/ miércoles 22 de noviembre de 2017

Política y Negocios

El día de ayer concluyó la Ronda 5 de la renegociación del TLCAN y de manera paralela se han dado dos sombras que oscurecen el brillo que antes tenía la súper potencia de los Estados Unidos (EU). Todos querían ser socios de EU, hoy, todos los países se cuidan y ya comienzan a anticiparse a las posibles reacciones que dicho país pudiera tener.

Por una parte, la semana pasada -comentaba en mi artículo- que se retomó en la última reunión de la APEC (Cooperación Económica de Asia-Pacífico por sus siglas en inglés) el tema del Acuerdo Integral y Progresivo para la Asociación Transpacífica (antes conocido como Acuerdo Transpacífico o TPP) donde parte de lo atractivo de dicho bloque era la penetración a un mercado inmenso, pero lo que más brillaba para muchos países era poder incursionar a un país con más de 323 millones de habitantes, con un PIB per cápita de 57,436.4 dólares americanos y en la posición 2 del Índice de Competitividad Global del Foro Económico Mundial. Me refiero a EU. Sin embargo, con el anuncio claro de su presidente de que EU se saldría, se apagó por varios meses el interés en dicho bloque comercial. Ahora que ya el mundo ve y palpa las decisiones de dicho país y que pareciera “se gobierna” vía mensajes en las redes sociales, los países están tomando sus precauciones. El TPP 11 se estará firmando a principios de 2018, para lo cual los países ya están listos para que arranque lo antes posible. Es decir, no se apagó a pesar de la ausencia de EU.

Por otra parte, el pasado lunes 13 de noviembre se dio paso a la Cooperación Permanente Estructurada en Defensa entre 23 de los 28 miembros de la Unión Europea (UE). ¿Esto qué significa? Lo que visualizo es que es una manera para la UE de realizar su política subregional en materia de defensa a la luz de que tarde o temprano, EU podría salirse de la OTAN (Organización para el Tratado del Atlántico Norte). Este organismo se firmó el 4 de abril de 1949 con la intención de que los países que dan al Océano Atlántico (norte) se agruparan para garantizar la seguridad regional a través del uso de la fuerza militar si fuera necesario. Hoy en día, la OTAN cuenta con 29 países donde Canadá y EU son miembros. Sin embargo, es muy probable que quede como la OTAN 29-1 y no me refiero a una eventual salida del Reino Unido por el Brexit, sino a que EU ya ha amenazado con salirse por el alto presupuesto que aporta anualmente a dicho organismo. Ya se le olvidó a su presidente que, durante los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, se activó el artículo 5 del tratado que lo fundó, el cual dice:

“Las partes acuerdan que un ataque armado contra una o más de ellas, que tenga lugar en Europa o en América del Norte, será considerado como un ataque dirigido contra todas ellas, y en consecuencia, acuerdan que si tal ataque se produce, cada una de ellas, en ejercicio del derecho de legítima defensa individual o colectiva reconocido por el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, ayudará a la parte o partes atacadas, adoptando seguidamente, de forma individual y de acuerdo con las otras partes, las medidas que juzgue necesarias, incluso el empleo de la fuerza armada, para restablecer la seguridad en la zona del Atlántico Norte.”

Así que como reflexión nos queda que, por parte de los continentes asiático y europeo, los países hacen lo suyo para protegerse en términos comerciales y militares, respectivamente sin EU.

Así que esta quinta ronda ha sido más “a medias” que, de otra forma, pues entre más de 100 negociadores técnicos de cada país se abordaron temas como: comercio electrónico, telecomunicaciones, medidas sanitarias y fitosanitarias, servicios, propiedad intelectual, etc. Pero se dejaron muchos temas inconclusos como: reglas de origen de los sectores automotriz y textil, el capítulo 19 (solución de controversias por subsidios o dumping), compras de gobierno, entre otros temas. Varios medios de comunicación manejan como “novedad” que la propuesta por parte de México es que, en lugar de ser cláusula de terminación, sea de revisión. Sin embargo, destaco que la suscrita, sin ser funcionaria pública ni ser parte del equipo negociador, lo propuse el día lunes 18 de septiembre en el programa Capital 21 y comparto el siguiente link como testimonio:

https://www.youtube.com/watch?v=8q3AA2uw1fs (ver minuto 2:15).

