/ sábado 2 de diciembre de 2017

Política en Blanco y Negro

Sin dudas el PRI tomó ventaja con el anuncio de José Antonio Meade Kuribreña, como su candidato, con un perfil de un simpatizante, pero no militante, y como bien señaló en la comisión política permanente el exdirigente nacional Manlio Fabio Beltrones, que se necesita de los militantes y también de la inclusión de los ciudadanos y de ahí que haya sido también bien recibido el anuncio de querer contender de Meade, por los sectores priistas, algunos panistas, sindicales, empresariales y académicos.

Lo anterior coloca en un serio aprieto a los aliados frentistas, que saben que conforme se acercan más los tiempos de las definiciones de los cargos políticos, el Frente Ciudadano por México integrado por el PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, cada vez camina menos de frente, basta ver que la semana pasada, Miguel Ángel Mancera Espinoza, manifestó su interés por ser el candidato del PRD y como era de esperarse Alejandra Barrarles Magdaleno lo secundó, en Jalisco Enrique Alfaro Ramírez, actual presidente municipal de Guadalajara, y aspirante a la gubernatura de ese estado, se le salió del control de Dante Delgado Rannauro y declaró que va a ser candidato sin el Frente Ciudadano, que deja prácticamente solo a la corriente panista de Ricardo Anaya Cortés, quien dicho sea de paso además de la salida de la Familia Calderón-Zavala y la candidatura independiente de Margarita Zavala Gómez, Rafael Moreno Valle ha dicho que si no es un método definido, no apoyará al candidato de mencionado Frente.

Con la designación de José Antonio Meade Kuribreña por el PRI, y por tercera vez en la boleta y 18 años de campaña permanente de Andrés Manuel López Obrador, el Frente Ciudadano corre el riesgo de quedarse hasta en un cuarto lugar en la votación nacional, por abajo de Meade, López y Zavala y nada me extrañaría que en un voto útil, gobernadores panistas y perredistas se inclinen por alguno de los punteros.

Según se informó, el 13 de diciembre tendrá que estar definido el método de selección, que por dicho de los panistas, la candidatura a la Presidencia de la República, les corresponde por ser la mayoría, lo que en justicia es cierto, lo que no contaban es que Mancera se pondría respondón, incluso pidió exámenes de control de confianza y declaración patrimonial, que mucho, mucho ruido se la ha de haber hecho al presidente nacional del PAN.

No se ve claridad en quién será el nominado, porque Alejandra Barrales, promotora férrea de esta coalición, por orden del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación debe separarse de la dirigencia nacional, y al interior del PRD la corriente del mexiquense Héctor Miguel Bautista, las alianzas con el PAN siempre han sido rechazadas por ellos.

El panismo se desdibuja la posibilidad de que Ricardo Anaya sea el abanderado, y se ve muy lejos que algún académico como el exsecretario de Salud y exrector Juan Ramón de la Fuente Ramírez, le entre al quite y otra figura emblemática como Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano que está apoyando a la candidata independiente zapatista conocida como ‘Marichuy’.

Así las cosas, lo único cierto es que hoy el frente no camina hacia ningún lado; por el bien de un equipo competitivo ojalá logren componer sus diferencias porque en este escenarios PAN y el PRD pueden ser los grandes perdedores, este último está a punto de soltar su bastión histórico desde 1997 que es la Ciudad de México, frente a Morena que hoy está arriba en prácticamente todo a las encuestas arriba por más de diez puntos.

Sin dudas el PRI tomó ventaja con el anuncio de José Antonio Meade Kuribreña, como su candidato, con un perfil de un simpatizante, pero no militante, y como bien señaló en la comisión política permanente el exdirigente nacional Manlio Fabio Beltrones, que se necesita de los militantes y también de la inclusión de los ciudadanos y de ahí que haya sido también bien recibido el anuncio de querer contender de Meade, por los sectores priistas, algunos panistas, sindicales, empresariales y académicos.

Lo anterior coloca en un serio aprieto a los aliados frentistas, que saben que conforme se acercan más los tiempos de las definiciones de los cargos políticos, el Frente Ciudadano por México integrado por el PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, cada vez camina menos de frente, basta ver que la semana pasada, Miguel Ángel Mancera Espinoza, manifestó su interés por ser el candidato del PRD y como era de esperarse Alejandra Barrarles Magdaleno lo secundó, en Jalisco Enrique Alfaro Ramírez, actual presidente municipal de Guadalajara, y aspirante a la gubernatura de ese estado, se le salió del control de Dante Delgado Rannauro y declaró que va a ser candidato sin el Frente Ciudadano, que deja prácticamente solo a la corriente panista de Ricardo Anaya Cortés, quien dicho sea de paso además de la salida de la Familia Calderón-Zavala y la candidatura independiente de Margarita Zavala Gómez, Rafael Moreno Valle ha dicho que si no es un método definido, no apoyará al candidato de mencionado Frente.

Con la designación de José Antonio Meade Kuribreña por el PRI, y por tercera vez en la boleta y 18 años de campaña permanente de Andrés Manuel López Obrador, el Frente Ciudadano corre el riesgo de quedarse hasta en un cuarto lugar en la votación nacional, por abajo de Meade, López y Zavala y nada me extrañaría que en un voto útil, gobernadores panistas y perredistas se inclinen por alguno de los punteros.

Según se informó, el 13 de diciembre tendrá que estar definido el método de selección, que por dicho de los panistas, la candidatura a la Presidencia de la República, les corresponde por ser la mayoría, lo que en justicia es cierto, lo que no contaban es que Mancera se pondría respondón, incluso pidió exámenes de control de confianza y declaración patrimonial, que mucho, mucho ruido se la ha de haber hecho al presidente nacional del PAN.

No se ve claridad en quién será el nominado, porque Alejandra Barrales, promotora férrea de esta coalición, por orden del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación debe separarse de la dirigencia nacional, y al interior del PRD la corriente del mexiquense Héctor Miguel Bautista, las alianzas con el PAN siempre han sido rechazadas por ellos.

El panismo se desdibuja la posibilidad de que Ricardo Anaya sea el abanderado, y se ve muy lejos que algún académico como el exsecretario de Salud y exrector Juan Ramón de la Fuente Ramírez, le entre al quite y otra figura emblemática como Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano que está apoyando a la candidata independiente zapatista conocida como ‘Marichuy’.

Así las cosas, lo único cierto es que hoy el frente no camina hacia ningún lado; por el bien de un equipo competitivo ojalá logren componer sus diferencias porque en este escenarios PAN y el PRD pueden ser los grandes perdedores, este último está a punto de soltar su bastión histórico desde 1997 que es la Ciudad de México, frente a Morena que hoy está arriba en prácticamente todo a las encuestas arriba por más de diez puntos.