Ayer se cumplieron 100 años de la aprobación de la Constitución Política del Estado de México, elaborada por el Congreso local con la sabia orientación de don Andrés Molina Enríquez, en aquel tiempo secretario general de Gobierno, y promulgada por el general Agustín Millán, gobernador del Estado de México, el 20 de noviembre de 1917.
La conmemoración de esta fecha histórica dio lugar a que el lunes, en la sala Benito Juárez del edificio de Rectoría de la UAEM, se presentara la reedición del libro “Temas constitucionales e históricos” del general y licenciado Enrique A. Enríquez, originario de Toluca y diputado por el distrito de Texcoco, que en 1917, el 5 febrero, votó la Constitución federal en el Congreso Constituyente de Querétaro.
Ambas constituciones –federal y estatal− fueron producto del movimiento revolucionario de 1910 y durante un siglo han regido la vida de los mexicanos y de los mexiquenses.
¿Quién fue Enrique A. Enríquez, autor del libro presentado?
Un hombre talentoso que nació en Toluca el 15 de julio de 1888, hijo de don Valente Enríquez y doña Mercedes Rodríguez y hermano del inspirado poeta Heriberto Enríquez, autor de la letra del himno al Estado de México.
En su formación profesional, fue egresado del Instituto Científico y Literario, en cuyas aulas recibió la educación básica y estudió el bachillerato, además de realizar los estudios de abogado en la Escuela de Jurisprudencia del instituto y obtener su título el 8 de noviembre de 1913, cuando el país ardía de indignación y rebeldía por el cuartelazo en que perdieron la vida el presidente Francisco I. Madero y el vicepresidente Pino Suárez por orden del usurpador Victoriano Huerta.
El joven abogado no lo pensó dos veces y cuando las tropas del general constitucionalista Francisco Murguía llegaron al Estado de México, combatiendo a la dictadura, se dio de alta y siguió en ese bando hasta el triunfo y ascenso de Venustiano Carranza.
Al saber que estaba en formación un Congreso federal para revisar e introducir cambios a la Constitución de 1857, Enríquez se presentó como candidato a diputado por el distrito de Texcoco y resultó electo, con lo cual aseguró su participación en los históricos debates.
Durante las sesiones celebradas en el Teatro de la República de la ciudad de Querétaro, el diputado Enríquez , que no faltó a ninguna, intervino en la discusión de varios artículos, entre ellos el 27 constitucional, también bajo la guía de don Andrés Molina Enríquez.
Posteriormente, el abogado Enríquez continuó ascendiendo en la jerarquía militar hasta obtener el grado de general, radicó en Toluca y fue profesor de historia del Instituto Científico y Literario, director del establecimiento de 1923 a 1925, profesor de la Escuela Normal para Profesores y director de la Biblioteca Pública.
En la política y el servicio público fue diputado local y diputado federal, Procurador de Justicia del Estado de México y cumplió varias misiones diplomáticas en Colombia, Argentina y Costa Rica.
Dedicó parte de su tiempo a escribir artículos en publicaciones de la ciudad de México y once de ellos fueron recopilados para formar el libro “Temas constitucionales e históricos”, con un rico contenido ideológico y jurídico basado en la experiencia las reflexiones del autor, a partir del privilegio que significó haber sido constituyente del 17.
La reedición de su obra corrió por cuenta de la diputación federal del Estado de México, la Legislatura local y la Universidad Autónoma del Estado de México.
En la presentación, los comentarios corrieron a cargo del rector Alfredo Barrera Baca, quien subrayó la trayectoria del general Enríquez y su presencia como director del Instituto Científico y Literario; el maestro Sadot Sánchez Carreño, por la legislatura federal; el diputado Juvenal Cruz Roa por la legislatura local; el doctor Jorge Olvera García, comisionado estatal de los Derechos Humanos y el hijo del autor, Carlos Enríquez Escallón.
