/ sábado 17 de abril de 2021

Reflexiones en textos cortos | Hábitos significativos: Bañarse en las noches

Los seres humanos necesitan de espacios específicos, diversos y significativos, el psicólogo social mexicano Pablo Fernández Christlieb habla de límites, como los espacios físicos que contienen y marcan la diferencia entre lo que es y lo que no es.

Por ejemplo, las paredes de una casa determinan el límite entre lo público y lo privado, encierran historias, hábitos formas de estar y ser en el hogar, para eso existen para hacer cosas y que los demás no puedan ver.

La cama es un espacio de encuentro individual, en donde se está para descansar, es su función primaria y más importante, dentro de ella no existe otra cosa que no sea el descanso; curiosamente hacer el amor en la cama está vinculado de alguna forma con el descanso, no por el momento, sino por lo que viene después de que los cuerpos se encuentran. El espacio de descanso individual se comparte. En las parejas, en el amor erótico es muy importante.

Por eso la cama está configurada para sus propias funciones, alrededor de ella se generan otros hábitos que la refuerzan. Por ejemplo, en la cama se está cuando la enfermedad se apodera del cuerpo, es importante tenerla limpia, una cama insalubre compromete la salud de alguien que ya se encuentra enfermo. La preservación de una cama limpia requiere del cambio de sábanas constante y por supuesto de llegar limpio a ella, antes de dormir. El baño es importante en las noches.

Suelo bañarme por las noches, y así lo hago desde hace más de 30 años, me resulta ajeno el baño diurno; aunque en mi red social, y no me refiero al Facebook, Twitter o esas otras plataformas digitales que erróneamente se han apropiado del término, lo correcto son “redes sociales virtuales”; al referirme a la red social me refiero a todos esos vínculos humanos que nos enlazan, ellos, la mayoría dicen bañarse en las mañanas.

El compromiso con el aseo personal tiene una fuerte relación con algo más, quien se baña en las mañanas se limpia para presentarse al mundo, bañarse en las noches implica limpiarse del mundo. Bañarse en las mañanas significa llegar con el sudor de la vida cotidiana, los aromas del ajetreo citadino o del trabajo campirano al espacio de descanso. Nuestros hábitos muchas veces reflejan la forma en la que vemos y estamos en el mundo, lo que tiene sentido para nosotros aunque muchas veces quizá ya lo interiorizamos tanto que el hábito pasa desapercibido y no buscamos cambiarlo.

Los seres humanos necesitan de espacios específicos, diversos y significativos, el psicólogo social mexicano Pablo Fernández Christlieb habla de límites, como los espacios físicos que contienen y marcan la diferencia entre lo que es y lo que no es.

Por ejemplo, las paredes de una casa determinan el límite entre lo público y lo privado, encierran historias, hábitos formas de estar y ser en el hogar, para eso existen para hacer cosas y que los demás no puedan ver.

La cama es un espacio de encuentro individual, en donde se está para descansar, es su función primaria y más importante, dentro de ella no existe otra cosa que no sea el descanso; curiosamente hacer el amor en la cama está vinculado de alguna forma con el descanso, no por el momento, sino por lo que viene después de que los cuerpos se encuentran. El espacio de descanso individual se comparte. En las parejas, en el amor erótico es muy importante.

Por eso la cama está configurada para sus propias funciones, alrededor de ella se generan otros hábitos que la refuerzan. Por ejemplo, en la cama se está cuando la enfermedad se apodera del cuerpo, es importante tenerla limpia, una cama insalubre compromete la salud de alguien que ya se encuentra enfermo. La preservación de una cama limpia requiere del cambio de sábanas constante y por supuesto de llegar limpio a ella, antes de dormir. El baño es importante en las noches.

Suelo bañarme por las noches, y así lo hago desde hace más de 30 años, me resulta ajeno el baño diurno; aunque en mi red social, y no me refiero al Facebook, Twitter o esas otras plataformas digitales que erróneamente se han apropiado del término, lo correcto son “redes sociales virtuales”; al referirme a la red social me refiero a todos esos vínculos humanos que nos enlazan, ellos, la mayoría dicen bañarse en las mañanas.

El compromiso con el aseo personal tiene una fuerte relación con algo más, quien se baña en las mañanas se limpia para presentarse al mundo, bañarse en las noches implica limpiarse del mundo. Bañarse en las mañanas significa llegar con el sudor de la vida cotidiana, los aromas del ajetreo citadino o del trabajo campirano al espacio de descanso. Nuestros hábitos muchas veces reflejan la forma en la que vemos y estamos en el mundo, lo que tiene sentido para nosotros aunque muchas veces quizá ya lo interiorizamos tanto que el hábito pasa desapercibido y no buscamos cambiarlo.