/ viernes 15 de junio de 2018

Pensamiento Universitario


Progresa la UNAM

Según el QS Word University Ranking 2019, publicado hace unos días, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se posiciona como la segunda mejor en Latinoamérica, superada sólo por la de Buenos Aires. De hecho, por cuarto año consecutivo la máxima casa de estudios del país sube de puesto, y del anterior 122 llega ahora al 113, gracias al avance logrado en los distintos rubros evaluados.

Estos registros los lleva a cabo la compañía británica Quacquarelli Symonds (QS), con base en seis parámetros generales de desempeño, donde destacan el prestigio académico y la calidad de la investigación en temas innovadores de desarrollo económico, cultural y social. Obviamente, el tipo de enseñanza es un criterio importante, pues de ello depende la creación de las capacidades mentales que los tiempos demandan.

La infraestructura y el equipamiento de las instituciones son elementos básicos, y por eso se revisan las condiciones específicas de aulas y laboratorios, ambientes deportivos e informáticos, servicios médicos y de biblioteca, por ejemplo. En lo relativo a la internacionalización, se examinan los porcentajes de movilidad estudiantil y docente, además de la efectividad de las alianzas con otros organismos.

La finalidad de las encuestas aplicadas a miles de empresarios es identificar mediante sus opiniones el grado de preparación de los egresados, al detectar competencias y formación intelectual, aunado a lo eficaz de trabajar en equipos multidisciplinarios y la facilidad para gestionar proyectos. También, los análisis de QS valoran la participación de los centros educativos en la ayuda a programas comunitarios, en la atención a desastres y con dictámenes especiales llegan a calificar incluso la reputación y el buen nombre de la entidad respectiva.

En un comparativo no exento de controversia, Estados Unidos mantiene su hegemonía al ocupar 11 de los 20 primeros lugares, con el Massachusetts Institute of Technology (MIT) en el primero, por séptimo año consecutivo. México, por su parte, logró conservar en el listado 14 escuelas, de las cuales seis mejoraron su puesto: la UNAM, el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, más las universidades Anáhuac, de Guadalajara, de las Américas Puebla y la Panamericana. En materia de prestigio académico, de cien posibles, la UNAM obtuvo 89.3 puntos, y 87.1 en cuanto al aval de los empleadores.

Por desgracia, en este acreditado ranking la Universidad Autónoma del Estado de México continúa mal ubicada, y en esta ocasión vuelve a quedar entre los lugares del 801 al 1000, similar al del año pasado y con el riesgo de ser excluida, después de que en 2012 logró colocarse en el rango del 601 al 650. Ahora, en el penúltimo sitio de las 14 locales incluidas en el reporte, su reputación académica sólo le permitió alcanzar una calificación de 18.7, y ni siquiera fue mencionada en el renglón de empleabilidad.

Ante evidencias de tal naturaleza, nadie dudaría de la necesidad de llevar a cabo una estricta reforma integral en nuestra alma mater, enfocada a darle una presencia respetable y exitosa en los contextos nacional e internacional, por la vía de fortalecer, con el aporte de todos, sus estructuras académicas, culturales y de investigación.



Progresa la UNAM

Según el QS Word University Ranking 2019, publicado hace unos días, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se posiciona como la segunda mejor en Latinoamérica, superada sólo por la de Buenos Aires. De hecho, por cuarto año consecutivo la máxima casa de estudios del país sube de puesto, y del anterior 122 llega ahora al 113, gracias al avance logrado en los distintos rubros evaluados.

Estos registros los lleva a cabo la compañía británica Quacquarelli Symonds (QS), con base en seis parámetros generales de desempeño, donde destacan el prestigio académico y la calidad de la investigación en temas innovadores de desarrollo económico, cultural y social. Obviamente, el tipo de enseñanza es un criterio importante, pues de ello depende la creación de las capacidades mentales que los tiempos demandan.

La infraestructura y el equipamiento de las instituciones son elementos básicos, y por eso se revisan las condiciones específicas de aulas y laboratorios, ambientes deportivos e informáticos, servicios médicos y de biblioteca, por ejemplo. En lo relativo a la internacionalización, se examinan los porcentajes de movilidad estudiantil y docente, además de la efectividad de las alianzas con otros organismos.

La finalidad de las encuestas aplicadas a miles de empresarios es identificar mediante sus opiniones el grado de preparación de los egresados, al detectar competencias y formación intelectual, aunado a lo eficaz de trabajar en equipos multidisciplinarios y la facilidad para gestionar proyectos. También, los análisis de QS valoran la participación de los centros educativos en la ayuda a programas comunitarios, en la atención a desastres y con dictámenes especiales llegan a calificar incluso la reputación y el buen nombre de la entidad respectiva.

En un comparativo no exento de controversia, Estados Unidos mantiene su hegemonía al ocupar 11 de los 20 primeros lugares, con el Massachusetts Institute of Technology (MIT) en el primero, por séptimo año consecutivo. México, por su parte, logró conservar en el listado 14 escuelas, de las cuales seis mejoraron su puesto: la UNAM, el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, más las universidades Anáhuac, de Guadalajara, de las Américas Puebla y la Panamericana. En materia de prestigio académico, de cien posibles, la UNAM obtuvo 89.3 puntos, y 87.1 en cuanto al aval de los empleadores.

Por desgracia, en este acreditado ranking la Universidad Autónoma del Estado de México continúa mal ubicada, y en esta ocasión vuelve a quedar entre los lugares del 801 al 1000, similar al del año pasado y con el riesgo de ser excluida, después de que en 2012 logró colocarse en el rango del 601 al 650. Ahora, en el penúltimo sitio de las 14 locales incluidas en el reporte, su reputación académica sólo le permitió alcanzar una calificación de 18.7, y ni siquiera fue mencionada en el renglón de empleabilidad.

Ante evidencias de tal naturaleza, nadie dudaría de la necesidad de llevar a cabo una estricta reforma integral en nuestra alma mater, enfocada a darle una presencia respetable y exitosa en los contextos nacional e internacional, por la vía de fortalecer, con el aporte de todos, sus estructuras académicas, culturales y de investigación.