/ viernes 19 de junio de 2020

Pensamiento Universitario | Contra el estrés

Los hábitos saludables son aquellas conductas y comportamientos que inciden en nuestro bienestar físico y mental, es decir, contribuyen a una mejor calidad de vida. Entre otros, está el ejercicio físico, llevar una dieta equilibrada y evitar el consumo de tabaco y bebidas alcohólicas.

En estos tiempos de pandemia, no se trata sólo de permanecer en casa, sino también de no abandonar la talla adecuada, para lo cual es indispensable la alimentación sana y no resignarse al sedentarismo, mediante el inicio o la continuación de la práctica deportiva. Si bien uno de los efectos de la crisis actual es la limitación de espacios y la restricción para realizar actividades al aire libre o en gimnasios, es prioritario buscar alternativas, a fin de contrarrestar el estado de ansiedad, estrés, irritabilidad o depresión, derivado del prolongado encierro.

Cuando existe conciencia de la situación, no es posible relajarse y olvidar ciertas reglas, y mucho menos incurrir en excesos en los momentos de acumular calorías. De igual manera, es importante no dejar de ejercitarse, en el propio domicilio o fuera de él, procurando siempre las medidas de seguridad indispensables.

Por ejemplo, si la costumbre ha derivado en el gusto por correr, se extraña hacerlo en los parques antes del amanecer, en la oscuridad, incluso con frío y lluvia, pues, entre muchas otras ventajas, eso nos ayuda a tener días laborables con mayor energía. Asimismo, se añora disfrutar de tantas competencias agradables y bien organizadas, una de ellas el excelente medio maratón del Día del Padre en Toluca, que ahora por esta tragedia se ha cancelado.

Según la evidencia científica, al correr se mejora el sistema cardiovascular, a través del llamado efecto entrenamiento. El cuerpo humano se adapta así y da respuesta a una serie de demandas; se fortalece el corazón y aumenta el número, tamaño y elasticidad de los vasos sanguíneos, y eso contribuye al descenso de la presión de la sangre, incrementa y mejora su circulación, así como la del oxígeno por todo el organismo.

Ayuda también a perder peso, al propiciar la quema generalizada de grasa corporal, incrementa la fuerza y resistencia de la masa ósea, potencia el sistema inmunológico y baja los niveles de la parte mala del colesterol, con la consecuente disminución del riesgo de contraer enfermedades cardiacas. Además, con su práctica al aire libre aumenta la energía y la eficiencia en la generalidad de las partes del cuerpo; eleva la capacidad pulmonar, los músculos se fortalecen, se desarrollan y tonifican, y se hacen más resistentes a la fatiga.

Si las estadísticas ubican a nuestro país en los primeros lugares en sobrepeso y obesidad, cuando el sedentarismo y la mala alimentación afectan el desarrollo positivo de tantas personas, un proyecto de vida impostergable debiera enfocarse hacia el objetivo de arraigar y fortalecer en todos nosotros el hábito del deporte. Sin duda, una buena respuesta a muchos de los problemas de salud, desempeño y conducta, cuya elevada frecuencia presiona e incapacita cada vez más a las sociedades modernas.

Por lo pronto, y para no perder la tradición, el festejo del próximo domingo empezará recorriendo desde temprano los demandantes 21 k.

Los hábitos saludables son aquellas conductas y comportamientos que inciden en nuestro bienestar físico y mental, es decir, contribuyen a una mejor calidad de vida. Entre otros, está el ejercicio físico, llevar una dieta equilibrada y evitar el consumo de tabaco y bebidas alcohólicas.

En estos tiempos de pandemia, no se trata sólo de permanecer en casa, sino también de no abandonar la talla adecuada, para lo cual es indispensable la alimentación sana y no resignarse al sedentarismo, mediante el inicio o la continuación de la práctica deportiva. Si bien uno de los efectos de la crisis actual es la limitación de espacios y la restricción para realizar actividades al aire libre o en gimnasios, es prioritario buscar alternativas, a fin de contrarrestar el estado de ansiedad, estrés, irritabilidad o depresión, derivado del prolongado encierro.

Cuando existe conciencia de la situación, no es posible relajarse y olvidar ciertas reglas, y mucho menos incurrir en excesos en los momentos de acumular calorías. De igual manera, es importante no dejar de ejercitarse, en el propio domicilio o fuera de él, procurando siempre las medidas de seguridad indispensables.

Por ejemplo, si la costumbre ha derivado en el gusto por correr, se extraña hacerlo en los parques antes del amanecer, en la oscuridad, incluso con frío y lluvia, pues, entre muchas otras ventajas, eso nos ayuda a tener días laborables con mayor energía. Asimismo, se añora disfrutar de tantas competencias agradables y bien organizadas, una de ellas el excelente medio maratón del Día del Padre en Toluca, que ahora por esta tragedia se ha cancelado.

Según la evidencia científica, al correr se mejora el sistema cardiovascular, a través del llamado efecto entrenamiento. El cuerpo humano se adapta así y da respuesta a una serie de demandas; se fortalece el corazón y aumenta el número, tamaño y elasticidad de los vasos sanguíneos, y eso contribuye al descenso de la presión de la sangre, incrementa y mejora su circulación, así como la del oxígeno por todo el organismo.

Ayuda también a perder peso, al propiciar la quema generalizada de grasa corporal, incrementa la fuerza y resistencia de la masa ósea, potencia el sistema inmunológico y baja los niveles de la parte mala del colesterol, con la consecuente disminución del riesgo de contraer enfermedades cardiacas. Además, con su práctica al aire libre aumenta la energía y la eficiencia en la generalidad de las partes del cuerpo; eleva la capacidad pulmonar, los músculos se fortalecen, se desarrollan y tonifican, y se hacen más resistentes a la fatiga.

Si las estadísticas ubican a nuestro país en los primeros lugares en sobrepeso y obesidad, cuando el sedentarismo y la mala alimentación afectan el desarrollo positivo de tantas personas, un proyecto de vida impostergable debiera enfocarse hacia el objetivo de arraigar y fortalecer en todos nosotros el hábito del deporte. Sin duda, una buena respuesta a muchos de los problemas de salud, desempeño y conducta, cuya elevada frecuencia presiona e incapacita cada vez más a las sociedades modernas.

Por lo pronto, y para no perder la tradición, el festejo del próximo domingo empezará recorriendo desde temprano los demandantes 21 k.