Topes salariales
Es la voz que clama en el desierto…
En un claro intento de frenar los abusos que suelen cometerse contra la hacienda municipal, el Consejo de Valoración Salarial del Estado de México dio a conocer los salarios máximos para los 125 alcaldes de la entidad.
Los topes establecidos son exactamente los mismos que el año pasado, es decir, no hay aumento, porque los integrantes del Consejo reconocen como principal soporte de su acuerdo “la situación que enfrenta el país”.
La Magdalena no está para tafetanes. Si la economía popular sigue siendo socavada por el incesante aumento de los energéticos, principalmente el gas doméstico y las gasolinas, es ilógico que los representantes más directos del pueblo en el gobierno, es decir, los ediles, decidan pagarse sueldos estratosféricos, cuando ya se vio en su oportunidad que ni siquiera hay recursos para aumentar como se debe el salario mínimo de los trabajadores.
El Consejo de Valoración Salarial entregó sus recomendaciones para este año a la Cámara de Diputados y esta instancia se hará cargo de impedir que los alcaldes, síndicos y regidores rebasen la línea roja de su máximo salario.
La verdad es que los alcaldes no ganan poco, según las nóminas oficiales, pues el de Ecatepec, que es el que más gana, tiene derecho a estampar su firma por 167 mil pesos mensuales. En el segundo nivel se encuentran los alcaldes de Toluca, Tlalnepantla, Atizapán de Zaragoza, Naucalpan y Nezahualcóyotl, con 130 mil pesos al mes. Metepec encabeza el tercer nivel con una pequeña lista de alcaldes que perciben 92 mil pesos. Otros 50 municipios tienen como tope 74 mil y 50 más reciben cada mes un máximo de 64 mil pesos.
¿No es extraño, en este tabulador, que la alcaldía de Metepec, que es tan codiciada, tenga un titular que percibe casi la mitad que el mandamás de Ecatepec, por ejemplo?
Claro que los evaluadores tienen en cuenta diversas variables para fijar sueldos máximos, entre otras la población total del municipio, el presupuesto de egresos, el costo promedio de la vida, el grado de marginalidad, la productividad, la eficiencia fiscal y otros factores que son importantes, pero, sobre todo, según la explicación que justifica la lista, “la situación que enfrenta el país”.
De cualquier modo, estos sueldos estarán vigentes hasta el fin de año, cuando tomen posesión los nuevos alcaldes y se conozcan sus pretensiones económicas, que son el principal incentivo de la sorda lucha política que sostienen para conquistar el privilegio de servir como se debe a sus conciudadanos.
Queda sólo una duda flotando en el ambiente: ¿qué le pasa a un alcalde cuando, en forma abierta o simulada, rebasa el tope salarial?