Los científicos que asistieron en diciembre al Encuentro Nacional de Astronomía celebrado en Llandudno, Gales del Norte, no pudieron ocultar su sorpresa al conocer los últimos avances de una predicción según la cual, entre 2030 y 2040, una gran parte del mundo entraría en una Pequeña Edad del Hielo como la que ocurrió a finales del siglo XVII.
Las revelaciones fueron hechas por un grupo de investigadores dirigidos por la rusa V, Zharkova, representante de la Universidad de Northumbría y respaldadas por famosos especialistas del estudio del Cosmos.
De esta manera, la preocupación por el calentamiento global que hoy aflige a todos los países y se relaciona directamente con el control de contaminantes de la atmósfera, chocaría de frente con un período de enfriamiento extremo de una década que podría afectar sobre todo a Norteamérica, Groenlandia y Europa. La pérdida gradual de glaciares por efectos del calor se vería compensada con la aparición de nuevos que, a decir de los astrónomos rusos, cubrirían vastas regiones del planeta.
La clave está en el número y frecuencia de las explosiones que cubren de manchas la superficie del Sol. Estas determinan, entre otras cosas, las variantes de la temperatura.
La científica Helen Popova, física de la Universidad Estatal de Lomonosov de Moscú, explicó en el congreso que el estudio de la radiación solar y sus fluctuaciones han podido fijarse en períodos de 11 años. El ciclo que hoy está transcurriendo comenzó en 2008 y está por terminar, pero permitió estudiar los dos ciclos siguientes, de manera que es posible predecir que en la década 2030-2040, la existencia de manchas solares y, consecuentemente, la radiación del Sol, se reducirán drásticamente y provocarán un fenómeno de enfriamiento similar al del siglo XVII, cuando intensas tormentas invernales se abatieron sobre las ciudades y cubrieron de nieve vastas extensiones de territorio.
La física Popova, autora de un modelo matemático que permite predecir la evolución de la actividad magnética del Sol, admite la posibilidad de que el período de enfriamiento podría no ser tan severo como el de hace cuatro siglos, pero de cualquier manera, de acuerdo con sus cálculos, será hasta dentro de 5 y 15 años cuando se pueda tener una certeza absoluta de lo que sucederá. Mientras tanto, los datos de que dispone los está consultando con climatólogos de varios países para tener una visión más clara de lo que sucede en el Sol y sus repercusiones en el planeta Tierra.
Hasta hoy, se nos explicado que está en marcha un proceso de calentamiento global que es producto del alto nivel de contaminación que producen las máquinas, los autos y los artefactos de la vida diaria.
¿Qué sucederá si el proceso se invierte y el mundo entra en una Pequeña Edad del Hielo cuyas consecuencias, por ahora, es difícil predecir y mucho menos prever?
No está de sobra dedicar algunos minutos de reflexión a una predicción científica como la que se dio a conocer en el País de Gales frente a muchas personas que se han quemado las pestañas, que han conocido el auge de la tecnología y que pueden comprender lo que realmente está sucediendo en el Sol.
Pues frente a la magnitud de los fenómenos que producen las fuerzas del Universo, vale decir que lo que el hombre está haciendo en la Tierra es como un juego de niños exploradores.