/ sábado 10 de marzo de 2018

Política en Blanco y Negro

ARANCELES, GUERRA COMERCIAL Y MÉXICO

 

¿Que tiene que ver la regulación del estatus de los dreamers, es decir, la restitución del decreto DACA, con el muro fronterizo entre Estados Unidos y México? A simple vista o para el ciudadano común, nada en absoluto; sin embargo, para el presidente de los Estados Unidos el primero es la consecuencia del segundo. Si, hace unas semanas Donald Trump trató de usar como moneda de cambio la situación de aquellos jóvenes, a cambio de fondos para la construcción de su barrera.

Pocos días después, en ese mismo tenor, el presidente norteamericano vuelve a hacer una correlación con tintes muy similares, en esta ocasión la interrogante sería: ¿Cuál es la correspondencia que guarda la renegociación del NAFTA, con la reciente imposición de aranceles al acero y aluminio anunciada por Trump?

A finales de la semana pasada, el magnate sorprendió a todo el mundo con el anuncio de la imposición de un arancel de hasta 25% a la importación de acero y de hasta un 10% a la de aluminio, acto que habrá de materializarse en esta semana del 5 al 10 de marzo, el resultado por supuesto fue de desestabilización, y su consecuencia, la caída inmediata de diversos mercados bursátiles en todo el orbe; Estados Unidos basó su decisión en una cuestión de Seguridad Nacional y en un déficit comercial.

Horas después, el Fondo Monetario Internacional hizo partícipe su opinión sobre este respecto, señalando que este tipo de medidas o restricciones tendrán afectaciones no sólo en la economía mundial, sino en la del mismo Estados Unidos, pues afectan los sectores de manufacturas y de construcción, señalando los expertos en la materia que este tipo de políticas terminarán por encarecer los costos del sector.

La Unión Europea, por su parte, se dijo lista para responder de la misma manera a los Estados Unidos; China también se ha pronunciado por una tentativa a implementar aranceles en materias primas agropecuarias como la soja, y Canadá, principal exportador de aluminio a Estados Unidos y forma parte del TLCAN, hizo evidente su preocupación y molestia. Era evidente el rumor de una guerra comercial que recién iniciaba estaba en el aire.

Al parecer nuestro país y también Canadá habrán de jugar un papel protagónico pero involuntario en esta contienda internacional, iniciada por el presidente estadounidense, pues a decir de este último, los aranceles a las importaciones en metales que está por anunciar en algunas horas podrán revocarse, si Estados Unidos resulta beneficiado con un nuevo Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Por extraño que parezca y aún tratándose de asuntos completamente distintos, Donald Trump ha encontrado una coyuntura que correlaciona ambas cosas. Al día de hoy, no se tiene la certeza de si por lo menos los aranceles sean anunciados realmente, pero algo es seguro, Trump hábilmente ha hecho voltear al mundo hacia el TLC, y busca con ello, por supuesto, aumentar la presión sobre el mismo.(C)

columnaloblancoylonegro@hotmail.com

ARANCELES, GUERRA COMERCIAL Y MÉXICO

 

¿Que tiene que ver la regulación del estatus de los dreamers, es decir, la restitución del decreto DACA, con el muro fronterizo entre Estados Unidos y México? A simple vista o para el ciudadano común, nada en absoluto; sin embargo, para el presidente de los Estados Unidos el primero es la consecuencia del segundo. Si, hace unas semanas Donald Trump trató de usar como moneda de cambio la situación de aquellos jóvenes, a cambio de fondos para la construcción de su barrera.

Pocos días después, en ese mismo tenor, el presidente norteamericano vuelve a hacer una correlación con tintes muy similares, en esta ocasión la interrogante sería: ¿Cuál es la correspondencia que guarda la renegociación del NAFTA, con la reciente imposición de aranceles al acero y aluminio anunciada por Trump?

A finales de la semana pasada, el magnate sorprendió a todo el mundo con el anuncio de la imposición de un arancel de hasta 25% a la importación de acero y de hasta un 10% a la de aluminio, acto que habrá de materializarse en esta semana del 5 al 10 de marzo, el resultado por supuesto fue de desestabilización, y su consecuencia, la caída inmediata de diversos mercados bursátiles en todo el orbe; Estados Unidos basó su decisión en una cuestión de Seguridad Nacional y en un déficit comercial.

Horas después, el Fondo Monetario Internacional hizo partícipe su opinión sobre este respecto, señalando que este tipo de medidas o restricciones tendrán afectaciones no sólo en la economía mundial, sino en la del mismo Estados Unidos, pues afectan los sectores de manufacturas y de construcción, señalando los expertos en la materia que este tipo de políticas terminarán por encarecer los costos del sector.

La Unión Europea, por su parte, se dijo lista para responder de la misma manera a los Estados Unidos; China también se ha pronunciado por una tentativa a implementar aranceles en materias primas agropecuarias como la soja, y Canadá, principal exportador de aluminio a Estados Unidos y forma parte del TLCAN, hizo evidente su preocupación y molestia. Era evidente el rumor de una guerra comercial que recién iniciaba estaba en el aire.

Al parecer nuestro país y también Canadá habrán de jugar un papel protagónico pero involuntario en esta contienda internacional, iniciada por el presidente estadounidense, pues a decir de este último, los aranceles a las importaciones en metales que está por anunciar en algunas horas podrán revocarse, si Estados Unidos resulta beneficiado con un nuevo Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Por extraño que parezca y aún tratándose de asuntos completamente distintos, Donald Trump ha encontrado una coyuntura que correlaciona ambas cosas. Al día de hoy, no se tiene la certeza de si por lo menos los aranceles sean anunciados realmente, pero algo es seguro, Trump hábilmente ha hecho voltear al mundo hacia el TLC, y busca con ello, por supuesto, aumentar la presión sobre el mismo.(C)

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