/ miércoles 19 de septiembre de 2018

Política y Negocios


¿ ... en bancarrota?

Hoy hace un año sufrimos el segundo terremoto en México, el cual dejó muchas heridas y fracturas emocionales y en infraestructura. Sin embargo lo que se necesita en nuestro país -para reconstruir lo destruido- no es que el presidente electo le eche más leña al fuego.

Si lo que vemos fuera un tablero de un juego de mesa, esto hubiera sido un jaque mate al primer movimiento. Cuando es un don nadie quien hace declaraciones sobre el ambiente económico de un país, no pasa nada, pero cuando se trata del presidente que entrará en turno a escasos dos meses y medio, golpea más fuerte que si fuera un sismo.

Decir que México está en bancarrota sin tener los elementos cuantitativos ni cualitativos es sumamente irresponsable por la incertidumbre que puede generar. Nuestra nación está en sexto lugar a nivel mundial en atracción de turismo internacional (según la Organización Mundial del Comercio), se espera tener una inflación no mayor al 5% para este año (de acuerdo al Banco de México), y en el Índice de Competitividad Global 2017-2018 (generado por el Foro Económico Mundial) ocupó la posición 51 de 137 países evaluados. No estamos en primer lugar, pero tampoco estamos al borde del abismo económico.

Durante el 2017 tuvo un crecimiento anual de 2.3%, logró una atracción de inversión extranjera directa de 29,645 millones de dólares, tuvo un monto total de exportaciones de 409,402 millones de dólares y de importaciones totales de 420,369 millones de dólares.

Si todo lo anterior no es suficiente para considerar que México -a pesar de ser saqueado por exgobernantes y actuales funcionarios públicos de alto y de bajo nivel- tiene mucho que dar aún y más para los próximos seis años, no sé de qué país entonces estamos hablando.

Si con estos ojos se ve a México … ¿por qué la secretaria de Economía designada por el presidente electo ha declarado hace dos días que la expectativa para el crecimiento de México para el año 2019 es de un 4%? Si el presidente de Estados Unidos y el primer ministro pensaran igual… ¿para qué apostarle a un TLCAN modernizado? Sin duda, la ignorancia gana la batalla cuando se tienen todos los reflectores de los medios de comunicación encima y el ego es sumamente superior a la razón.

Las debilidades todas las conocemos, pero justo ese es el gran reto y por lo que millones de mexicanos votaron. Una supuesta transformación que más bien se traducirá en desilusión a mitad del sexenio que ni siquiera aún ha comenzado.

Coordinadora

Licenciatura en Administración de Negocios Internacionales

Departamento de Estudios Empresariales

Universidad Iberoamericana

Experta en asuntos internacionales

aribel.contreras@ibero.mx

@Aribel007


¿ ... en bancarrota?

Hoy hace un año sufrimos el segundo terremoto en México, el cual dejó muchas heridas y fracturas emocionales y en infraestructura. Sin embargo lo que se necesita en nuestro país -para reconstruir lo destruido- no es que el presidente electo le eche más leña al fuego.

Si lo que vemos fuera un tablero de un juego de mesa, esto hubiera sido un jaque mate al primer movimiento. Cuando es un don nadie quien hace declaraciones sobre el ambiente económico de un país, no pasa nada, pero cuando se trata del presidente que entrará en turno a escasos dos meses y medio, golpea más fuerte que si fuera un sismo.

Decir que México está en bancarrota sin tener los elementos cuantitativos ni cualitativos es sumamente irresponsable por la incertidumbre que puede generar. Nuestra nación está en sexto lugar a nivel mundial en atracción de turismo internacional (según la Organización Mundial del Comercio), se espera tener una inflación no mayor al 5% para este año (de acuerdo al Banco de México), y en el Índice de Competitividad Global 2017-2018 (generado por el Foro Económico Mundial) ocupó la posición 51 de 137 países evaluados. No estamos en primer lugar, pero tampoco estamos al borde del abismo económico.

Durante el 2017 tuvo un crecimiento anual de 2.3%, logró una atracción de inversión extranjera directa de 29,645 millones de dólares, tuvo un monto total de exportaciones de 409,402 millones de dólares y de importaciones totales de 420,369 millones de dólares.

Si todo lo anterior no es suficiente para considerar que México -a pesar de ser saqueado por exgobernantes y actuales funcionarios públicos de alto y de bajo nivel- tiene mucho que dar aún y más para los próximos seis años, no sé de qué país entonces estamos hablando.

Si con estos ojos se ve a México … ¿por qué la secretaria de Economía designada por el presidente electo ha declarado hace dos días que la expectativa para el crecimiento de México para el año 2019 es de un 4%? Si el presidente de Estados Unidos y el primer ministro pensaran igual… ¿para qué apostarle a un TLCAN modernizado? Sin duda, la ignorancia gana la batalla cuando se tienen todos los reflectores de los medios de comunicación encima y el ego es sumamente superior a la razón.

Las debilidades todas las conocemos, pero justo ese es el gran reto y por lo que millones de mexicanos votaron. Una supuesta transformación que más bien se traducirá en desilusión a mitad del sexenio que ni siquiera aún ha comenzado.

Coordinadora

Licenciatura en Administración de Negocios Internacionales

Departamento de Estudios Empresariales

Universidad Iberoamericana

Experta en asuntos internacionales

aribel.contreras@ibero.mx

@Aribel007