/ miércoles 23 de septiembre de 2020

Política y Negocios  | Videoconferencia al volante, peligro constante

Derivado de la pandemia, nuestra forma de trabajar y de estudiar ha cambiado. El uso de plataformas digitales y aplicaciones son parte esencial de nuestra vida cotidiana. En el ámbito educativo, millones de niños y jóvenes han cambiado su forma de aprender.

En el caso de los jóvenes universitarios, requieren conectarse a internet para tener sus clases virtuales. Sin embargo, esto ha traído una preocupación que quiero compartir. Últimamente me he percatado que cada vez más gente mientras maneja, se conecta desde sus dispositivos móviles a alguna clase o reunión de trabajo. Me parece inaceptable este tipo de situaciones ya que ponen en peligro su vida y la de los demás.

En noviembre del 2009, se realizó la primera Conferencia Ministerial Mundial sobre Seguridad Vial para exhortar a los estados miembros de la ONU a implementar estrategias en esta materia derivado al incremento de accidentes viales. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, los automovilistas que usan el celular tienen cuatro veces más probabilidades de estar involucrados en un accidente que quienes no lo hacen.

Actualmente el uso de plataformas para reuniones laborales o clases ha aumentado. Pero de igual manera se ha incrementado el que la gente considere que puede manejar y conectarse al mismo tiempo. Es indispensable tener presente que en el ámbito educativo, a nivel de educación superior, muchos de los jóvenes que dejan su cámara apagada, puede ser por un tema de conexión o para que no sean “cachados” por sus profesores que están acostados en la cama, que están comiendo, que están haciendo otras cosas, que vienen manejando, o bien, la dejan encendida y sus profesores no les dicen nada. Sin embargo, la manera que yo he venido proponiendo -en mi esfera profesional- es que se obligue al estudiante a tener la mayor parte del tiempo la cámara encendida. Lamentablemente hay posturas que alegan que no se puede exigir la obligatoriedad por un argumento de “confidencialidad”, que porque son sus espacios privados, que porque a veces requieren conectarse desde el baño porque la conexión de internet sólo es buena allí, que porque cuando se enciende la cámara la conexión es mala, etc. Las excepciones las hay y las entiendo perfectamente. Pero además de que como docente es patético dar clases a puros cuadros negros con letras blancas, es inaceptable que no haya posturas institucionales o bien oficiales, que se exija el prender la cámara aunque sea en momentos intermitentes para que el docente verifique que el estudiante no está manejando. Para que, en caso de que esté haciéndolo, se le “saque virtualmente” de la sesión. Por eso insisto que cámara prendida, salva una vida.

Me parece que hasta que empiecen a registrarse los casos de accidentes viales donde cobren vidas humanas, porque el conductor venía conectado a una videoconferencia, es cuando este tema se tomará en serio. Porque lamentablemente por más que he alzado la voz, parece que no logro tener eco.

Hago un llamado enérgico a quienes requieren conectarse a alguna videconferencia, por trabajo o estudio, a que reflexionen sobre los riesgos que implica el uso de dispositivos móviles al manejar. Pues ya suficiente tenemos con las pérdidas humanas por la COVID19, como para que le sumemos a las cifras, las muertes por conectarse a videoconferencias.


“Si te conectas, no manejes.”


Coordinadora

Lic. Negocios Globales

Universidad Iberoamericana

Twitter y Linkedin: @AribelContreras

Instagram y Facebook: AribelDiplomatique



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Derivado de la pandemia, nuestra forma de trabajar y de estudiar ha cambiado. El uso de plataformas digitales y aplicaciones son parte esencial de nuestra vida cotidiana. En el ámbito educativo, millones de niños y jóvenes han cambiado su forma de aprender.

En el caso de los jóvenes universitarios, requieren conectarse a internet para tener sus clases virtuales. Sin embargo, esto ha traído una preocupación que quiero compartir. Últimamente me he percatado que cada vez más gente mientras maneja, se conecta desde sus dispositivos móviles a alguna clase o reunión de trabajo. Me parece inaceptable este tipo de situaciones ya que ponen en peligro su vida y la de los demás.

En noviembre del 2009, se realizó la primera Conferencia Ministerial Mundial sobre Seguridad Vial para exhortar a los estados miembros de la ONU a implementar estrategias en esta materia derivado al incremento de accidentes viales. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, los automovilistas que usan el celular tienen cuatro veces más probabilidades de estar involucrados en un accidente que quienes no lo hacen.

Actualmente el uso de plataformas para reuniones laborales o clases ha aumentado. Pero de igual manera se ha incrementado el que la gente considere que puede manejar y conectarse al mismo tiempo. Es indispensable tener presente que en el ámbito educativo, a nivel de educación superior, muchos de los jóvenes que dejan su cámara apagada, puede ser por un tema de conexión o para que no sean “cachados” por sus profesores que están acostados en la cama, que están comiendo, que están haciendo otras cosas, que vienen manejando, o bien, la dejan encendida y sus profesores no les dicen nada. Sin embargo, la manera que yo he venido proponiendo -en mi esfera profesional- es que se obligue al estudiante a tener la mayor parte del tiempo la cámara encendida. Lamentablemente hay posturas que alegan que no se puede exigir la obligatoriedad por un argumento de “confidencialidad”, que porque son sus espacios privados, que porque a veces requieren conectarse desde el baño porque la conexión de internet sólo es buena allí, que porque cuando se enciende la cámara la conexión es mala, etc. Las excepciones las hay y las entiendo perfectamente. Pero además de que como docente es patético dar clases a puros cuadros negros con letras blancas, es inaceptable que no haya posturas institucionales o bien oficiales, que se exija el prender la cámara aunque sea en momentos intermitentes para que el docente verifique que el estudiante no está manejando. Para que, en caso de que esté haciéndolo, se le “saque virtualmente” de la sesión. Por eso insisto que cámara prendida, salva una vida.

Me parece que hasta que empiecen a registrarse los casos de accidentes viales donde cobren vidas humanas, porque el conductor venía conectado a una videoconferencia, es cuando este tema se tomará en serio. Porque lamentablemente por más que he alzado la voz, parece que no logro tener eco.

Hago un llamado enérgico a quienes requieren conectarse a alguna videconferencia, por trabajo o estudio, a que reflexionen sobre los riesgos que implica el uso de dispositivos móviles al manejar. Pues ya suficiente tenemos con las pérdidas humanas por la COVID19, como para que le sumemos a las cifras, las muertes por conectarse a videoconferencias.


“Si te conectas, no manejes.”


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