/ sábado 26 de mayo de 2018

Política en Blanco y Negro

Toluca, México.- No termina por quedar en claro para qué sirven los debates en esta nueva era digital, donde lo que predomina es la información y la confrontación de la mera inmediata.

En la historia reciente de los debates que arrancan en 1994, se desarrollaron distintos formatos que no siempre son los mejores ante la percepción de la población, pese a todo hay que reconocer el gran esfuerzo que el Instituto Nacional Electoral viene realizando para que sean más ágiles y atractivos, que desafortunadamente como lo informó el órgano electoral, tuvo una baja de espectadores en TV, 12 millones, y en redes Facebook 1 millones 700 mil y en twitter 1 millón 200 mil.

Las campañas a la presidencia de la República están acelerando uno de los fenómenos más nocivos en una democracia: el desprecio o incluso la animosidad con relación a los políticos, lo cual resulta muy desaconsejable en una sociedad que está polarizada que puede crecer mucho más de lo que podemos imaginar.

En palabras de Diego Valadés, tras el debate del domingo pasado, comprendemos que “el enojo no es un buen acompañante para los procesos electorales. Menos en un ejemplo que se está extendiendo y que está convirtiendo el tema de la política en casi un tabú. Pensar que hablar de política pueda resultar ofensivo para los interlocutores y que muchas veces en una reunión se rompa la cordialidad porque no se sabe procesar la discrepancia, quiere decir que la política toca fibras muy delicadas que nos pueden llevar a impedir una convivencia satisfactoria.” Arrojándonos un análisis  para la reconstrucción social en condiciones de complejidad para el próximo gobierno que gane los comicios del primero julio.

La muestra está clara en la agresividad entre Andrés Manuel López Obrador, Ricardo Anaya Cortés y José Antonio Meade Kuribreña, en donde se opaca cualquier propuesta, en un encuentro en el que el aspirante del PRI se mostró más sólido ante el debate de los descalificativos del puntero con Anaya al que llamó “cínico”, “farsante”, “hipócrita”, “demagogo”, destacó la “prudencia” de Jaime Rodríguez el “Bronco” al pedir los abrazos de reconciliación, en  esa noche de decepción de este segundo debate.

Detrás de cualquier crónica, análisis, momentos polemicos y un sinnúmero de memes, a muchos se les olvidó que fue en Tijuana, Baja California, en Lomas Taurinas que en ese barrio donde el excandidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio Murrieta, en 1994, fue asesinado, mismo que continúa albergando rezago y pobreza.

Desafortunadamente sigo sin ver propuestas concretas en materia de libre comercio, derechos de los migrantes, protección al mercado nacional y cómo enfrentar al malévolo Donald Trump.

Después de la elección, gane quien gane, deberán recomponer el tejido social de México, porque todos necesitamos que le vaya bien al próximo presidente de nuestra nación, y todos somos mexicanos.


 

Toluca, México.- No termina por quedar en claro para qué sirven los debates en esta nueva era digital, donde lo que predomina es la información y la confrontación de la mera inmediata.

En la historia reciente de los debates que arrancan en 1994, se desarrollaron distintos formatos que no siempre son los mejores ante la percepción de la población, pese a todo hay que reconocer el gran esfuerzo que el Instituto Nacional Electoral viene realizando para que sean más ágiles y atractivos, que desafortunadamente como lo informó el órgano electoral, tuvo una baja de espectadores en TV, 12 millones, y en redes Facebook 1 millones 700 mil y en twitter 1 millón 200 mil.

Las campañas a la presidencia de la República están acelerando uno de los fenómenos más nocivos en una democracia: el desprecio o incluso la animosidad con relación a los políticos, lo cual resulta muy desaconsejable en una sociedad que está polarizada que puede crecer mucho más de lo que podemos imaginar.

En palabras de Diego Valadés, tras el debate del domingo pasado, comprendemos que “el enojo no es un buen acompañante para los procesos electorales. Menos en un ejemplo que se está extendiendo y que está convirtiendo el tema de la política en casi un tabú. Pensar que hablar de política pueda resultar ofensivo para los interlocutores y que muchas veces en una reunión se rompa la cordialidad porque no se sabe procesar la discrepancia, quiere decir que la política toca fibras muy delicadas que nos pueden llevar a impedir una convivencia satisfactoria.” Arrojándonos un análisis  para la reconstrucción social en condiciones de complejidad para el próximo gobierno que gane los comicios del primero julio.

La muestra está clara en la agresividad entre Andrés Manuel López Obrador, Ricardo Anaya Cortés y José Antonio Meade Kuribreña, en donde se opaca cualquier propuesta, en un encuentro en el que el aspirante del PRI se mostró más sólido ante el debate de los descalificativos del puntero con Anaya al que llamó “cínico”, “farsante”, “hipócrita”, “demagogo”, destacó la “prudencia” de Jaime Rodríguez el “Bronco” al pedir los abrazos de reconciliación, en  esa noche de decepción de este segundo debate.

Detrás de cualquier crónica, análisis, momentos polemicos y un sinnúmero de memes, a muchos se les olvidó que fue en Tijuana, Baja California, en Lomas Taurinas que en ese barrio donde el excandidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio Murrieta, en 1994, fue asesinado, mismo que continúa albergando rezago y pobreza.

Desafortunadamente sigo sin ver propuestas concretas en materia de libre comercio, derechos de los migrantes, protección al mercado nacional y cómo enfrentar al malévolo Donald Trump.

Después de la elección, gane quien gane, deberán recomponer el tejido social de México, porque todos necesitamos que le vaya bien al próximo presidente de nuestra nación, y todos somos mexicanos.