/ sábado 1 de septiembre de 2018

Política en Blanco y Negro


Contra las cuerdas PES y Panal

El del Partido Encuentro Social (PES) en nuestro país es un “albur”. La fuerza política ultraconservadora ha obtenido en los comicios pasados del 1 de julio 53 espacios en el Congreso en su breve historia y al mismo tiempo no ha tenido los suficientes votos para conservar su registro como partido político ante el Instituto Nacional Electoral (INE). Esta paradoja es resultado de la alianza que el PES hizo con Andrés Manuel López Obrador, el presidente electo.

Pero no sólo el PES está en la lista de los damnificados de la tendencia electoral que llevara al líder de Morena a la presidencia, sino que se le suma el Partido Nueva Alianza (Panal), a quienes en la primera quincena de septiembre próximo el Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) definirá la pérdida de su registro como partidos, tras la calificación de la elección por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y el rechazo a 147 impugnaciones presentadas.

Cabe señalar que si nuestro sistema electoral no fuera tan complejo, bastaría el cómputo del INE para declarar la desaparición de dichos partidos enseguida del 1 de julio, empero, nuestro sistema tiene varios umbrales, tanto explícitos como implícitos. Tal vez el más relevante es el de la permanencia de partidos donde, de acuerdo a nuestra constitución, se requiere del 3% de la votación válida emitida en cualquier elección para poder asegurar el registro y, en consecuencia, la asignación de prerrogativas. Algo que ni el PES ni el Panal lograron obtener en ninguna elección federal, por lo que se planteó ya la designación de un interventor que proceda a la liquidación de dichos partidos.

El PES de Hugo Eric Flores Cervantes, con una base evangélica, se alió con AMLO en este 2018 buscando beneficiarse de la popularidad del candidato para asegurar el incremento de su votación, obteniendo 1,530,101 de votos que representó el 2.70% en la elección presidencial, lo que le deja fuera del sistema del umbral de manera irónica. En el caso de Nueva Alianza con su líder Luis Castro Obregón, conformados por una base magisterial, usualmente habían obtenido votaciones mayores a 4% en promedio, por lo que no habían tenido conflictos para mantener el registro, pero ahora en su alianza con José Antonio Meade en este 2018 obtuvo 561,193 votos que es el .99%, lo que hoy día los tiene contra las cuerdas a espera del KnockOut.

Por lo tanto a pesar de que Hugo siga buscando a Andrés Manuel para ver cómo le ayuda y le da refugio, no tendrá ya ninguna prerrogativa al igual que Obregón a pesar de los regresos a contraluz de actores que están a la espera de su papel protagónico, tampoco tendrán acceso a los tiempos oficiales para radio y televisión, ni tampoco estarán sentados en el Consejo General del INE, ni de los consejos locales. Una vez que la pérdida de registro sea emitida a través del Diario Oficial de la Federación (DOF) los interventores procederán a ejecutar la liquidación de los institutos políticos a través de un procedimiento en el que se da prioridad a las obligaciones laborales de éste y se les dirá adiós sin un “te extrañaré” en el viento.


Contra las cuerdas PES y Panal

El del Partido Encuentro Social (PES) en nuestro país es un “albur”. La fuerza política ultraconservadora ha obtenido en los comicios pasados del 1 de julio 53 espacios en el Congreso en su breve historia y al mismo tiempo no ha tenido los suficientes votos para conservar su registro como partido político ante el Instituto Nacional Electoral (INE). Esta paradoja es resultado de la alianza que el PES hizo con Andrés Manuel López Obrador, el presidente electo.

Pero no sólo el PES está en la lista de los damnificados de la tendencia electoral que llevara al líder de Morena a la presidencia, sino que se le suma el Partido Nueva Alianza (Panal), a quienes en la primera quincena de septiembre próximo el Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) definirá la pérdida de su registro como partidos, tras la calificación de la elección por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y el rechazo a 147 impugnaciones presentadas.

Cabe señalar que si nuestro sistema electoral no fuera tan complejo, bastaría el cómputo del INE para declarar la desaparición de dichos partidos enseguida del 1 de julio, empero, nuestro sistema tiene varios umbrales, tanto explícitos como implícitos. Tal vez el más relevante es el de la permanencia de partidos donde, de acuerdo a nuestra constitución, se requiere del 3% de la votación válida emitida en cualquier elección para poder asegurar el registro y, en consecuencia, la asignación de prerrogativas. Algo que ni el PES ni el Panal lograron obtener en ninguna elección federal, por lo que se planteó ya la designación de un interventor que proceda a la liquidación de dichos partidos.

El PES de Hugo Eric Flores Cervantes, con una base evangélica, se alió con AMLO en este 2018 buscando beneficiarse de la popularidad del candidato para asegurar el incremento de su votación, obteniendo 1,530,101 de votos que representó el 2.70% en la elección presidencial, lo que le deja fuera del sistema del umbral de manera irónica. En el caso de Nueva Alianza con su líder Luis Castro Obregón, conformados por una base magisterial, usualmente habían obtenido votaciones mayores a 4% en promedio, por lo que no habían tenido conflictos para mantener el registro, pero ahora en su alianza con José Antonio Meade en este 2018 obtuvo 561,193 votos que es el .99%, lo que hoy día los tiene contra las cuerdas a espera del KnockOut.

Por lo tanto a pesar de que Hugo siga buscando a Andrés Manuel para ver cómo le ayuda y le da refugio, no tendrá ya ninguna prerrogativa al igual que Obregón a pesar de los regresos a contraluz de actores que están a la espera de su papel protagónico, tampoco tendrán acceso a los tiempos oficiales para radio y televisión, ni tampoco estarán sentados en el Consejo General del INE, ni de los consejos locales. Una vez que la pérdida de registro sea emitida a través del Diario Oficial de la Federación (DOF) los interventores procederán a ejecutar la liquidación de los institutos políticos a través de un procedimiento en el que se da prioridad a las obligaciones laborales de éste y se les dirá adiós sin un “te extrañaré” en el viento.