Después de todo lo que ya hemos visto, leído y escuchado en las noticias sobre la crisis desatada en Afganistán ante algo que era previsible, ayer se realizó una reunión virtual de emergencia por parte de las siete potencias industrializadas. Me refiero nada más y nada menos que al G7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, y Reino Unido). De estos 7 países 3 pertenecen al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y 6 son miembros de la OTAN. Menciono a este último porque recordemos que Estados Unidos fue respaldado por los países miembros para invadir a Afganistán a través de la Misión de Apoyo Resuelto aportando soldados.
Con la guerra perdida ante el terrorismo, EU le queda a deber a los estadounidenses y a los afganos. Pero ahora con esta crisis que va en ascenso, también le quedará a deber a la comunidad internacional. Se sale de dicho país dejando una crisis humanitaria desbordada sin una estrategia ni a corto ni a largo plazo.
Si ya de por sí era humillante salirse sin la frente en alto, hoy EU -con el mayor gasto militar del mundo (38% del gasto mundial)- le ha apostado al suicidio de su hegemonía. Tal vez suene excesivo mi comentario, pero una guerra con un costo mayor a los dos billones de dólares, con una duración de casi 20 años y tener que estar hoy como están, no puedo decir que sea de otra manera.
Ayer fue la reunión virtual del G7, que por cierto dije la semana pasada que era una reunión ya tardía puesto que tenía que haberse reunido desde el día “uno” que esto comenzó, quedó fragmentada la posición de los países miembros. Se intentó negociar con EU que pidiera una ampliación de la fecha límite para evacuar a los connacionales y de paso, a sus ayudantes afganos, pero Biden no accedió y dijo que su posición era firme de respetar el 31 de agosto. Tampoco tiene mucho margen de negociación ya que el nuevo gobierno de facto talibán ha dicho que no está dispuesto a que después de esa fecha siga existiendo presencia estadounidense, pues de ser así, lo consideraría una intervención y eso implicaría que habría consecuencias. Para Biden sería una humillación mayor pedir a los talibanes una prórroga. Sin embargo, en varios periódicos internacionales dijeron que el Director de la CIA se había reunido en secreto con el líder talibán. Si se dio dicha reunión, jamás sabremos lo que se acordó. Pero lo que sí es un hecho es que el gran país hegemónico de los EU no estará dispuesto a estar a la merced del Estado Islámico pero este último sí está en condiciones de negociar con la Casa Blanca. Puede ser desde el que EU permita el reconocimiento internacional de dicho gobierno por parte de otros países sin consecuencias a estos terceros países a cambio de dejar salir a más refugiados justo a través de dichos países. También pudiera ser que no imponga embargos comerciales ni un bloqueo a las transacciones financieras internacionales ya que últimamente Afganistán ha aumentado sus operaciones de moneda digital.
Así que hasta cierto punto, EU buscará la manera de tener una eutanasia política para ya no mostrarse frente al mundo más débil de lo que se mostró frente a la pandemia. Y así como el contar con sus tres vacunas, que las ha utilizado como armas diplomáticas para reivindicarse, ayer decidió salir el 31 de agosto para luego decirle al mundo que logró rescatar a todos los que tenían que salir de Afganistán, que los estadounidenses están de regreso a casa y que los refugiados fueron rescatados de las manos criminales de los talibanes. Y luego decir: America is back.
Coordinadora
Licenciatura en Negocios Globales
Universidad Iberoamericana
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