La trágica muerte de un ejecutivo de Televisa en la carretera a Teotihuacán, cuando dos asaltantes trataron de robarle su bicicleta, ha puesto en movimiento una intensa campaña de información sobre el Estado de México y sus índices delincuenciales.
La primera versión que circuló fue en el sentido de que el señor Adolfo Lagos Espinosa, director general de Izzi, había sido herido de muerte por dos sujetos que salieron intempestivamente detrás de una nopalera y trataron de arrebatarle la bicicleta. La víctima llegó con vida a bordo de una ambulancia al hospital de especialidades de Coacalco y expiró mientras recibía atención médica.
Una segunda versión fue dada a conocer a los medios por el fiscal general del Estado de México, Alejandro Gómez Sánchez, quien explicó que los peritajes de balística indicaban que el proyectil que mató al señor Lagos había salido del arma de uno de sus escoltas al quedar atrapado en medio de un fuego cruzado. El propio fiscal aclaró que en el lugar de los hechos los peritos hallaron únicamente casquillos de balas disparadas por los custodios y ninguna de arma diferente.
La explicación oficial fue recibida con escepticismo por reporteros y comentaristas de televisión que dudaban de que uno de los escoltas hubiera disparado el arma homicida y así se lo hicieron saber al fiscal mexiquense durante una entrevista en un programa de televisión. Le dijeron, además, que según declaraciones de testigos del drama, los atacantes del ejecutivo dispararon con pistolas tipo revólver, que no dejan casquillos en el suelo debido a que éstos quedan depositados en el cilindro del arma, lo cual es cierto.
De cualquier modo, la versión oficial despertó dudas entre los comunicadores, quienes no quedaron satisfechos al saber que la muerte de Lagos Espinosa no era obra de asaltantes agazapados, sino de un custodio.
El ejecutivo muerto en tan triste circunstancia era un hombre excepcionalmente valioso. Los estudios que realizó para especializarse en su campo de trabajo, las telecomunicaciones, son impresionantes, como también lo es su trayectoria laboral.
La gravedad de este hecho no puede ser atenuada porque la bala homicida no proviniera de los asaltantes, pues de todas maneras el asalto existió, un hombre fue interceptado cuando hacía ejercicio en una carretera por dos personas que, pistola en mano, le exigieron que entregara su bicicleta. No importa que se tratara de un personaje tan importante ni que, en la confusión −según el peritaje oficial− haya sido abatido por un guardaespaldas.
Lo grave es que esto suceda y siga sucediendo en México. Los ataques criminales se han vuelto parte de una realidad cotidiana y la autoridad no da señales de poder frenarlos.
Mientras se investigaba el caso de Adolfo Lagos en la carretera a Teotihuacán, otras personas estaban muriendo en forma violenta. Sin ir más lejos, en el municipio de Tenango del Valle era encontrado el cuerpo sin vida de Maribel González Bernal, una joven alumna de la facultad de Enfermería de la Universidad Autónoma del Estado de México que fue secuestrada y asesinada. Un caso más para la fiscalía y un dato más para la estadística de feminicidios.
Es obvio que el aumento de la criminalidad no es un problema exclusivo del Estado de México, pues ocurre también en otras entidades del país, pero aquí ha cobrado extrema gravedad a últimas fechas, de eso no hay duda, lo cual confirma que el principal reto del gobierno del licenciado Alfredo del Mazo va a ser precisamente la inseguridad. Este fue un tema que escuchó frecuentemente como candidato y una promesa que formuló al tomar posesión. Las primeras acciones de su gobierno estuvieron orientadas en ese sentido y él mismo ha hecho notar en diversas ocasiones que seguirá por esa ruta hasta las últimas consecuencias.
El problema es de grandes dimensiones y va a requerir de un esfuerzo y un talento verdaderamente excepcionales.
De eso tampoco hay dudas.
