/ viernes 2 de junio de 2023

Pensamiento Universitario | Obligación de votar

El siguiente domingo 4 de junio será una fecha muy importante para el estado de México, al llevarse a cabo la jornada electoral de donde se habrá de designar a la próxima gobernadora.

Por primera vez en la historia de la entidad, dos mujeres buscan acceder al cargo mediante el sufragio popular: las señoras Alejandra del Moral Vela y Delfina Gómez Álvarez.

Además de conocerse sus respectivas trayectorias dentro del servicio público, durante las campañas de promoción no sólo han expuesto ideas, programas y propuestas, sino también han ofrecido atender las peticiones y sugerencias de los distintos sectores. En consecuencia, la ciudadanía mexiquense está obligada a honrar la democracia, en el sentido de participar activamente, de emitir su voto libre y secreto, por la opción de su preferencia.

En momentos de tanta trascendencia lo deseable es fortalecer este ejercicio, con la convicción de hacer valer los derechos constitucionales, a partir de una intervención responsable y debidamente informada. Cuando las personas deciden tomar distancia de los acontecimientos políticos, por desgracia algo muy arraigado entre los jóvenes, se presenta el indeseable fenómeno del abstencionismo, cuyos efectos abren la posibilidad de tener gobiernos poco representativos y de escasa legitimidad, con frecuencia alejados de los intereses y aspiraciones de las comunidades más necesitadas.

Obviamente, la influencia de la educación es fundamental, pues si ésta no se tiene en el nivel adecuado, existe un mayor riesgo de que sobrevenga la apatía y el desinterés de la gente por las cosas públicas y las causas sociales, al no dimensionarse las consecuencias de tal conducta. Por eso, con el apoyo de diferentes acciones, en los países modernos se ha procurado generar una sólida estructura de competencias cívicas, basadas en el conocimiento crítico de los valores fundamentales, pues la solución al problema de la indolencia y el conformismo no se va a encontrar en los procesos verticales, ni en los estrictamente formales, relativos al aumento de normas y controles, o a la creación de más instituciones.

Adquirir la calidad de ciudadano no se limita al simple hecho de alcanzar la mayoría de edad y recibir una credencial de elector. Es reconocerse como parte importante de la organización social, de asumir responsabilidades e involucrarse en la construcción de un mejor entorno; es ejercer la facultad de realizar actividades con plena autonomía y tomar decisiones en favor de la colectividad. En su cabal interpretación, la política es un quehacer orientado al bien común; es el modo de fortalecer la democracia y los conceptos asociados de justicia y respeto a la dignidad humana; de erradicar la discriminación y consolidar entre las personas el comportamiento ético y la capacidad de intervenir, de contribuir en la transformación de las administraciones; de combatir la impunidad y establecer pactos de honradez con los gobernantes.

En resumen, la participación consciente de la ciudadana en los asuntos públicos es la verdadera esperanza del cambio pacífico, de mejorar liderazgos e impulsar el funcionamiento correcto de las instituciones. La invaluable libertad del individuo debe ser ejercida de manera razonada, asumiendo el protagonismo de su propia historia, sin resignarse a quedar con ese derecho atrofiado, y mucho menos esperar soluciones mágicas o que otros determinen el rumbo de su futuro.

Ingeniero civil, profesor de tiempo completo en la UAEM.

juancuencadiaz@hotmail.com

El siguiente domingo 4 de junio será una fecha muy importante para el estado de México, al llevarse a cabo la jornada electoral de donde se habrá de designar a la próxima gobernadora.

Por primera vez en la historia de la entidad, dos mujeres buscan acceder al cargo mediante el sufragio popular: las señoras Alejandra del Moral Vela y Delfina Gómez Álvarez.

Además de conocerse sus respectivas trayectorias dentro del servicio público, durante las campañas de promoción no sólo han expuesto ideas, programas y propuestas, sino también han ofrecido atender las peticiones y sugerencias de los distintos sectores. En consecuencia, la ciudadanía mexiquense está obligada a honrar la democracia, en el sentido de participar activamente, de emitir su voto libre y secreto, por la opción de su preferencia.

En momentos de tanta trascendencia lo deseable es fortalecer este ejercicio, con la convicción de hacer valer los derechos constitucionales, a partir de una intervención responsable y debidamente informada. Cuando las personas deciden tomar distancia de los acontecimientos políticos, por desgracia algo muy arraigado entre los jóvenes, se presenta el indeseable fenómeno del abstencionismo, cuyos efectos abren la posibilidad de tener gobiernos poco representativos y de escasa legitimidad, con frecuencia alejados de los intereses y aspiraciones de las comunidades más necesitadas.

Obviamente, la influencia de la educación es fundamental, pues si ésta no se tiene en el nivel adecuado, existe un mayor riesgo de que sobrevenga la apatía y el desinterés de la gente por las cosas públicas y las causas sociales, al no dimensionarse las consecuencias de tal conducta. Por eso, con el apoyo de diferentes acciones, en los países modernos se ha procurado generar una sólida estructura de competencias cívicas, basadas en el conocimiento crítico de los valores fundamentales, pues la solución al problema de la indolencia y el conformismo no se va a encontrar en los procesos verticales, ni en los estrictamente formales, relativos al aumento de normas y controles, o a la creación de más instituciones.

Adquirir la calidad de ciudadano no se limita al simple hecho de alcanzar la mayoría de edad y recibir una credencial de elector. Es reconocerse como parte importante de la organización social, de asumir responsabilidades e involucrarse en la construcción de un mejor entorno; es ejercer la facultad de realizar actividades con plena autonomía y tomar decisiones en favor de la colectividad. En su cabal interpretación, la política es un quehacer orientado al bien común; es el modo de fortalecer la democracia y los conceptos asociados de justicia y respeto a la dignidad humana; de erradicar la discriminación y consolidar entre las personas el comportamiento ético y la capacidad de intervenir, de contribuir en la transformación de las administraciones; de combatir la impunidad y establecer pactos de honradez con los gobernantes.

En resumen, la participación consciente de la ciudadana en los asuntos públicos es la verdadera esperanza del cambio pacífico, de mejorar liderazgos e impulsar el funcionamiento correcto de las instituciones. La invaluable libertad del individuo debe ser ejercida de manera razonada, asumiendo el protagonismo de su propia historia, sin resignarse a quedar con ese derecho atrofiado, y mucho menos esperar soluciones mágicas o que otros determinen el rumbo de su futuro.

Ingeniero civil, profesor de tiempo completo en la UAEM.

juancuencadiaz@hotmail.com