¿Cuántos años cumple en Toluca la colonia Pensiones, llamada oficialmente colonia Héroes de Chapultepec?
Ese es más o menos el tiempo que los servidores públicos, profesores y maestros empezaron a ver un cambio en sus propias condiciones de vida y en la transformación de la vivienda de interés social.
Fue creada la Dirección de Pensiones (antecedente del ISSEMyM) y en pocos años se construyeron la colonia de Pensiones y la colonia Granjas, más tarde llamada colonia Morelos con sus nuevas secciones. Surgió el mercado José María Morelos y Pavón y las familias de los burócratas conocieron otro nivel de bienestar.
Y es que era relativamente fácil comprar una casa si se tenía una posición segura, pues no era necesario pagar altas mensualidades vía nómina ni permitir que el presupuesto hogareño fuera devorado por intereses usurarios.
La Dirección de Pensiones, con base en su patrimonio, pagaba el financiamiento de las casas y cobraba a los derechohabientes réditos más bajos que los bancarios para proteger su ingreso. La urbanización y los servicios públicos eran costos que corrían por su cuenta.
Fue así como muchos militantes del magisterio y la burocracia se hicieron de su casa y después utilizaron créditos adicionales para comprar coche y ampliar la casa.
Sin embargo, algo sucedió en la economía que hizo cambiar la situación y la Dirección de Pensiones, ya convertida en ISSEMyM, pasó de institución financiera de la seguridad social a agencia gestora de créditos bancarios para sus agremiados, de manera que la compra de casas de interés social tuvo que pasar por las inmobiliarias y los bancos en franco desmedro de los adquirentes.
De ahí que en la última investigación del Ceneval –Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social−, titulada “Estudio diagnóstico del Derecho a la Vivienda Digna y Decorosa 2018”, aparezca que sólo familias con ingreso superior mensual de 10 mil pesos están capacitadas para adquirir una casa de interés social, y lo que no dice el estudio es que debe tratarse de casas demasiado pequeñas y tal vez muy lejanas a los centros de trabajo , tal vez dúplex, porque las de medidas razonables evidentemente cuestan más.
Entonces, dentro o fuera del sector público, la dificultad de tener casa propia es para muchos insuperable. Cuando hubo fiebre de construcción de casas de interés social, por el Infonavit, fue la fiesta de las grandes inmobiliarias, muchas fueron adjudicadas y más tarde abandonadas porque carecían de servicios básicos o estaban fuera de las ciudades, y con el costo actual de los pasajes en el transporte hubo familias que no pudieron afrontar los nuevos gastos.
Por eso se recuerdan con un dejo de nostalgia los tiempos de la Colonia Pensiones.
CRONISTA UNIVERSITARIO / cronista@uaemex.mx