/ sábado 25 de agosto de 2018

Política en Blanco y Negro


El tiempo de EPN llegó al final

El nuevo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, está convencido de que la historia del país no volverá a ser la misma tras su paso por Palacio Nacional, en su tan prometida cuarta transformación en la historia de nuestro país, para hacer su sexenio un hito al nivel de la Independencia, la Reforma y la Revolución Mexicana. Sin embargo aún no inicia el camino y ya tuvo que modificar su oferta política en temas como que no bajará la gasolina, que tampoco se concretará la guardia nacional, asimismo continuará la obra del aeropuerto, entre otros rubros.

Sin embargo no hay ciclo que no se cumpla y el ocaso del Gobierno de Enrique Peña Nieto y la disminución de fuerza es evidente y eso lo pudimos ver el lunes 20 de agosto en donde nuestro aún presidente de México y Andrés Manuel López Obrador se dio el inicio formal de la transición entre ambos gabinetes para los trámites de intercambio de información sobre la situación de las 20 áreas del Sector Central del gobierno Federal con los temas prioritarios a atender. Este formalismo al que acompañó una reunión inusual de todos los integrantes de los dos gobiernos se vislumbra en un clima de “respeto y cordialidad”, ajustados al tiempo que dure la transición más allá y su compromiso de colaborar para que el 1 de diciembre, cuando López Obrador tome posesión del cargo, el futuro gobierno pueda trabajar con toda la información disponible.

Sin embargo hubo dos momentos muy álgidos para el gobierno saliente cuando sostuvieron la rueda de prensa ambos personajes, el primero fue el tema del aeropuerto donde Peña Nieto refiere que la obra sigue y López Obrador insiste que irá a consulta, y el peor momento de muchos que ha vivido la actual administración cuando el presidente Peña defendió la Reforma Educativa, con detalle no se vio en la conferencia al secretario de Educación, Otto Granados Roldán, y lo que el presidente electo repitió de su discurso de campaña que “va a cancelar la reforma educativa”.

Es evidente que el futuro de lo que haya construido la administración de Peña Nieto, a partir del primero de diciembre es decisión del nuevo gobierno, así lo quiso el pueblo de México que le dio una abrumadora mayoría en el Senado y la Cámara de Diputados a Morena.

Sin embargo espero que la nueva administración deje de dar señales tan peligrosas en sus aliados, como los son Nestora Salgado, Napoleón Gómez Urrutia, Manuel Barttlet y recientemente Elba Esther Gordillo, quien con gran sobriedad dijo: “logré mi libertad y se derrumbó la reforma educativa”, ojalá que la maestra Gordillo no se sienta por encima del futuro secretario de Educación, Esteban Moctezuma y mucho menos del presidente elector López Obrador.

La administración de Enrique Peña Nieto, rodeada de claroscuros, ha iniciando su final y seremos nosotros quienes le demos su lugar en la historia.


El tiempo de EPN llegó al final

El nuevo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, está convencido de que la historia del país no volverá a ser la misma tras su paso por Palacio Nacional, en su tan prometida cuarta transformación en la historia de nuestro país, para hacer su sexenio un hito al nivel de la Independencia, la Reforma y la Revolución Mexicana. Sin embargo aún no inicia el camino y ya tuvo que modificar su oferta política en temas como que no bajará la gasolina, que tampoco se concretará la guardia nacional, asimismo continuará la obra del aeropuerto, entre otros rubros.

Sin embargo no hay ciclo que no se cumpla y el ocaso del Gobierno de Enrique Peña Nieto y la disminución de fuerza es evidente y eso lo pudimos ver el lunes 20 de agosto en donde nuestro aún presidente de México y Andrés Manuel López Obrador se dio el inicio formal de la transición entre ambos gabinetes para los trámites de intercambio de información sobre la situación de las 20 áreas del Sector Central del gobierno Federal con los temas prioritarios a atender. Este formalismo al que acompañó una reunión inusual de todos los integrantes de los dos gobiernos se vislumbra en un clima de “respeto y cordialidad”, ajustados al tiempo que dure la transición más allá y su compromiso de colaborar para que el 1 de diciembre, cuando López Obrador tome posesión del cargo, el futuro gobierno pueda trabajar con toda la información disponible.

Sin embargo hubo dos momentos muy álgidos para el gobierno saliente cuando sostuvieron la rueda de prensa ambos personajes, el primero fue el tema del aeropuerto donde Peña Nieto refiere que la obra sigue y López Obrador insiste que irá a consulta, y el peor momento de muchos que ha vivido la actual administración cuando el presidente Peña defendió la Reforma Educativa, con detalle no se vio en la conferencia al secretario de Educación, Otto Granados Roldán, y lo que el presidente electo repitió de su discurso de campaña que “va a cancelar la reforma educativa”.

Es evidente que el futuro de lo que haya construido la administración de Peña Nieto, a partir del primero de diciembre es decisión del nuevo gobierno, así lo quiso el pueblo de México que le dio una abrumadora mayoría en el Senado y la Cámara de Diputados a Morena.

Sin embargo espero que la nueva administración deje de dar señales tan peligrosas en sus aliados, como los son Nestora Salgado, Napoleón Gómez Urrutia, Manuel Barttlet y recientemente Elba Esther Gordillo, quien con gran sobriedad dijo: “logré mi libertad y se derrumbó la reforma educativa”, ojalá que la maestra Gordillo no se sienta por encima del futuro secretario de Educación, Esteban Moctezuma y mucho menos del presidente elector López Obrador.

La administración de Enrique Peña Nieto, rodeada de claroscuros, ha iniciando su final y seremos nosotros quienes le demos su lugar en la historia.