Por lo que, ante mis ojos, en realidad las dos únicas novedades fueron dos:

A) La mesa de negociación instaurada -por primera vez en una ronda- denominada “análisis de balanza de pagos”, tema que no es tan nuevo puesto que ya está incluido en el Capítulo 21 donde se abordan las posibles circunstancias de crisis económica en que cualquiera de las partes pudiera verse en imposibilidad de continuar en el tratado o bien, que pudiera implementar alguna medida para frenar las importaciones.

B) El replanteamiento de los “objetivos” por parte del equipo de renegociación de EU. Esto se da porque antes de iniciar una negociación, la administración estadounidense debe informar al Congreso sus objetivos planteados. Esto ocurrió el 17 de julio y recordaremos que eran 22 objetivos con diferentes aristas, pero encaminados a beneficiar directamente a sus productores y exportadores nacionales. Sin embargo, en esta ocasión el Congreso lo pidió nuevamente para que se plasmaran de manera más detallada y específica porque como sabemos, hay mucha presión y división por parte de los legisladores. Estos son los 14 nuevos objetivos (resumidos) por parte del equipo de negociadores ante su propio Congreso:

1. Mayor transparencia en los procedimientos de importación y exportación, así como un mayor control hacia los monopolios.

2. Expandir el acceso al mercado de bienes industriales manufacturados.

3. Establecer compromisos hacia los productos biotecnológicos.

4. Mantener la flexibilidad para las medidas de no conformidad estadounidense.

5. Establecer reglas para prevenir que los gobiernos ordenen la revelación de códigos computacionales o algoritmos.

6. Determinar reglas para delimitar la responsabilidad de civiles que comparten contenido de terceros.

7. Procurar la eliminación de barreras a las inversiones estadounidenses.

8. Crear procedimientos para resolver disputas de inversiones.

9. Buscar estándares para asegurar que los regímenes de desembolso regulatorio gubernamental sean no discriminatorios, justos y transparentes.

10. Promover la cooperación entre los reguladores de competencia y de protección al consumidor.

11. Asegurar la reciprocidad en el acceso a oportunidades de mercado para los bienes y servicios de EU hacia México y Canadá.

12. Establecer obligaciones y procesos anticorrupción.

13. Brindar mecanismos para garantizar que las partes mantengan el control en las disputas cuando un panel se equivoque.

14. Proveer un mecanismo para asegurar que las partes evalúen periódicamente los beneficios del TLCAN.

Por lo que ya se espera la ronda seis para ver qué se puede concluir exitosamente; ya que todos los temas pendientes se tendrán que negociar de manera “exprés” para el 2018, que, aunque han dicho desde agosto pasado que serían siete rondas, yo siempre he insistido que habrá una octava e inclusive una novena ronda para “salvar” el TLCAN. Pues, aunque EU insista en sus amenazas de salirse, cada vez se suman más actores políticos, sociales y empresariales en dicho país para pedir -incluso por escrito- que no se salgan del TLCAN.

¿Y ustedes qué opinan? ¿EU se saldrá o seguirá? Yo sigo apostando por la hipótesis que he sostenido desde hace meses: EU amenazará, pero no se saldrá.

Así que ahora nos queda esperar al mes de enero de 2018 para la siguiente ronda a realizarse en Montreal, donde seguramente habrá más sombras que brillos.

