/ domingo 8 de abril de 2018

Política en Blanco y Negro

Cuando quieres ser Presidente de un país, prometes y prometes hasta que te sangra tu puñito durante la campaña. Es por eso que salen cierto tipo de propuestas tan ilógicas, absurdas, a veces plagiadas o contradictorias con la ideología misma de una derecha cargada a la izquierda, como el caso de Ricardo Anaya Cortés.

Para el candidato del Frente por México por el PAN, PRD y MC no es novedad discursiva, que vuelva a tomar temas como el del “Ingreso o Renta Básica Universal” propuesta hacia inicios de 2017, cuando la Asamblea Constituyente daba forma a la actual Constitución Política de la Ciudad de México, Anaya y los panistas bloquearon inicialmente la misma, para posteriormente a finales del 2017 al ser el virtual candidato del Frente Ciudadano por México anunciarla como principal propuesta de política social de la coalición que representaba el Ingreso Básico Universal, haciendo patente una profunda incongruencia.

Ciertamente, la propuesta que ahora abandera el candidato panista y que para fines prácticos de ellos ha dejado de ser populista, lleva sobre la mesa algunas décadas, la renta básica como se conoce en otras latitudes, consiste en entregar un ingreso por parte del Estado a los miembros de su sociedad, sin ninguna restricción y en un ámbito de igualdad; en palabras del hoy candidato, su propuesta vendría a mitigar de manera real, males como la pobreza extrema, desaparecería vicios que poseen los actuales programas sociales, reactivaría la economía, haría sujetos de crédito a sus beneficiarios, y otra serie de alicientes que explica en sus correspondientes vídeos publicitarios.

También hay que resaltar el hecho de que su equipo de trabajo, ha sido señalado en varias ocasiones de robo de ideas y propuestas; sólo hay que recordar que Anaya propuso una Secretaría de Seguridad Ciudadana que meses antes fue un proyecto difundido por Margarita Zavala la candidata independiente. Asimismo, ha entrado en conflicto con Morena, quien reclama que fueron ellos en proponer la baja del IVA en la frontera.

Pero lo que este candidato no dice es como financiará este proyecto de la “renta universal”, que el Presidente de grupo Carso Carlos Slim Helu, había mencionado en una conferencia de prensa a mediados del 2017, como una opción para activar la economía nacional y terminar con los programas paternalistas.

Lo cierto es que si Manuel Gómez Morín, académico, intelectual y fundador del panismo viera lo que esta generación hicieron con su modelo político, que combatía el clientelismo y populismo del PRI que usaba la pobreza como forma de control político electoral, seguramente se volvería a morir del enojo, que en ese pragmatismo azul panista, se transformó en ese populismo simplón del primero gana y luego vemos si cumples, y que triste es ver que los forjadores de ese instituto político como Luis H. Álvarez, Carlos Castillo Peraza, Abel Vicencio Tovar, entre otros, fueron colocados en el cajón de los recuerdos y en su lugar se montaron, no en el socialismos de Lázaro Cárdenas, Heberto Castillo, sino en la ruinas de un PRD que no tuvo opción que aliarse para sobrevivir y mantener registro y prerrogativas, pero ese es el perfil de este neopanismo, quien pasó de la derecha a la izquierda.

Cuando quieres ser Presidente de un país, prometes y prometes hasta que te sangra tu puñito durante la campaña. Es por eso que salen cierto tipo de propuestas tan ilógicas, absurdas, a veces plagiadas o contradictorias con la ideología misma de una derecha cargada a la izquierda, como el caso de Ricardo Anaya Cortés.

Para el candidato del Frente por México por el PAN, PRD y MC no es novedad discursiva, que vuelva a tomar temas como el del “Ingreso o Renta Básica Universal” propuesta hacia inicios de 2017, cuando la Asamblea Constituyente daba forma a la actual Constitución Política de la Ciudad de México, Anaya y los panistas bloquearon inicialmente la misma, para posteriormente a finales del 2017 al ser el virtual candidato del Frente Ciudadano por México anunciarla como principal propuesta de política social de la coalición que representaba el Ingreso Básico Universal, haciendo patente una profunda incongruencia.

Ciertamente, la propuesta que ahora abandera el candidato panista y que para fines prácticos de ellos ha dejado de ser populista, lleva sobre la mesa algunas décadas, la renta básica como se conoce en otras latitudes, consiste en entregar un ingreso por parte del Estado a los miembros de su sociedad, sin ninguna restricción y en un ámbito de igualdad; en palabras del hoy candidato, su propuesta vendría a mitigar de manera real, males como la pobreza extrema, desaparecería vicios que poseen los actuales programas sociales, reactivaría la economía, haría sujetos de crédito a sus beneficiarios, y otra serie de alicientes que explica en sus correspondientes vídeos publicitarios.

También hay que resaltar el hecho de que su equipo de trabajo, ha sido señalado en varias ocasiones de robo de ideas y propuestas; sólo hay que recordar que Anaya propuso una Secretaría de Seguridad Ciudadana que meses antes fue un proyecto difundido por Margarita Zavala la candidata independiente. Asimismo, ha entrado en conflicto con Morena, quien reclama que fueron ellos en proponer la baja del IVA en la frontera.

Pero lo que este candidato no dice es como financiará este proyecto de la “renta universal”, que el Presidente de grupo Carso Carlos Slim Helu, había mencionado en una conferencia de prensa a mediados del 2017, como una opción para activar la economía nacional y terminar con los programas paternalistas.

Lo cierto es que si Manuel Gómez Morín, académico, intelectual y fundador del panismo viera lo que esta generación hicieron con su modelo político, que combatía el clientelismo y populismo del PRI que usaba la pobreza como forma de control político electoral, seguramente se volvería a morir del enojo, que en ese pragmatismo azul panista, se transformó en ese populismo simplón del primero gana y luego vemos si cumples, y que triste es ver que los forjadores de ese instituto político como Luis H. Álvarez, Carlos Castillo Peraza, Abel Vicencio Tovar, entre otros, fueron colocados en el cajón de los recuerdos y en su lugar se montaron, no en el socialismos de Lázaro Cárdenas, Heberto Castillo, sino en la ruinas de un PRD que no tuvo opción que aliarse para sobrevivir y mantener registro y prerrogativas, pero ese es el perfil de este neopanismo, quien pasó de la derecha a la izquierda.