/ sábado 20 de marzo de 2021

Política en Blanco y Negro | Las mujeres por un salario igualitario ( Parte II)

Como señalamos en la colaboración anterior, podría decir que siglos y décadas pasaron para que las mujeres en México reciban la igualdad salarial esperada, al aprobarse el día de antier la reforma calificada como “histórica”, ya que todos los partidos políticos del Senado se unieron al establecer la igualdad salarial entre hombres y mujeres.

En el estudio sobre Discriminación Estructural y Desigualdad Social, publicado por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) en 2017, revela que, en México, los hombres reciben en promedio un ingreso laboral por hora trabajada 34.2% mayor al de las mujeres. Si bien esta brecha salarial varía por tipo de trabajo e incluso por estado, es evidente que la discriminación de género en el ámbito laboral aún es una realidad en nuestro país.

Los datos a más de tres lustros y otro a tan solo 4 años no son muy diferentes, por lo que la nueva reforma por la que votaron todas las fuerzas políticas del Senado de la República sobre la igualdad salarial y que estuvieron a favor de la no discriminación de género en las remuneraciones tanto en lo que corresponde al sector público, como el privado, es un gran avance y significa un gran paso en la lucha de las mujeres.

Es por ello que, con esta nueva reforma, los patrones deberán dar a las mujeres, el mismo trato que a los hombres, dar oportunidad para acceder a puestos también a personal femenino, puestos que antes se consideraban solo para varones, prohibiendo así distinción por género. Terminando históricamente con la subordinación y desventaja en que se han colocado a las mujeres.

Cabe resaltar que si bien la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, señala que: “a trabajo igual, salario igual”, nuestro país es uno de los principales en todo Latinoamérica donde existe una mayor exclusión y aislamiento de la mujer, sin permitirles desarrollar trabajos en los que solo se consideraban única y exclusivamente para los hombres.

Aunado a ello, la supresión de los salarios, por parte de patrones en su mayoría de la iniciativa privada, siempre ha sido considerada menor a la labor que realizan las mujeres, existiendo infinidad de injusticias, en las que las mujeres han estado viviendo en desventaja con los hombres.

Así que con esta reforma a 13 ordenamientos, entre ellos la Ley Federal del Trabajo (LFT) y la Ley General para la Igualdad de Género entre Hombres y Mujeres, se reconoce el derecho de las mujeres a percibir un salario igual al de los varones, cuando se trate del mismo trabajo, y obliga al patrón a pagar el daño que se provoque si hay discriminación de género en las remuneraciones, logrando una verdadera justicia laboral.

Ojalá no quede como algunas otras reformas “en letra muerta”.


Como señalamos en la colaboración anterior, podría decir que siglos y décadas pasaron para que las mujeres en México reciban la igualdad salarial esperada, al aprobarse el día de antier la reforma calificada como “histórica”, ya que todos los partidos políticos del Senado se unieron al establecer la igualdad salarial entre hombres y mujeres.

En el estudio sobre Discriminación Estructural y Desigualdad Social, publicado por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) en 2017, revela que, en México, los hombres reciben en promedio un ingreso laboral por hora trabajada 34.2% mayor al de las mujeres. Si bien esta brecha salarial varía por tipo de trabajo e incluso por estado, es evidente que la discriminación de género en el ámbito laboral aún es una realidad en nuestro país.

Los datos a más de tres lustros y otro a tan solo 4 años no son muy diferentes, por lo que la nueva reforma por la que votaron todas las fuerzas políticas del Senado de la República sobre la igualdad salarial y que estuvieron a favor de la no discriminación de género en las remuneraciones tanto en lo que corresponde al sector público, como el privado, es un gran avance y significa un gran paso en la lucha de las mujeres.

Es por ello que, con esta nueva reforma, los patrones deberán dar a las mujeres, el mismo trato que a los hombres, dar oportunidad para acceder a puestos también a personal femenino, puestos que antes se consideraban solo para varones, prohibiendo así distinción por género. Terminando históricamente con la subordinación y desventaja en que se han colocado a las mujeres.

Cabe resaltar que si bien la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, señala que: “a trabajo igual, salario igual”, nuestro país es uno de los principales en todo Latinoamérica donde existe una mayor exclusión y aislamiento de la mujer, sin permitirles desarrollar trabajos en los que solo se consideraban única y exclusivamente para los hombres.

Aunado a ello, la supresión de los salarios, por parte de patrones en su mayoría de la iniciativa privada, siempre ha sido considerada menor a la labor que realizan las mujeres, existiendo infinidad de injusticias, en las que las mujeres han estado viviendo en desventaja con los hombres.

Así que con esta reforma a 13 ordenamientos, entre ellos la Ley Federal del Trabajo (LFT) y la Ley General para la Igualdad de Género entre Hombres y Mujeres, se reconoce el derecho de las mujeres a percibir un salario igual al de los varones, cuando se trate del mismo trabajo, y obliga al patrón a pagar el daño que se provoque si hay discriminación de género en las remuneraciones, logrando una verdadera justicia laboral.

Ojalá no quede como algunas otras reformas “en letra muerta”.