 

Académica del Departamento de Estudios Empresariales de la Universidad Iberoamericana
Experta en asuntos internacionales
aribelcontreras@ibero.mx

 

El día de ayer concluyó la Ronda 5 de la renegociación del TLCAN y de manera paralela se han dado dos sombras que oscurecen el brillo que antes tenía la súper potencia de los Estados Unidos (EU). Todos querían ser socios de EU, hoy, todos los países se cuidan y ya comienzan a anticiparse a las posibles reacciones que dicho país pudiera tener.

Por una parte, la semana pasada -comentaba en mi artículo- que se retomó en la última reunión de la APEC (Cooperación Económica de Asia-Pacífico por sus siglas en inglés) el tema del Acuerdo Integral y Progresivo para la Asociación Transpacífica (antes conocido como Acuerdo Transpacífico o TPP) donde parte de lo atractivo de dicho bloque era la penetración a un mercado inmenso, pero lo que más brillaba para muchos países era poder incursionar a un país con más de 323 millones de habitantes, con un PIB per cápita de 57,436.4 dólares americanos y en la posición 2 del Índice de Competitividad Global del Foro Económico Mundial. Me refiero a EU. Sin embargo, con el anuncio claro de su presidente de que EU se saldría, se apagó por varios meses el interés en dicho bloque comercial. Ahora que ya el mundo ve y palpa las decisiones de dicho país y que pareciera “se gobierna” vía mensajes en las redes sociales, los países están tomando sus precauciones. El TPP 11 se estará firmando a principios de 2018, para lo cual los países ya están listos para que arranque lo antes posible. Es decir, no se apagó a pesar de la ausencia de EU.

Por otra parte, el pasado lunes 13 de noviembre se dio paso a la Cooperación Permanente Estructurada en Defensa entre 23 de los 28 miembros de la Unión Europea (UE). ¿Esto qué significa? Lo que visualizo es que es una manera para la UE de realizar su política subregional en materia de defensa a la luz de que tarde o temprano, EU podría salirse de la OTAN (Organización para el Tratado del Atlántico Norte). Este organismo se firmó el 4 de abril de 1949 con la intención de que los países que dan al Océano Atlántico (norte) se agruparan para garantizar la seguridad regional a través del uso de la fuerza militar si fuera necesario. Hoy en día, la OTAN cuenta con 29 países donde Canadá y EU son miembros. Sin embargo, es muy probable que quede como la OTAN 29-1 y no me refiero a una eventual salida del Reino Unido por el Brexit, sino a que EU ya ha amenazado con salirse por el alto presupuesto que aporta anualmente a dicho organismo. Ya se le olvidó a su presidente que, durante los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, se activó el artículo 5 del tratado que lo fundó, el cual dice:

“Las partes acuerdan que un ataque armado contra una o más de ellas, que tenga lugar en Europa o en América del Norte, será considerado como un ataque dirigido contra todas ellas, y en consecuencia, acuerdan que si tal ataque se produce, cada una de ellas, en ejercicio del derecho de legítima defensa individual o colectiva reconocido por el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, ayudará a la parte o partes atacadas, adoptando seguidamente, de forma individual y de acuerdo con las otras partes, las medidas que juzgue necesarias, incluso el empleo de la fuerza armada, para restablecer la seguridad en la zona del Atlántico Norte.”

Así que como reflexión nos queda que, por parte de los continentes asiático y europeo, los países hacen lo suyo para protegerse en términos comerciales y militares, respectivamente sin EU.

Así que esta quinta ronda ha sido más “a medias” que, de otra forma, pues entre más de 100 negociadores técnicos de cada país se abordaron temas como: comercio electrónico, telecomunicaciones, medidas sanitarias y fitosanitarias, servicios, propiedad intelectual, etc. Pero se dejaron muchos temas inconclusos como: reglas de origen de los sectores automotriz y textil, el capítulo 19 (solución de controversias por subsidios o dumping), compras de gobierno, entre otros temas. Varios medios de comunicación manejan como “novedad” que la propuesta por parte de México es que, en lugar de ser cláusula de terminación, sea de revisión. Sin embargo, destaco que la suscrita, sin ser funcionaria pública ni ser parte del equipo negociador, lo propuse el día lunes 18 de septiembre en el programa Capital 21 y comparto el siguiente link como testimonio:

https://www.youtube.com/watch?v=8q3AA2uw1fs (ver minuto 2:15).

