/ viernes 13 de abril de 2018

Pensamiento Universitario


Toluca indefensa

Como centro político y económico de gran importancia, la capital mexiquense padece un marcado deterioro, los problemas estructurales se agudizan y la calidad de vida de sus habitantes en lo absoluto es para presumirse. De aquel espacio en el que era satisfactorio vivir, hoy queda poco, pues la incapacidad oficial y las acciones fuera de la ley van destruyendo la aspiración de tener una ciudad progresista, ordenada y segura.

Somos así testigos de la agonía de nuestro valioso entorno urbano, frente a la corrupción e indiferencia de un sector público sometido a los intereses de quienes lucran y se enriquecen a costa de las desgracias de la población. La conducta deshonesta de no cumplir con las responsabilidades adquiridas ya no sólo se traduce en el caos vial cotidiano, en la destrucción de calles y avenidas, o en el incremento de los hechos delictivos, sino también en la cínica violación a las normas establecidas por parte de los grupos de poder.

Muestra de esto lo vemos en los numerosos permisos otorgados de manera absurda, con la finalidad de construir gasolineras en zonas habitacionales, sin existir de por medio las respectivas distancias de protección o amortiguamiento. Sin duda el desacato a las normas de seguridad, e incluso el desprecio al más elemental sentido común, representa el riesgo de siniestros de consecuencias impredecibles.

También están los desplantes de los propietarios del Club Deportivo Toluca al imponer su capricho de remodelar el viejo estadio y no reubicarlo en una zona foránea, donde se contara con las características de funcionalidad y operación óptimas. Con la realización de esta obra, se condena a los vecinos del inmueble a seguir soportando periódicamente la presencia de una enorme cantina, el cierre de vialidades, la plaga de vendedores ambulantes, la obstrucción de los accesos a sus viviendas y el feo comportamiento de un buen número de aficionados embrutecidos.

No conformes con haber causado toda clase de molestias durante los casi dos años que duró la mencionada remodelación, los empresarios consentidos del régimen se dieron el lujo de construir un paso peatonal elevado a lo ancho de la calle Felipe Villanueva para comunicar directamente el edificio destinado a estacionamiento con el estadio. En el colmo de la voracidad, y con las sonrientes autoridades toluqueñas completamente rebasadas, ahora la casta dorada se apropia de un carril de la calle Aurelio Venegas, sin importarle los daños causados a los derechos de la ciudadanía.

La Toluca en la que hoy vivimos no puede seguir así, tratada de manera indigna y con un presente lleno de frustraciones. Es prioritario controlar y revertir los procesos de degradación, exigiendo a los gobiernos el cumplimiento cabal de sus obligaciones. Es necesario rebasar la capacidad de aguante, no dejarse apresar por la apatía y mucho menos resignarse a depender de liderazgos ineptos y con criterios francamente aldeanos.


REFORMA A LA LEY DE LA UAEM

Varias opiniones se han expresado en este tema, la mayoría en forma poco o nada seria, como las de un par de exrectores de esta casa de estudios, sumisos a la palabra oficial. No obstante, es indispensable el análisis objetivo de la propuesta, dado lo preocupante de algunos de sus puntos.

indispensable el análisis objetivo de la propuesta, dado lo preocupante de algunos de sus puntos.


Toluca indefensa

Como centro político y económico de gran importancia, la capital mexiquense padece un marcado deterioro, los problemas estructurales se agudizan y la calidad de vida de sus habitantes en lo absoluto es para presumirse. De aquel espacio en el que era satisfactorio vivir, hoy queda poco, pues la incapacidad oficial y las acciones fuera de la ley van destruyendo la aspiración de tener una ciudad progresista, ordenada y segura.

Somos así testigos de la agonía de nuestro valioso entorno urbano, frente a la corrupción e indiferencia de un sector público sometido a los intereses de quienes lucran y se enriquecen a costa de las desgracias de la población. La conducta deshonesta de no cumplir con las responsabilidades adquiridas ya no sólo se traduce en el caos vial cotidiano, en la destrucción de calles y avenidas, o en el incremento de los hechos delictivos, sino también en la cínica violación a las normas establecidas por parte de los grupos de poder.

Muestra de esto lo vemos en los numerosos permisos otorgados de manera absurda, con la finalidad de construir gasolineras en zonas habitacionales, sin existir de por medio las respectivas distancias de protección o amortiguamiento. Sin duda el desacato a las normas de seguridad, e incluso el desprecio al más elemental sentido común, representa el riesgo de siniestros de consecuencias impredecibles.

También están los desplantes de los propietarios del Club Deportivo Toluca al imponer su capricho de remodelar el viejo estadio y no reubicarlo en una zona foránea, donde se contara con las características de funcionalidad y operación óptimas. Con la realización de esta obra, se condena a los vecinos del inmueble a seguir soportando periódicamente la presencia de una enorme cantina, el cierre de vialidades, la plaga de vendedores ambulantes, la obstrucción de los accesos a sus viviendas y el feo comportamiento de un buen número de aficionados embrutecidos.

No conformes con haber causado toda clase de molestias durante los casi dos años que duró la mencionada remodelación, los empresarios consentidos del régimen se dieron el lujo de construir un paso peatonal elevado a lo ancho de la calle Felipe Villanueva para comunicar directamente el edificio destinado a estacionamiento con el estadio. En el colmo de la voracidad, y con las sonrientes autoridades toluqueñas completamente rebasadas, ahora la casta dorada se apropia de un carril de la calle Aurelio Venegas, sin importarle los daños causados a los derechos de la ciudadanía.

La Toluca en la que hoy vivimos no puede seguir así, tratada de manera indigna y con un presente lleno de frustraciones. Es prioritario controlar y revertir los procesos de degradación, exigiendo a los gobiernos el cumplimiento cabal de sus obligaciones. Es necesario rebasar la capacidad de aguante, no dejarse apresar por la apatía y mucho menos resignarse a depender de liderazgos ineptos y con criterios francamente aldeanos.


REFORMA A LA LEY DE LA UAEM

Varias opiniones se han expresado en este tema, la mayoría en forma poco o nada seria, como las de un par de exrectores de esta casa de estudios, sumisos a la palabra oficial. No obstante, es indispensable el análisis objetivo de la propuesta, dado lo preocupante de algunos de sus puntos.

indispensable el análisis objetivo de la propuesta, dado lo preocupante de algunos de sus puntos.