En tres tiempos
Uno
La razón que mueve al Partido de la Revolución Democrática a impugnar 10 diputaciones plurinominales otorgadas al Movimiento de Regeneración Nacional −Morena− es de estricta supervivencia, ya que se encuentra en la encrucijada: o intenta revivir, como el ave Fénix, de sus propias cenizas o se mantiene a flote únicamente, nadando de muertito, en la próxima legislatura del Estado de México.
Después de conocer los resultados de los partidos políticos en los recientes comicios y de consultar lo que la ley dice al respecto, el IEEM –Instituto Electoral del Estado de México− reconoció que 10 de 30 curules de representación proporcional le correspondían a Morena, además de sus 21 triunfos electorales, en tanto que al PRD, que no ganó la votación en un solo distrito, sólo le tocaban tres, lo cual hacía que la distancia entre ambos partidos en el Congreso se abriera prácticamente a años luz.
Para atenuar esta rotunda disparidad, el PRD ha emprendido un litigio ante el Tribunal Electoral del Estado de México para que anule las plurinominales de Morena.
Si el tribunal accede, el PRD tendrá la posibilidad de sumar su pequeño número de manos levantadas a las de PAN, PRI y Partido Verde en una hipotética alianza que haga menos aplastante la ventaja de Morena en la cámara.
Dos
El PRD, como se sabe, nació de una costilla del PRI cuando los integrantes de la Corriente Democrática, liderados por Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez y otros, declararon la guerra al presidente Miguel de la Madrid a propósito de la sucesión presidencial de 1988 y decidieron abandonar el tricolor y buscar el poder en las urnas.
En las elección, el Frente Democrático Nacional, producto de una coalición de pequeños partidos, en su mayoría de izquierda, postuló a Cuauhtémoc Cárdenas para la presidencia y puso en jaque a la maquinaria priísta de modo que la obligó a emplear todos sus recursos, incluido el entonces novedoso sistema electrónico de conteo de votos –que inesperadamente “se cayó”− y así sacar adelante la candidatura de Carlos Salinas de Gortari.
El PRD, fundado en 1989, aprovechó la reacción anti-PRI desatada por el Frente y logró sumar en pocos años una serie de triunfos que llegaron a convertirlo en la segunda fuerza política del país; sin embargo, el éxodo de Andrés Manuel López Obrador y su hueste para fundar Morena –que hoy es primera fuerza política de la nación, lo sumió en profunda crisis en donde, como si estuviera sobre arenas movedizas, entre más se mueve, más de hunde.
Tres
Hoy es preciso entender que la dramática lucha del PRD, que ya pasó de las urnas a los tribunales, es de supervivencia, pues sus más exitosos caudillos –Cuauhtémoc, Muñoz Ledo, Ifigenia, López Obrador, etc.− ya no están para darle la fuerza de los grandes días.