Por lo que, ante mis ojos, en realidad las dos únicas novedades fueron dos:

A) La mesa de negociación instaurada -por primera vez en una ronda- denominada “análisis de balanza de pagos”, tema que no es tan nuevo puesto que ya está incluido en el Capítulo 21 donde se abordan las posibles circunstancias de crisis económica en que cualquiera de las partes pudiera verse en imposibilidad de continuar en el tratado o bien, que pudiera implementar alguna medida para frenar las importaciones.

B) El replanteamiento de los “objetivos” por parte del equipo de renegociación de EU. Esto se da porque antes de iniciar una negociación, la administración estadounidense debe informar al Congreso sus objetivos planteados. Esto ocurrió el 17 de julio y recordaremos que eran 22 objetivos con diferentes aristas, pero encaminados a beneficiar directamente a sus productores y exportadores nacionales. Sin embargo, en esta ocasión el Congreso lo pidió nuevamente para que se plasmaran de manera más detallada y específica porque como sabemos, hay mucha presión y división por parte de los legisladores. Estos son los 14 nuevos objetivos (resumidos) por parte del equipo de negociadores ante su propio Congreso:

1. Mayor transparencia en los procedimientos de importación y exportación, así como un mayor control hacia los monopolios.

2. Expandir el acceso al mercado de bienes industriales manufacturados.

3. Establecer compromisos hacia los productos biotecnológicos.

4. Mantener la flexibilidad para las medidas de no conformidad estadounidense.

5. Establecer reglas para prevenir que los gobiernos ordenen la revelación de códigos computacionales o algoritmos.

6. Determinar reglas para delimitar la responsabilidad de civiles que comparten contenido de terceros.

7. Procurar la eliminación de barreras a las inversiones estadounidenses.

8. Crear procedimientos para resolver disputas de inversiones.

9. Buscar estándares para asegurar que los regímenes de desembolso regulatorio gubernamental sean no discriminatorios, justos y transparentes.

10. Promover la cooperación entre los reguladores de competencia y de protección al consumidor.

11. Asegurar la reciprocidad en el acceso a oportunidades de mercado para los bienes y servicios de EU hacia México y Canadá.

12. Establecer obligaciones y procesos anticorrupción.

13. Brindar mecanismos para garantizar que las partes mantengan el control en las disputas cuando un panel se equivoque.

14. Proveer un mecanismo para asegurar que las partes evalúen periódicamente los beneficios del TLCAN.

Por lo que ya se espera la ronda seis para ver qué se puede concluir exitosamente; ya que todos los temas pendientes se tendrán que negociar de manera “exprés” para el 2018, que, aunque han dicho desde agosto pasado que serían siete rondas, yo siempre he insistido que habrá una octava e inclusive una novena ronda para “salvar” el TLCAN. Pues, aunque EU insista en sus amenazas de salirse, cada vez se suman más actores políticos, sociales y empresariales en dicho país para pedir -incluso por escrito- que no se salgan del TLCAN.

¿Y ustedes qué opinan? ¿EU se saldrá o seguirá? Yo sigo apostando por la hipótesis que he sostenido desde hace meses: EU amenazará, pero no se saldrá.

Así que ahora nos queda esperar al mes de enero de 2018 para la siguiente ronda a realizarse en Montreal, donde seguramente habrá más sombras que brillos.

 

Académica del Departamento de Estudios Empresariales de la Universidad Iberoamericana
Experta en asuntos internacionales
aribelcontreras@ibero.mx