/ sábado 29 de junio de 2019

Política en Blanco y Negro

México ante la crisis migratoria y humanitaria

La migración es el desplazamiento de una persona o número de personas que hacen para dejar su lugar de residencia e instalarse en otro. La principal causa que origina este movimiento son la búsqueda de una mejor calidad de vida tanto social, como política y desde luego económica. La sociedad quiere estabilidad y seguridad. Según la CEPAL, en América Latina, cerca del 72% de personas migran hacia Estados Unidos, mientras 16% a Europa y 12 de manera intrarregional.

La situación humanitaria por la que estamos atravesando como nación y en general Latinoamérica nos hace reflexionar en torno a la actual crisis de migración que registramos no sólo en México sino a nivel global y, lo que es más importante, replantearnos qué podemos hacer desde la sociedad civil y la ciudadanía corporativa para contribuir a resolver esta problemática de fondo, porque en muy pocos casos, alguien quiere dejar su casa, su origen sino es por una situación de necesidad de salud, alimentaria o de seguridad.

Ya lo decía hace unos días Muhammad Yunus, Nobel de la Paz, “el epicentro de la riqueza está en una media docena de países, la gente busca ese epicentro, deja sus pueblos porque no hay trabajo, es un movimiento natural, algunos le llaman crisis de migración, crisis de refugiados, pero está en la naturaleza humana”.

En tanto, los miles de migrantes que soñaban con empezar una nueva vida en Estados Unidos están pidiendo asilo en México, pues ante la imposibilidad de alcanzar su objetivo final cualquier sitio es mejor para ellos que regresar al lugar de donde salieron.

Este panorama coloca a México como un “tercer país seguro”, lo que significa que, si la nación de destino no acepta a los nuevos habitantes, puede remitirlos a otro país donde encuentren todo lo necesario para empezar de nuevo, de aquí el reto de nuestro país porque implica servicios como salud, alimentos, seguridad y en un momento generación de nuevos empleos.

El aumento de la presión por parte de USA para que nuestro país frene el flujo de migrantes ha obligado a un cambio de rumbo del Gobierno, en ese sentido el subsecretario de Relaciones Exteriores Maximiliano Reyes, ha reconocido el pasado 24 de junio que hasta el momento no tienen una estimación del costo total que implicará contener la crisis y ha asegurado que no han solicitado ampliar el presupuesto para cumplir con los acuerdos de ambos países, por el cual están suspendidos los aranceles a todos los productos nacionales con un 5%.

Sin embargo, en el primer cuatrimestre de 2019, el Instituto Nacional de Migración (INM) gastó casi 600 millones de pesos, más de 30 millones de dólares, casi un 50% más de lo aprobado para ese mismo periodo en los presupuestos

Como lo he dicho, en otros espacios, sin importar el color partidista del gobierno en turno, siempre se tiene muy claro que se representa a México, por ello las negociaciones que encabezo el canciller Marcelo Ebrard hace unas semanas en lo económico se considera un éxito, pero en la posición política y social a nadie a ha dejado contento el papel que hoy juega nuestro país.

México ante la crisis migratoria y humanitaria

La migración es el desplazamiento de una persona o número de personas que hacen para dejar su lugar de residencia e instalarse en otro. La principal causa que origina este movimiento son la búsqueda de una mejor calidad de vida tanto social, como política y desde luego económica. La sociedad quiere estabilidad y seguridad. Según la CEPAL, en América Latina, cerca del 72% de personas migran hacia Estados Unidos, mientras 16% a Europa y 12 de manera intrarregional.

La situación humanitaria por la que estamos atravesando como nación y en general Latinoamérica nos hace reflexionar en torno a la actual crisis de migración que registramos no sólo en México sino a nivel global y, lo que es más importante, replantearnos qué podemos hacer desde la sociedad civil y la ciudadanía corporativa para contribuir a resolver esta problemática de fondo, porque en muy pocos casos, alguien quiere dejar su casa, su origen sino es por una situación de necesidad de salud, alimentaria o de seguridad.

Ya lo decía hace unos días Muhammad Yunus, Nobel de la Paz, “el epicentro de la riqueza está en una media docena de países, la gente busca ese epicentro, deja sus pueblos porque no hay trabajo, es un movimiento natural, algunos le llaman crisis de migración, crisis de refugiados, pero está en la naturaleza humana”.

En tanto, los miles de migrantes que soñaban con empezar una nueva vida en Estados Unidos están pidiendo asilo en México, pues ante la imposibilidad de alcanzar su objetivo final cualquier sitio es mejor para ellos que regresar al lugar de donde salieron.

Este panorama coloca a México como un “tercer país seguro”, lo que significa que, si la nación de destino no acepta a los nuevos habitantes, puede remitirlos a otro país donde encuentren todo lo necesario para empezar de nuevo, de aquí el reto de nuestro país porque implica servicios como salud, alimentos, seguridad y en un momento generación de nuevos empleos.

El aumento de la presión por parte de USA para que nuestro país frene el flujo de migrantes ha obligado a un cambio de rumbo del Gobierno, en ese sentido el subsecretario de Relaciones Exteriores Maximiliano Reyes, ha reconocido el pasado 24 de junio que hasta el momento no tienen una estimación del costo total que implicará contener la crisis y ha asegurado que no han solicitado ampliar el presupuesto para cumplir con los acuerdos de ambos países, por el cual están suspendidos los aranceles a todos los productos nacionales con un 5%.

Sin embargo, en el primer cuatrimestre de 2019, el Instituto Nacional de Migración (INM) gastó casi 600 millones de pesos, más de 30 millones de dólares, casi un 50% más de lo aprobado para ese mismo periodo en los presupuestos

Como lo he dicho, en otros espacios, sin importar el color partidista del gobierno en turno, siempre se tiene muy claro que se representa a México, por ello las negociaciones que encabezo el canciller Marcelo Ebrard hace unas semanas en lo económico se considera un éxito, pero en la posición política y social a nadie a ha dejado contento el papel que hoy juega nuestro país.