Existe una nueva metodología para presentar al público las cifras de asesinatos, feminicidios y violencia criminal que tanto preocupan a los ciudadanos, puesto que ya se les considera como el mal del siglo, una especie de maldición que ha caído sobre la gente de bien.
La estadística, como instrumento de trabajo, es una maravilla, pues permite hacer diversas combinaciones e interpretaciones de la realidad a partir de los mismos datos y aunque, según el método empleado, se obtengan diferentes resultados, en ningún caso se falta a la verdad, puesto que sólo es cuestión de jugar con las matemáticas.
El típico ejemplo del vaso medio lleno o medio vacío, según se quiera ver. Una aplicación más de los manidos versos del Tenorio: “En este mundo traidor/ nada es verdad ni es mentira,/ todo es según el color/ del cristal con que se mira.”
El pasado fin de semana, mientras que en los Estados Unidos se definía a los finalistas del evento deportivo-comercial del año, el “super bowl”, en México empezaba a circular la noticia sobre el cierre de 2017 como el año más sangriento de la historia reciente de un país que no está oficialmente en guerra
El cotidiano El País informa en su edición del lunes pasado: “Ni en los años más crueles de la guerra contra el narcotráfico se registraron unas cifras de homicidios tan altas como las de 2017. Unas 70 personas fueron asesinadas cada día en México, donde en total se cometieron 25,339 homicidios dolosos”.
¡Vaya! Es una cifra impresionante. La información es oficial, pues proviene del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. No tienen ningún matiz, son datos duros.
Ya entrando en detalles, es lamentable saber que en los últimos dos años hubo un aumento considerable en feminicidios, es decir, en el asesinato de mujeres por el sólo hecho de ser mujeres, ya que en 2015 se cometieron 389 en todo el país y en 2017 el total subió a 671, un incremento del 72 por ciento.
Y es aquí donde comienza a tejerse la nueva estadística, pues si se toman en cuenta los homicidios dolosos cometidos contra mujeres el año pasado en todo el país −2,585− el Estado de México ocupa el primer lugar nacional, pero si se establece la distinción entre asesinatos comunes y feminicidios y se hace una comparación entre entidades a partir de cada cien mil habitantes, Edomex aparece en cuarto lugar nacional en una lista, después de Sinaloa, Oaxaca, Morelos y Tabasco, pero en otra relación se le ubica en el lugar número 20, es decir, que la realidad cambia sin dejar de ser la misma.
El Secretariado Ejecutivo concluye que la forma correcta de hacer la estadística en este caso es tomando en cuenta el número de crímenes cometidos por cada cien mil habitantes, es decir que 57 feminicidios, por ejemplo, no tienen el mismo peso en una entidad de 17 millones de habitantes como la nuestra que en un minúsculo estado, digamos, de 500 mil habitantes.
Es por esta razón que no deben verse con extrañeza las nuevas cifras porque la metodología para presentarlas ha cambiado, aun cuando sólo se trate de una forma diferente, aunque no falsa, de ver la realidad.
De cualquier modo, con su nueva ubicación en la lista nacional de homicidios dolosos, particularmente feminicidios, el Estado de México debe sentirse menos culpable.
