Según los datos que maneja la secretaria del Trabajo del gobierno federal, Luisa María Alcalde, el 13 por ciento de las empresas industriales que operan en el país se niegan a suspender actividades a pesar de que han sido requeridas para ello.
Al presentar este informe durante la conferencia de prensa de Andrés Manuel López Obrador, Alcalde afirmó que personal de su dependencia ha visitado a las empresas renuentes y ha insistido en que deben parar para proteger la salud de sus trabajadores.
La negativa de las industrias obedece a que deben cumplir los compromisos adquiridos con otros sectores productivos aunque los artículos que elaboren no se consideren esenciales pero, sí necesarios para sus intereses y para el monto de sus utilidades.
Un caso concreto es el de las industrias maquiladoras y del sector automotriz. En la economía global, hay plantas ensambladoras que arman automóviles u otros artefactos, pero que no fabrican todas las partes, de suerte que dependen de que sus pedidos a otras empresas, incluso a otros países, se surtan puntualmente para poder cumplir sus planes de producción.
El gobierno se encuentra en un predicamento frente a esta actitud de los grandes empresarios, pues si ya presionó a empresas pequeñas y a comercios no esenciales para que bajaran la cortina, con la presencia de la fuerza pública, no puede ahora dar el espectáculo de aceptar la negativa de las grandes empresas y dejar que continúen laborando, ya que estaría utilizando dos medidas diferentes para lograr el mismo propósito, que es el de proteger la salud de los trabajadores y del resto de la población.
Por este motivo es de esperarse que, como el propio presidente lo adelantó, que las empresas renuentes, por poderosas que sean, depongan su actitud y asuman las disposiciones sanitarias adoptadas para combatir una pandemia que ha puesto de cabeza al mundo entero.
Está por comenzar el mes de mayo y con él un momento crítico del problema, el pico más alto, puesto que se teme que haya muchos contagios. Las autoridades federales, estatales y municipales, que han venido desarrollando la misma estrategia, tienen que endurecer las medidas de prevención para lograr que el impacto sea menor, lo cual sólo ocurrirá si hoy que aún es tiempo de hacer el mayor esfuerzo y darle un sentido al sacrificio de toda la nación, todas las flechas son disparadas hacia el mismo blanco y no cuando los hospitales estén saturados, el equipo médico sea insuficiente y no existan ni cura ni vacuna para controlar el virus.
El compromiso debe ser de todos, no de unos sí y de otros no.