/ sábado 4 de diciembre de 2021

Reflexiones en textos cortos | Depresión: La idea de perder el control sobre nuestras propias vidas


La inflación es incremento de precios descontrolado que asocia fuertemente un vínculo entre oferta y demanda en los productos de consumo; al menos así lo define el Banco de México; provocando que no todas las personas puedan tener acceso a ciertos productos o servicios. Este año la inflación promedio anual en el mundo fue de 4.9 %, México tuvo 5.8 %; mientras Argentina encendió las alarmas en su economía al alcanzar 51.9 % en el incremento de sus precios. La situación de Venezuela ya no comparable con el resto del mundo; el porcentaje de su inflación anual es estrepitoso; aún más considerando los efectos de la pandemia, el país sudamericano registró hasta octubre 574% en su inflación.

Por la situación actual la organización Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés) emitió hace unos años el informe “Los 50 alimentos del futuro” estableciendo alternativas de alimentación en una sociedad en la que cada vez más resulta insostenible la alimentación humana debido al incremento poblacional y la situación económica, en la lista aparecen alimentos como las lentejas, el nopal o la quinoa; los dos primeros fuertemente vinculados con la gastronomía mexicana. Sin embargo, el poder de adquisición y de consumo exclusivo sobre lo masivo o popular está arraigado en el pensamiento humano; tener o adquirir lo que otros no pueden es lo que sostiene una economía basada en la desigualdad a partir del estatus.

La depresión en muchos de los jóvenes está en adquirir lo que los demás no pueden y sobre eso girar o proyectar su noción de éxito; recientemente vi una publicación compartida por varios de mis contactos más jóvenes en Facebook, en ella se veía el comparativo de tres fotografías; una persona sentada en la parte trasera de un autobús, otra con una mano sobre el volante de un auto de la marca Ford, y por último una mano sobre el volante de un Mazda “Tranquilo, despacito, voy subiendo a mi ritmo” era el texto que acompañaba a la imagen.

Me inquietó el pensamiento enfrascado dentro de la imagen, “subir” en la vida significa adquirir, establecer el bienestar con los objetos no con el sistema de relaciones que tenemos, ser mejor persona en la relación que tenemos con los demás y poder ayudar es algo que resulta suprimido en la noción de éxito generalizada. Una idea mundana del valor propio, cuando en un futuro si las cosas siguen igual quizá lo que busquemos es tener qué comer; las lentejas y los nopales puede que sean considerados alimentos de pobres; pero en un futuro quizá en ese consumo cabemos todos.

En Instagram hay recortes de realidad, se niega en las fotografías cualquier indicio de pobreza, se promueve lo estético y el estatus disfrazado en la playa con un coctel, en una cafetería que parece exclusiva.

Habría que identificar de dónde proviene la depresión de los jóvenes; si está relacionada a su noción de éxito o su incapacidad de atender sus necesidades básicas o las de ayudar a los demás.


La inflación es incremento de precios descontrolado que asocia fuertemente un vínculo entre oferta y demanda en los productos de consumo; al menos así lo define el Banco de México; provocando que no todas las personas puedan tener acceso a ciertos productos o servicios. Este año la inflación promedio anual en el mundo fue de 4.9 %, México tuvo 5.8 %; mientras Argentina encendió las alarmas en su economía al alcanzar 51.9 % en el incremento de sus precios. La situación de Venezuela ya no comparable con el resto del mundo; el porcentaje de su inflación anual es estrepitoso; aún más considerando los efectos de la pandemia, el país sudamericano registró hasta octubre 574% en su inflación.

Por la situación actual la organización Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés) emitió hace unos años el informe “Los 50 alimentos del futuro” estableciendo alternativas de alimentación en una sociedad en la que cada vez más resulta insostenible la alimentación humana debido al incremento poblacional y la situación económica, en la lista aparecen alimentos como las lentejas, el nopal o la quinoa; los dos primeros fuertemente vinculados con la gastronomía mexicana. Sin embargo, el poder de adquisición y de consumo exclusivo sobre lo masivo o popular está arraigado en el pensamiento humano; tener o adquirir lo que otros no pueden es lo que sostiene una economía basada en la desigualdad a partir del estatus.

La depresión en muchos de los jóvenes está en adquirir lo que los demás no pueden y sobre eso girar o proyectar su noción de éxito; recientemente vi una publicación compartida por varios de mis contactos más jóvenes en Facebook, en ella se veía el comparativo de tres fotografías; una persona sentada en la parte trasera de un autobús, otra con una mano sobre el volante de un auto de la marca Ford, y por último una mano sobre el volante de un Mazda “Tranquilo, despacito, voy subiendo a mi ritmo” era el texto que acompañaba a la imagen.

Me inquietó el pensamiento enfrascado dentro de la imagen, “subir” en la vida significa adquirir, establecer el bienestar con los objetos no con el sistema de relaciones que tenemos, ser mejor persona en la relación que tenemos con los demás y poder ayudar es algo que resulta suprimido en la noción de éxito generalizada. Una idea mundana del valor propio, cuando en un futuro si las cosas siguen igual quizá lo que busquemos es tener qué comer; las lentejas y los nopales puede que sean considerados alimentos de pobres; pero en un futuro quizá en ese consumo cabemos todos.

En Instagram hay recortes de realidad, se niega en las fotografías cualquier indicio de pobreza, se promueve lo estético y el estatus disfrazado en la playa con un coctel, en una cafetería que parece exclusiva.

Habría que identificar de dónde proviene la depresión de los jóvenes; si está relacionada a su noción de éxito o su incapacidad de atender sus necesidades básicas o las de ayudar a los demás.