Un triste acontecimiento de la semana pasada fue el deceso del licenciado Ignacio Pichardo Pagaza, ex gobernador del Estado de México y toluqueño de indiscutible valía. Falleció el martes 14 a la edad de 85 años, no a causa del Covit-19, sino de un problema quirúrgico que no pudo superar.
Su familia paterna tenía raíces en Santa Ana Tlalpaltitlán y la materna en Valle de Bravo. Su hermano mayor, Carlos, fue diputado constituyente de 1917 y en su árbol genealógico figuró también el obispo de Xalapa, Joaquín Arcadio Pagaza, poeta vallesano de alto mérito.
Dueño de una clara inteligencia, Pichardo Pagaza destacó desde la juventud en la política, la administración pública y la academia. Tenía estudios de abogado de la UNAM y dos maestrías cursadas en el extranjero, pero toda su vida la dedicó a reflexionar sobre problemas de la administración, el medio ambiente y la cultura.
En política, fue diputado local y federal, gobernador y dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional, cargo que ocupaba en los días en que fue asesinado el secretario general del comité nacional, José Francisco Ruiz Massieu.
En la gubernatura del Estado de México sustituyó al licenciado Mario Ramón Beteta y recuperó las posiciones que su partido había perdido cuando Cuauhtémoc Cárdenas fue candidato a la presidencia de la república.
Los puestos administrativos que ocupó fueron numerosos: director de Hacienda y secretario general de Gobierno del Estado de México, secretario de la Contraloría de la Federación, titular de la Procuraduría Federal del Consumidor, secretario de Energía, embajador de México en España y en los Países Bajos y algunos más.
En Toluca fundó el Instituto de Administración Pública del Estado de México y contribuyó a la creación de la primera maestría que se impartió en la Universidad Autónoma del Estado de México, institución de la que fue profesor emérito.
Autor de una docena de libros, la mayoría sobre administración, materia en la que fue autoridad. También publicó libros relativos a temas ambientales, como “El guardián del Valle”, con estudios sobre la sustentabilidad del Nevado de Toluca, publicado en 2016.
El más personal de todos fue una biografía de su ilustre antepasado, el poeta virgiliano José Arcadio Pichardo Pagaza, escrita en primera persona y con información privilegiada a la que sólo él podía tener acceso. El obispo Pagaza, académico de la lengua, conocido en la Arcadia de Roma como “Clearco Meonio”, fue uno de los principales poetas clásicos de nuestro país.
Durante la presentación de ese libro (“Yo, José Joaquín Arcadio Pagaza, de natura admirador ferviente”), en 2018, el licenciado Ignacio Pichardo Pagaza tuvo ocasión de convivir con intelectuales de Toluca en un terreno que él reconocía como propio: el de la cultura.