/ sábado 27 de julio de 2019

Política en Blanco y Negro | Pemex II

Después de la presentación del Plan de Negocios 2019-2023, hace unos días por Pemex se han desatado todo tipo de comentarios, tanto políticos, como financieros, con posiciones a favor o en contra, pero en lo que todos coinciden es que la misma no podía continuar la elevada carga fiscal que le impusieron durante décadas que en el 2019 asciende a 470 mil millones de pesos anuales. También cabe señalar que muy pocos pueden poner en duda, que uno de los aspectos fundamentales del Plan debe ser el crecimiento de la producción y las reservas.

Para el presente sexenio se plantea un alza de 48 % en la producción de crudo. El promedio de este año, se tiene una reducción de 6.3 % en la extracción de crudo, por lo que se continua con la caída de la producción, pasando en los últimos 20 años de de 3.4 millones de barriles de petróleo diario a 1.8 millones de barriles y en el último año, disminuyera en 300 mil barriles, con una deuda de más de ciento diez mil millones de dólares, siendo la empresa petrolera más endeudada del mundo.

Lo que queda claro es que el fortalecimiento de Pemex no solo requiere una importante inyección de capital, también es deseable el desarrollo de una cartera sólida de proyectos. Considerando el actual endeudamiento, las alianzas con empresas privadas podrían facilitar este proceso, por ello el anuncio del día 24 de julio del Consejo Coordinador Empresarial y el gobierno de Federal que llegaron a uno acuerdo para que los primeros participen en el ámbito petroquímico y el Estado mantiene su control e inversiones en las plantas de la cangrejera y pajaritos, es trascendentes, porque con la inversión privada se suman el rescate de la Empresa Productiva del Estado.

Finalmente, Pemex no necesita asignar fondos para el 100% de los proyectos ni tiene que asumir el total del riesgo de estos; podría diversificar de manera efectiva su cartera al participar en múltiples proyectos con diferentes socios, beneficiándose de la transferencia de tecnología y teniendo una asignación de capital más eficiente.

El Plan de Pemex desafía los mercados y tenemos que estar muy atentos a los riesgos que se asumirán, así como la perspectiva internacional ya que se evalúa el presente de los mercados, los inversionistas y los acreedores son los que decidirán el futuro de la Empresa y todo esto impactará en el presupuesto de egresos 2020, por que la reducción de ingresos por 128 mil millones de pesos que dejará de aportar, tendrán que salir de otro lado, quizás obligando a los Estados a cobrar contribuciones tan básicas como la tenencia vehicular o implantar una reforma fiscal donde se amplié la base de contribuyentes y aumentar las sanciones a los evasores fiscales.

Lo cierto es que no hay mañana para Pemex y al ser la industria más importante del país lo bueno o malo que viva la misma repercutirá a todos los niveles.

Después de la presentación del Plan de Negocios 2019-2023, hace unos días por Pemex se han desatado todo tipo de comentarios, tanto políticos, como financieros, con posiciones a favor o en contra, pero en lo que todos coinciden es que la misma no podía continuar la elevada carga fiscal que le impusieron durante décadas que en el 2019 asciende a 470 mil millones de pesos anuales. También cabe señalar que muy pocos pueden poner en duda, que uno de los aspectos fundamentales del Plan debe ser el crecimiento de la producción y las reservas.

Para el presente sexenio se plantea un alza de 48 % en la producción de crudo. El promedio de este año, se tiene una reducción de 6.3 % en la extracción de crudo, por lo que se continua con la caída de la producción, pasando en los últimos 20 años de de 3.4 millones de barriles de petróleo diario a 1.8 millones de barriles y en el último año, disminuyera en 300 mil barriles, con una deuda de más de ciento diez mil millones de dólares, siendo la empresa petrolera más endeudada del mundo.

Lo que queda claro es que el fortalecimiento de Pemex no solo requiere una importante inyección de capital, también es deseable el desarrollo de una cartera sólida de proyectos. Considerando el actual endeudamiento, las alianzas con empresas privadas podrían facilitar este proceso, por ello el anuncio del día 24 de julio del Consejo Coordinador Empresarial y el gobierno de Federal que llegaron a uno acuerdo para que los primeros participen en el ámbito petroquímico y el Estado mantiene su control e inversiones en las plantas de la cangrejera y pajaritos, es trascendentes, porque con la inversión privada se suman el rescate de la Empresa Productiva del Estado.

Finalmente, Pemex no necesita asignar fondos para el 100% de los proyectos ni tiene que asumir el total del riesgo de estos; podría diversificar de manera efectiva su cartera al participar en múltiples proyectos con diferentes socios, beneficiándose de la transferencia de tecnología y teniendo una asignación de capital más eficiente.

El Plan de Pemex desafía los mercados y tenemos que estar muy atentos a los riesgos que se asumirán, así como la perspectiva internacional ya que se evalúa el presente de los mercados, los inversionistas y los acreedores son los que decidirán el futuro de la Empresa y todo esto impactará en el presupuesto de egresos 2020, por que la reducción de ingresos por 128 mil millones de pesos que dejará de aportar, tendrán que salir de otro lado, quizás obligando a los Estados a cobrar contribuciones tan básicas como la tenencia vehicular o implantar una reforma fiscal donde se amplié la base de contribuyentes y aumentar las sanciones a los evasores fiscales.

Lo cierto es que no hay mañana para Pemex y al ser la industria más importante del país lo bueno o malo que viva la misma repercutirá a todos los niveles.