El nuevo modelo de seguridad para México (Parte II)
Inicia su sexenio de gobierno el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien junto con su equipo de trabajo presentó hace unos días su Plan Nacional de Paz y Seguridad donde en ocho puntos desarrolló su estrategia que hoy arranca y será la columna vertebral de un tema pendiente de hace 12 años.
En resumen son los siguientes: Erradicar la corrupción; garantizar empleo, educación, salud y bienestar; respeto pleno y promoción a los derechos humanos; regeneración ética de la sociedad; reformular el combate a las drogas; recuperación y dignificación de las cárceles; emprender la construcción de la paz y seguridad pública, seguridad nacional y paz.
En la anterior participación me referí al apartado de la Seguridad Nacional que habla de la creación de la Guardia Nacional y la división de las 266 regiones el territorio nacional. En esta ocasión desglosaré el tema de la “Construcción de la Paz y la seguridad Pública”, dentro de los puntos destaca, “debatir la necesidad de emprender un proceso de pacificación con las organizaciones delictivas y de adoptar modelos de justicia transicional que garanticen los derechos de las víctimas, esto es, de leyes especiales para poner fin a las confrontaciones armadas y posibilitar el desarme y la entrega de los infractores, garantizando asimismo sus derechos y ofreciéndoles reducciones de penas e incluso amnistías condicionadas al perdón de personas y colectividades que hayan sido afectadas, y proponiéndoles un cambio de vida.”
Lanza la pregunta: “¿Qué ofrecer a los delincuentes para que dejen de delinquir? En primer lugar, un aumento en la esperanza de vida: los integrantes de las organizaciones criminales suelen morir jóvenes y de manera violenta, y ensanchar las perspectivas de la existencia resulta una posibilidad que casi todo mundo ambiciona. En segundo lugar la posibilidad de llevar una vida tranquila y sin sobresaltos; en tercero, la posibilidad de que encabecen negocios legales y regulares. En cuarto, alcanzar la respetabilidad social”.
Concluye con la creación de “El Consejo de Construcción de Paz” que será el órgano para establecer criterios y lineamientos para otorgar la amnistía, que me parece por lo que se pudo observar en los “Foros de consulta sobre la paz”, no fue bien recibido el tema de la amnistía, por el contrario, se mostró el rechazo, a grito de “justicia sí, perdón no”, por lo que es un punto sumamente álgido.
El riesgo que veo legalmente hablado es ¿qué va ocurrir con el delincuente que sea reincidente? Obviamente después de recibir el perdón. Si de por sí la ciudadanía está dolida y desconfiada de las instituciones de procuración y administración de justicia, imaginemos que esa víctima otorgó el perdón y verse nuevamente en riesgo de un criminal reincidente, qué miedo.
Creo que no es un tema de consulta popular, sino de especialistas en Derecho, Criminología, Psicología y sobre todo las víctimas, que debe ser analizado con todo cuidado. La propuesta me parece sensata y bien intencionada, siempre y cuando se haga con transparencia y apego a la legalidad.