/ sábado 28 de mayo de 2022

Política en Blanco y Negro | México atractivo para la inversión extranjera directa  ( Parte 1)

México vive en estos momentos una oportunidad de oro para crecer y desarrollarse, inspirada por el dinamismo de los negocios internacionales, derivada de la realineación de las cadenas de suministro a escala global, el Nearshoring y el reciente aumento récord de remesas como factores de impulso.

En días recientes, la Secretaria de Economía dió a conocer que en el primer trimestre de 2022 la Inversión Extranjera Directa (IED) en nuestro país alcanzó una cifra preliminar récord de 19 mil 428 millones de dólares, 63.7% por arriba del mismo periodo de 2021, previendo el año de mayor IED en la historia de nuestra nación.

En este periodo, se realizaron movimientos de IED extraordinarios y beneficiosos con la fusión de Televisa con Univisión, y la reestructura de Aeroméxico, que en conjunto, estas empresas representan seis mil 785 millones de dólares.

Es decir, si bien hay mucho por hacer para mejorar la confianza en la economía mexicana, las grandes empresas internacionales siguen considerando a México un destino atractivo y ante el contexto económico de las relaciones de EUA y China, nos encontramos en un escenario favorable para que más empresas adopten el Nearshoring y se concentren en nuestro país.

Si bien, el crecimiento de la Inversión Extranjera Directa (IED) crea un vínculo económico duradero a largo plazo entre el inversionista extranjero y nuestro país, su importancia se puede visualizar en el acceso a capital para financiar proyectos públicos y privados que requieran elevados montos de inversión, en el acceso a conocimiento o tecnología que crea nuevas capacidades locales, o mejora las existentes; En la formación de recursos humanos, en procesos formales de capacitación y el aprendizaje en el puesto de trabajo; Así como en la incorporación a las redes internacionales de cadenas globales de valor y distribución y en la generación de actividad económica y empleo, propia de los procesos de inversión.

En este sentido, el incremento sostenido de los flujos de IED y su contribución creciente al financiamiento de la inversión han sido algunas de las características más destacadas de la economía mundial en las últimas décadas, siendo uno de los principales motores de la globalización. Esto, en parte, debido a que hoy en día los mercados de capitales globales están mucho más integrados que en el pasado y a que los países, entendiendo el rol clave que juega la IED para el desarrollo económico, han implementado políticas públicas proactivas en fomento de la inversión extranjera.

México vive en estos momentos una oportunidad de oro para crecer y desarrollarse, inspirada por el dinamismo de los negocios internacionales, derivada de la realineación de las cadenas de suministro a escala global, el Nearshoring y el reciente aumento récord de remesas como factores de impulso.

En días recientes, la Secretaria de Economía dió a conocer que en el primer trimestre de 2022 la Inversión Extranjera Directa (IED) en nuestro país alcanzó una cifra preliminar récord de 19 mil 428 millones de dólares, 63.7% por arriba del mismo periodo de 2021, previendo el año de mayor IED en la historia de nuestra nación.

En este periodo, se realizaron movimientos de IED extraordinarios y beneficiosos con la fusión de Televisa con Univisión, y la reestructura de Aeroméxico, que en conjunto, estas empresas representan seis mil 785 millones de dólares.

Es decir, si bien hay mucho por hacer para mejorar la confianza en la economía mexicana, las grandes empresas internacionales siguen considerando a México un destino atractivo y ante el contexto económico de las relaciones de EUA y China, nos encontramos en un escenario favorable para que más empresas adopten el Nearshoring y se concentren en nuestro país.

Si bien, el crecimiento de la Inversión Extranjera Directa (IED) crea un vínculo económico duradero a largo plazo entre el inversionista extranjero y nuestro país, su importancia se puede visualizar en el acceso a capital para financiar proyectos públicos y privados que requieran elevados montos de inversión, en el acceso a conocimiento o tecnología que crea nuevas capacidades locales, o mejora las existentes; En la formación de recursos humanos, en procesos formales de capacitación y el aprendizaje en el puesto de trabajo; Así como en la incorporación a las redes internacionales de cadenas globales de valor y distribución y en la generación de actividad económica y empleo, propia de los procesos de inversión.

En este sentido, el incremento sostenido de los flujos de IED y su contribución creciente al financiamiento de la inversión han sido algunas de las características más destacadas de la economía mundial en las últimas décadas, siendo uno de los principales motores de la globalización. Esto, en parte, debido a que hoy en día los mercados de capitales globales están mucho más integrados que en el pasado y a que los países, entendiendo el rol clave que juega la IED para el desarrollo económico, han implementado políticas públicas proactivas en fomento de la inversión extranjera.