/ sábado 16 de abril de 2022

Política en Blanco y Negro | El salario mínimo es insuficiente

La llegada de la Covid-19 impactó de manera importante el mercado laboral en México, que ya desde antes mostraba problemas, y aunque gran parte de los empleos se han recuperado, esto no necesariamente se ha traducido en mejores condiciones laborales o remuneraciones más altas.

El 2022 empezó con uno de los más significativos incrementos al salario mínimo, que pasó de 141.70 a 172.87 pesos diarios, lo que implica un aumento de 22% y que beneficia directamente a cerca de seis millones de trabajadores, según reporta la Conasami (Comisión Nacional de Salarios Mínimos).

El salario mínimo se ha definido por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) como la cuantía mínima de remuneración que un empleador está obligado a pagar a sus asalariados por el trabajo que éstos hayan efectuado durante un período determinado, cuantía que no puede ser rebajada ni en virtud de un convenio colectivo ni de un acuerdo individual.

Si bien, son diversos los derechos humanos interrelacionados al tema del salario mínimo, pues éste es un medio principal para asegurar una vida digna. En nuestro país la Ley Federal del Trabajo protege la suficiencia del salario mínimo general para cubrir de las necesidades de las personas establecidas en el artículo 123 Constitucional en su apartado A, fracción V.

El número de trabajadores mexicanos que ganan el salario mínimo aumentó de 13 millones 165 mil 956 a 19 millones 28 mil 666 en un año, de acuerdo con las cifras de ocupación publicadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Lo que significa que aumentaron 39% los empleados en esa situación y se convierten en mayoría de la población ocupada desde que el INEGI tiene registro, en 2005, representando el 34.26% de los 55 millones 534 mil 882 mexicanos empleados.

En materia salarial, el trabajo por hacer es colosal. Es necesario revisar y realizar diversos cambios de estrategia para transformar la política salarial mexicana. Es viable, generando condiciones para romper la expectativa de los agentes económicos en general de que el gobierno usará esta herramienta como referencia en sus metas de inflación.

La mejoría salarial, sin embargo, está cambiando el panorama de ingresos de los trabajadores, desafortunadamente no en el sentido positivo. De acuerdo con cifras del INEGI, ahora son muchos millones de trabajadores más los que ganan un solo salario mínimo.

Los sistemas de salarios mínimos deberían ser definidos y diseñados de tal forma que actúen como complemento y refuerzo de otras políticas sociales y de empleo que tienen por objeto establecer las condiciones de empleo de trabajo.

Mientras el salario mínimo no sea suficiente para tener acceso a una vida digna, no importarán los incrementos históricos que se otorguen. El rezago en este rubro es mayor.

La llegada de la Covid-19 impactó de manera importante el mercado laboral en México, que ya desde antes mostraba problemas, y aunque gran parte de los empleos se han recuperado, esto no necesariamente se ha traducido en mejores condiciones laborales o remuneraciones más altas.

El 2022 empezó con uno de los más significativos incrementos al salario mínimo, que pasó de 141.70 a 172.87 pesos diarios, lo que implica un aumento de 22% y que beneficia directamente a cerca de seis millones de trabajadores, según reporta la Conasami (Comisión Nacional de Salarios Mínimos).

El salario mínimo se ha definido por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) como la cuantía mínima de remuneración que un empleador está obligado a pagar a sus asalariados por el trabajo que éstos hayan efectuado durante un período determinado, cuantía que no puede ser rebajada ni en virtud de un convenio colectivo ni de un acuerdo individual.

Si bien, son diversos los derechos humanos interrelacionados al tema del salario mínimo, pues éste es un medio principal para asegurar una vida digna. En nuestro país la Ley Federal del Trabajo protege la suficiencia del salario mínimo general para cubrir de las necesidades de las personas establecidas en el artículo 123 Constitucional en su apartado A, fracción V.

El número de trabajadores mexicanos que ganan el salario mínimo aumentó de 13 millones 165 mil 956 a 19 millones 28 mil 666 en un año, de acuerdo con las cifras de ocupación publicadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Lo que significa que aumentaron 39% los empleados en esa situación y se convierten en mayoría de la población ocupada desde que el INEGI tiene registro, en 2005, representando el 34.26% de los 55 millones 534 mil 882 mexicanos empleados.

En materia salarial, el trabajo por hacer es colosal. Es necesario revisar y realizar diversos cambios de estrategia para transformar la política salarial mexicana. Es viable, generando condiciones para romper la expectativa de los agentes económicos en general de que el gobierno usará esta herramienta como referencia en sus metas de inflación.

La mejoría salarial, sin embargo, está cambiando el panorama de ingresos de los trabajadores, desafortunadamente no en el sentido positivo. De acuerdo con cifras del INEGI, ahora son muchos millones de trabajadores más los que ganan un solo salario mínimo.

Los sistemas de salarios mínimos deberían ser definidos y diseñados de tal forma que actúen como complemento y refuerzo de otras políticas sociales y de empleo que tienen por objeto establecer las condiciones de empleo de trabajo.

Mientras el salario mínimo no sea suficiente para tener acceso a una vida digna, no importarán los incrementos históricos que se otorguen. El rezago en este rubro es mayor.