/ sábado 28 de abril de 2018

Política en Blanco y Negro


Rumbo al segundo debate presidencial

Tras celebrar el primero de los tres debates organizados por el Instituto Nacional Electoral (INE), el cual me pareció un gran ejercicio en un formato ágil y novedoso que nos permitió como “la presentación en sociedad” de los aspirantes presidenciales; el segundo será el 20 de mayo, siendo eje medular para ascender posiciones en las preferencias o para poner en riesgo su posición de cara al tercer y último debate del 12 de junio.

Tuve la oportunidad en una mesa de trabajo, con distinguidos académicos de la UNAM, UAEMex, Eduardo Rodríguez Manzanares, Ricardo Joya, Héctor Virgilio Jaramillo, Nina Chávez en el programa de “Opiniones con Café” con Hugo Miranda y Alejandra Cruz, de intercambiar puntos de vista sobre el contenido del debate, mismo que coinciden en que solamente fue escenario de ataques y pinceladas de propuestas, en donde siempre surgirá la duda de saber quién resultó ganador de este primer ejercicio, por lo que algunas encuestas y medios señalan como ganador al candidato Ricardo Anaya, (independientemente del anuncio que compró en google para señalarse como ganador), así como otras revelan a José Antonio Meade como el victorioso en la percepción, pero lo que sí es cierto es que el resultado se segmenta en dos vertientes. La primera, en un electorado que previamente al debate ya decidió y no va a modificar el sentido de su voto. El segundo, que es el indeciso, no sabe por quién va a votar y ese grueso de electores puede decidir su voto con base a los dos debates restantes.

En el balance si hubiese algún perdedor de este ejercicio, me parce que fue Andrés Manuel López Obrador, quien dejó tantas dudas como las que todos nos preguntamos sobre las propuestas de los que aspiran a la presidencia el ¿cómo van a implementar las mismas en seguridad y combate a la corrupción? Ambos temas sumamente sensibles.

Sin duda el segundo debate, de que nos pone a la mitad del camino, será la oportunidad de ver a los que quieren ser presidente de México en momentos de redireccionar las políticas públicas que puedan seguir manteniendo la estabilidad económica, las relaciones internacionales y comerciales porque somos la 12 economía del mundo, la gran asignatura pendiente que sigue siendo la seguridad, y establecer el compromiso político de sacar adelante al fiscal general de justicia y al fiscal anticorrupción. Quien gane el próximo 1º de julio va a necesitar de los que pierdan en la legislatura, porque nadie tendrá mayoría absoluta, y el ciudadano votará de manera más racional, por ello hay que estar atentos a los aciertos y errores que puedan cometer los candidatos en el siguiente debate y votar de manera racional y no emocional.


Rumbo al segundo debate presidencial

Tras celebrar el primero de los tres debates organizados por el Instituto Nacional Electoral (INE), el cual me pareció un gran ejercicio en un formato ágil y novedoso que nos permitió como “la presentación en sociedad” de los aspirantes presidenciales; el segundo será el 20 de mayo, siendo eje medular para ascender posiciones en las preferencias o para poner en riesgo su posición de cara al tercer y último debate del 12 de junio.

Tuve la oportunidad en una mesa de trabajo, con distinguidos académicos de la UNAM, UAEMex, Eduardo Rodríguez Manzanares, Ricardo Joya, Héctor Virgilio Jaramillo, Nina Chávez en el programa de “Opiniones con Café” con Hugo Miranda y Alejandra Cruz, de intercambiar puntos de vista sobre el contenido del debate, mismo que coinciden en que solamente fue escenario de ataques y pinceladas de propuestas, en donde siempre surgirá la duda de saber quién resultó ganador de este primer ejercicio, por lo que algunas encuestas y medios señalan como ganador al candidato Ricardo Anaya, (independientemente del anuncio que compró en google para señalarse como ganador), así como otras revelan a José Antonio Meade como el victorioso en la percepción, pero lo que sí es cierto es que el resultado se segmenta en dos vertientes. La primera, en un electorado que previamente al debate ya decidió y no va a modificar el sentido de su voto. El segundo, que es el indeciso, no sabe por quién va a votar y ese grueso de electores puede decidir su voto con base a los dos debates restantes.

En el balance si hubiese algún perdedor de este ejercicio, me parce que fue Andrés Manuel López Obrador, quien dejó tantas dudas como las que todos nos preguntamos sobre las propuestas de los que aspiran a la presidencia el ¿cómo van a implementar las mismas en seguridad y combate a la corrupción? Ambos temas sumamente sensibles.

Sin duda el segundo debate, de que nos pone a la mitad del camino, será la oportunidad de ver a los que quieren ser presidente de México en momentos de redireccionar las políticas públicas que puedan seguir manteniendo la estabilidad económica, las relaciones internacionales y comerciales porque somos la 12 economía del mundo, la gran asignatura pendiente que sigue siendo la seguridad, y establecer el compromiso político de sacar adelante al fiscal general de justicia y al fiscal anticorrupción. Quien gane el próximo 1º de julio va a necesitar de los que pierdan en la legislatura, porque nadie tendrá mayoría absoluta, y el ciudadano votará de manera más racional, por ello hay que estar atentos a los aciertos y errores que puedan cometer los candidatos en el siguiente debate y votar de manera racional y no emocional.