Cinco gladiadores
Al término del primer debate presidencial 2018 transmitido el domingo por radio y televisión, los representantes de los partidos, coaliciones y candidatos sin partido que contienden levantaron la mano para declarar que… ¡los cinco ganaron!
Quizás vieron un debate diferente y a ello se debió que vieran ganar al candidato de su predilección y, en ciertos casos, de su futuro. No pudieron ganar los cinco, ni dos, ni tres, ya que en estos casos no existe empate técnico, así que uno ganó y cuatro perdieron.
Entre los comentaristas, sobre todo de radio y televisión, las opiniones se dividieron, pero la mayoría de ellos, sin duda, vio ganar a Ricardo Anaya, otros a Meade y otros más a López Obrador. El “Bronco” y Margarita Zavala hicieron el esfuerzo, pero no pintaron, pues tenían poco capital para apostar. El político norteño aceptó con gusto ser el gracioso, el “clown” y terminó proponiendo que a los rateros les corten una mano. “¿Literalmente?”, le preguntó la conductora, a lo que él contestó sin dudarlo: “Literalmente”. Margarita sorprendió a todos al declarar que, si gana, sólo ella tomará las decisiones, refiriéndose a la sombra de su esposo que va siempre tras ella.
Para decir verdad, cuatro de ellos dejaron en la arena toda su energía y todo su ingenio luchando juntos por la causa común de atacar al puntero en las encuestas, lo que por momentos dio la impresión de ser un linchamiento, pero al final la inquina disminuyó cuando los asesores del tercero en las encuestas se dieron cuenta de que la combinación que estaban buscando con el segundo sólo podía favorecer los intereses de éste, como a la postre sucedió, y entonces aconsejaron dejar de hacerle el juego.
No hubo nuevas propuestas, sólo las que el público ya conoce, pero más agresivas e ilustradas con láminas y carteles como los que solían aparecer en películas mudas de Charlie Chaplin y del Gordo y el Flaco.
Los ataques verbales, lanzados como lluvia de flechas en una batalla del Medioevo, fueron también los mismos que se han venido escuchando semana tras semana.
Quedan dos meses de campaña y faltan dos debates, pero si los cinco gladiadores no enriquecen su repertorio con nuevas y originales propuestas, el espectáculo va a tornarse monótono y aburrido.
Desde la óptica de un candidato puede ser importante decirle a la gente por quién no debe votar, advertirle de los riesgos que corre de no meditar cuidadosamente la decisión, pero no hay duda de que ganará más votos quien sepa conquistar a los indecisos con buenas intenciones y magníficas ideas, es decir, con un cierre positivo.
Aunque parezca mentira, el público capta en ocasiones –aunque no siempre− los ocultos propósitos de quienes pretenden engañarlo.