/ sábado 6 de octubre de 2018

Política en Blanco y Negro

Del autoritarismo de Díaz Ordaz al de José Ramón Amieva.( 2 de octubre)

He de decir que crecí y fui educado por mi madre Susana Rodríguez Fernández en casa con una visión liberal social y más cargada al socialismos de Fidel Castro y León Trotsky, por lo que el nombre del presidente Gustavo Díaz Ordaz era y siguiendo sinónimo de violencia y autoritarismo, con una triste historia relacionado con la muerte de jóvenes el 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco en la Ciudad de México.

Hay que recordar que ese año de 1968 fue crucial en la historia mundial. El “despertar” de estos jóvenes fue tan importante que pronto cobró fuerza en países como Estados Unidos, Checoslovaquia, Alemania, México, entre otros. El caso mexicano fue de suma importancia debido a la magnitud del movimiento, se enarboló la lucha en busca de la libertad política, religiosa y sexual.

A lo largo de estos 50 años se han dado a conocer los archivos que el Gobierno mexicano había salvaguardado, donde al final, a ciencia cierta no hay claridad si en efecto el entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz o quien fuera su secretario de Gobernación, Luis Echeverría Álvarez, fueron autores de la masacre.

Sin embargo, pese a que si fue Díaz Ordaz O Echeverría o gente infiltrada, el hecho es que durante el Gobierno del presidente Díaz Ordaz, México tuvo avances como el crecimiento económico más alto en la historia, cerca del 8%, desarrollo de infraestructuras carreteras, escuelas, entre muchos aciertos administrativos que se tuvieron. Eso no le resta ninguna responsabilidad por los hechos del 2 de octubre y de muchos más que seguramente se han omitido en la historia nacional.

Sin embargo, la actitud del jefe de gobierno sustituto de la CDMX, José Ramón Amieva, de manera unilateral y autoritaria mandó retirar las placas conmemorativa a la construcción del metro de 1970, con el nombre de Díaz Ordaz, entre otras; no vaya a querer después proceder a las “limpias” o “de depuración” que vivieron los soviéticos con José Stalin o la “solución final” de los Nazis.

Quizás el nacido en el estado de Hidalgo, Amieva, debe leer un poco más de historia, y filosofía, que por cierto Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano (1997-1999) y Andrés Manuel López Obrador (2000-2006) exjefes de Gobierno por elección, sí conocen y dieron muestras de tolerancia y respeto a los monumentos, placas conmemorativas, incluida las del expresidente. Bien le valdría al sustituto jefe de Gobierno, ocuparse en problemas que vive la Ciudad de México, como las inundaciones, la inseguridad, entre otros.

Sea usted, querido lector, quien cree su propia conjetura, sus propias conclusiones, pero yo me quedo que nunca más deben existir gobiernos autoritarios como el de Gustavo Díaz Ordaz, y que nos libre de los aprendices de políticos con tintes autoritarios como José Ramón Amieva, porque quien no conoce la historia, está condenado a cometer los mismos errores.

Del autoritarismo de Díaz Ordaz al de José Ramón Amieva.( 2 de octubre)

He de decir que crecí y fui educado por mi madre Susana Rodríguez Fernández en casa con una visión liberal social y más cargada al socialismos de Fidel Castro y León Trotsky, por lo que el nombre del presidente Gustavo Díaz Ordaz era y siguiendo sinónimo de violencia y autoritarismo, con una triste historia relacionado con la muerte de jóvenes el 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco en la Ciudad de México.

Hay que recordar que ese año de 1968 fue crucial en la historia mundial. El “despertar” de estos jóvenes fue tan importante que pronto cobró fuerza en países como Estados Unidos, Checoslovaquia, Alemania, México, entre otros. El caso mexicano fue de suma importancia debido a la magnitud del movimiento, se enarboló la lucha en busca de la libertad política, religiosa y sexual.

A lo largo de estos 50 años se han dado a conocer los archivos que el Gobierno mexicano había salvaguardado, donde al final, a ciencia cierta no hay claridad si en efecto el entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz o quien fuera su secretario de Gobernación, Luis Echeverría Álvarez, fueron autores de la masacre.

Sin embargo, pese a que si fue Díaz Ordaz O Echeverría o gente infiltrada, el hecho es que durante el Gobierno del presidente Díaz Ordaz, México tuvo avances como el crecimiento económico más alto en la historia, cerca del 8%, desarrollo de infraestructuras carreteras, escuelas, entre muchos aciertos administrativos que se tuvieron. Eso no le resta ninguna responsabilidad por los hechos del 2 de octubre y de muchos más que seguramente se han omitido en la historia nacional.

Sin embargo, la actitud del jefe de gobierno sustituto de la CDMX, José Ramón Amieva, de manera unilateral y autoritaria mandó retirar las placas conmemorativa a la construcción del metro de 1970, con el nombre de Díaz Ordaz, entre otras; no vaya a querer después proceder a las “limpias” o “de depuración” que vivieron los soviéticos con José Stalin o la “solución final” de los Nazis.

Quizás el nacido en el estado de Hidalgo, Amieva, debe leer un poco más de historia, y filosofía, que por cierto Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano (1997-1999) y Andrés Manuel López Obrador (2000-2006) exjefes de Gobierno por elección, sí conocen y dieron muestras de tolerancia y respeto a los monumentos, placas conmemorativas, incluida las del expresidente. Bien le valdría al sustituto jefe de Gobierno, ocuparse en problemas que vive la Ciudad de México, como las inundaciones, la inseguridad, entre otros.

Sea usted, querido lector, quien cree su propia conjetura, sus propias conclusiones, pero yo me quedo que nunca más deben existir gobiernos autoritarios como el de Gustavo Díaz Ordaz, y que nos libre de los aprendices de políticos con tintes autoritarios como José Ramón Amieva, porque quien no conoce la historia, está condenado a cometer los mismos errores.