/ lunes 8 de agosto de 2022

Reflexiones en textos cortos | Conviene culpar a los videojuegos


Colegio Santa Mónica, California, 2013.

Secundaria Marjory Stoneman Douglas, en Parkland, Florida, 2018

Escuela Secundaria Santa Fe, Texas, 2018

Escuela Primaria Robb, en Uvalde, Texas, 2022

Masacres en diferentes escuelas, en distintos años y con distintos partidos y presidentes en Estados Unidos. La violencia de esa naturaleza está rebasando a la sociedad norteamericana. Empeñados en continuar con un sistema económico que funciona históricamente bajo la desigualdad: el capitalismo, racismo y supremacía blanca que caracteriza a la cultura estadounidense; por mencionar algunos rasgos de la sociedad actual. Y de repente, se incorpora a la discusión los videojuegos como los principales responsables de las conductas violentas.

Es más fácil prohibir los videojuegos y estar al pendiente de eso, que cambiar los entornos sociales desiguales, que restringen la libertad, reprimen los deseos y no buscan la justicia; desatan la pobreza y conducen a las prácticas violentas. Es más fácil culpara los videojuegos, conviene eso que perder los privilegios de quienes tienen más y controlan el mundo. Aunque cruzar las variables entre los países que más consumen videojuegos y los que más presentan homicidios, resultarán disparatadas. Japón es el país que más consume este contenido digital y es de los países menos violentos. Sólo Estados Unidos tiene una fuerte relación entre la violencia y los videojuegos. El jugarlos no es determinante.

Escuché hace como 10 años a Jesús Galindo, comunicólogo mexicano, en una conferencia. Hablaba sobre el hombre animal y los procesos civilizatorios, como el boxeo que es una forma volver civilizado al hombre violento; no por nada boxeadores como Mike Tyson resultaron grandes campeones. Quizá la violencia en los videojuegos pueda ser la forma de civilizar al ser humano violento.

Los videojuegos pueden tener un propósito positivo, mientras estén diseñados para promover la atención activa, es decir la que evita la distracción en una actividad específica; por el contrario existen también los que generan una atención pasiva; que no requiere mucho esfuerzo, con estímulos involuntarios y basándose en un sistema de recompensas. Hacer sin esfuerzo para obtener. Esta actividad puede producir Dopamina en el organismo, generando una posible adicción al videojuego.

En Taiwan Chen Rong-Yu jugó más de 23 horas seguidas League of Legends, deteriorando su estado de salud y finalmente causándole la muerte. Aunque de acuerdo con Jhon L Sherry, científico estadounidense de la Universidad Estatal de Michigan, la adicción a los videojuegos está más vinculada a las predisposiciones emocionales y sociales; los videojuegos sólo podrían ser detonantes, pero no la causa principal. El mismo científico descubrió que los videojuegos pueden detonar momentáneamente niveles de agresión, pero no tanto como los programas o series televisivas.

He mencionado anteriormente mi perspectiva respecto a las causas de la violencia. Como seres humanos buscamos que nuestra existencia sea reconocida por alguien más, esa identificación de los otros hacia uno mismo es fundamental para nuestro desarrollo. Sin embargo, frente a la imposibilidad de aceptar que no todos somos de la misma manera, nuestra forma de ser puede pasar desapercibida en la sociedad, provocando posiblemente conductas violentas.


Colegio Santa Mónica, California, 2013.

Secundaria Marjory Stoneman Douglas, en Parkland, Florida, 2018

Escuela Secundaria Santa Fe, Texas, 2018

Escuela Primaria Robb, en Uvalde, Texas, 2022

Masacres en diferentes escuelas, en distintos años y con distintos partidos y presidentes en Estados Unidos. La violencia de esa naturaleza está rebasando a la sociedad norteamericana. Empeñados en continuar con un sistema económico que funciona históricamente bajo la desigualdad: el capitalismo, racismo y supremacía blanca que caracteriza a la cultura estadounidense; por mencionar algunos rasgos de la sociedad actual. Y de repente, se incorpora a la discusión los videojuegos como los principales responsables de las conductas violentas.

Es más fácil prohibir los videojuegos y estar al pendiente de eso, que cambiar los entornos sociales desiguales, que restringen la libertad, reprimen los deseos y no buscan la justicia; desatan la pobreza y conducen a las prácticas violentas. Es más fácil culpara los videojuegos, conviene eso que perder los privilegios de quienes tienen más y controlan el mundo. Aunque cruzar las variables entre los países que más consumen videojuegos y los que más presentan homicidios, resultarán disparatadas. Japón es el país que más consume este contenido digital y es de los países menos violentos. Sólo Estados Unidos tiene una fuerte relación entre la violencia y los videojuegos. El jugarlos no es determinante.

Escuché hace como 10 años a Jesús Galindo, comunicólogo mexicano, en una conferencia. Hablaba sobre el hombre animal y los procesos civilizatorios, como el boxeo que es una forma volver civilizado al hombre violento; no por nada boxeadores como Mike Tyson resultaron grandes campeones. Quizá la violencia en los videojuegos pueda ser la forma de civilizar al ser humano violento.

Los videojuegos pueden tener un propósito positivo, mientras estén diseñados para promover la atención activa, es decir la que evita la distracción en una actividad específica; por el contrario existen también los que generan una atención pasiva; que no requiere mucho esfuerzo, con estímulos involuntarios y basándose en un sistema de recompensas. Hacer sin esfuerzo para obtener. Esta actividad puede producir Dopamina en el organismo, generando una posible adicción al videojuego.

En Taiwan Chen Rong-Yu jugó más de 23 horas seguidas League of Legends, deteriorando su estado de salud y finalmente causándole la muerte. Aunque de acuerdo con Jhon L Sherry, científico estadounidense de la Universidad Estatal de Michigan, la adicción a los videojuegos está más vinculada a las predisposiciones emocionales y sociales; los videojuegos sólo podrían ser detonantes, pero no la causa principal. El mismo científico descubrió que los videojuegos pueden detonar momentáneamente niveles de agresión, pero no tanto como los programas o series televisivas.

He mencionado anteriormente mi perspectiva respecto a las causas de la violencia. Como seres humanos buscamos que nuestra existencia sea reconocida por alguien más, esa identificación de los otros hacia uno mismo es fundamental para nuestro desarrollo. Sin embargo, frente a la imposibilidad de aceptar que no todos somos de la misma manera, nuestra forma de ser puede pasar desapercibida en la sociedad, provocando posiblemente conductas violentas.