han empezado los cuestionamientos: sobre los Programas de mochila segura o bien la falta de cuidados en los colegios para ver las conductas de los estudiantes. Sin embargo lo que debemos pensar para reaccionar de manera adecuada es sobre cómo estamos trabajando en casa.

¿Nos conocemos y convivimos como familia, estamos al tanto de la salud mental de nuestros integrantes, tenemos cercanía, hablamos de los problemas, canalízanos los sufrimientos, obstáculos y enojos?

¿Nos preocupamos por lo que están consumiendo nuestros hijos en las redes, juegos, y en las relaciones humanas diarias?

No es menor lo que está sucediendo y lo que tenemos que hacer muchas veces rebasa a las familias. Sobre todo a las que se encuentran fracturadas, fragmentadas o vienen graves problemas.

¿Y el gobierno dónde está, qué debe de hacer? Ojalá los cuestionamientos que todos hagamos resulten en acciones concretas para evitar este tipo de hecho tan graves.


La violencia ha llegado a extremos verdaderamente catastróficos. No sólo la que se da entre delincuentes por lucha de territorios o ajuste de cuentas, también la que en muchas ocasiones es producto de las condiciones en contra de que las personas puedan desarrollarse, escolar, económica y socialmente.

Hay que sumar las efectaciones que sufren los menores de edad por la sobrexposición a videojuegos o actividades violentas acompañadas de falta de calor familiar, condiciones de violencia intrafamiliar o en muchos d ellos casos violencia física directa o abuso sexual.

Nuestra sociedad ha ido perdiendo valores y desgraciadamente se ha ido acostumbrando a que la violencia escale y esto parezca algo normal, es decir, convivimos como si nada en medio de violaciones legales, homicidios, robos, secuestros, tráfico de drogas, extorsiones, cobro de piso.

Es muy lamentable lo que sucedió en Coahuila. Un menor de once años llegó armado al colegio e inició un ataque directo privando de la vida a una de sus profesoras, hiriendo a otras más para después quitarse la vida.

Todo parece indicar, según las autoridades, que se trata de un caso donde se imitaba lo sucedido años atrás en un colegio de los Estados Unidos de Norteamérica pues ambos tiradores estuvieron vestidos de forma similar: pantalón negro, camisa blanca con la leyenda “Natural Selection” y tirantes.

Aquellos hechos ocurrido en el estado de Colorado en la unión americana desafortunadamente se suman a muchos otros casos que han sucedido en la nación vecina.

Se pueden entender esos hechos dada la libertad qué hay para la compra de armas, en la unión americana cualquier persona puede comprara armas como si de dulces se tratara. De tal manera que machas familias norteamericanas tienen armas en su domicilio, lo que hace más fácil que alguno de sus miembros puedan usarlas en cualquier momento.

Pero en el caso mexicano, nos debemos cuestionar, de dónde puede un menor de once años tener un arma calibre 40, que es de uso de fuerzas policiales de élite; la de calibre 22 quizás es más fácil que la puedan conseguir, aún así, en teoría, en nuestro país no está permitido el uso de ellas. Dos armas a las que tuvo acceso un niño, nos obliga a analizar que está pasando en nuestra sociedad

Ahora han empezado los cuestionamientos: sobre los Programas de mochila segura o bien la falta de cuidados en los colegios para ver las conductas de los estudiantes. Sin embargo lo que debemos pensar para reaccionar de manera adecuada es sobre cómo estamos trabajando en casa.

¿Nos conocemos y convivimos como familia, estamos al tanto de la salud mental de nuestros integrantes, tenemos cercanía, hablamos de los problemas, canalízanos los sufrimientos, obstáculos y enojos?

¿Nos preocupamos por lo que están consumiendo nuestros hijos en las redes, juegos, y en las relaciones humanas diarias?

No es menor lo que está sucediendo y lo que tenemos que hacer muchas veces rebasa a las familias. Sobre todo a las que se encuentran fracturadas, fragmentadas o vienen graves problemas.

¿Y el gobierno dónde está, qué debe de hacer? Ojalá los cuestionamientos que todos hagamos resulten en acciones concretas para evitar este tipo de hecho tan graves.