/ sábado 8 de mayo de 2021

Reflexiones en textos cortos | La reputación del candidato reciclado


Las elecciones próximas, al menos las mexiquenses, están cargadas de rostros conocidos. Más vale viejo conocido que nuevo por conocer.

La diversidad de las perspectivas políticas ha desaparecido, claro, si pensamos que antes había diferencias entre las formas de pensar y la ideología de los distintos partidos políticos; pero ahora el descaro de una coalición perversa entre PAN, PRI y PRD está presente en cada espectacular en las calles o anuncio en la web. No importa cuáles sean las perspectivas, el resto de los partidos saben que tienen un enemigo a vencer: MORENA.

Al entrar a mi Facebook percibo a muchos de mis contactos que por muchos años fueron partidistas empedernidos, juntos, con el que antes consideraban un adversario; ahora es un aliado. Porque el desprecio por MORENA genera un símbolo que une hasta los que antes se les consideraba más despreciables.

MORENA se ha convertido un símbolo, en el que gira una nueva forma de lealtad partidista, no única, porque hay afiliados que antes pertenecieron a otros partidos políticos. MORENA representa la esperanza de una transformación que no se ha llevado a cabo, “la cuarta” le llama el presidente Andrés Manuel López Obrador; por lo que parte de la imagen de los candidatos de ese partido consiste en tomarse una fotografía levantando cuatro dedos.

Pero quien no está con MORENA buscar hacerse de un lugar en otro partido político, la idea no es seguir una perspectiva en una forma de gobierno que privilegie la empresa privada o el control del estado, por ejemplo; lo importante para los políticos es llegar al poder desde la institución que sea necesaria, sólo que si no es MORENA tu aliado entonces es tu enemigo a vencer.

Vencer a MORENA a través de un candidato desconocido resulta demasiado complicado, implica un trabajo titánico de mercadotecnia política para colocar en el escenario a alguien nuevo contra los viejos lobos. La reputación por antigüedad es la carta en las próximas elecciones.

La candidata Ana Lilia Herrera, ya fue presidenta municipal de Metepec, diputada federal y senadora; un rostro conocido que busca nuevamente ser diputada federal en las próximas elecciones, Herrera representa a la coalición extraña de PRI, PAN y PRD. Por otro lado Óscar González Yáñez que representa a MORENA tiene un currículum muy parecido a la de la candidata multicolor, ya fue dos veces diputado federal, una vez diputado local y una vez presidente municipal de Metepec, busca ser nuevamente diputado local.

Si la perspectiva partidista ha desaparecido por el efecto del unipartidismo en México, pues como dijo Denise Dresser que el PRI había marcado la forma de hacer política en México por tantos años que cualquier otro partido iba a resultar similar a la hora de gobernar, pues no se saben otras formas de tomar decisiones desde el gobierno. Reciclar candidatos solamente acentúa la forma en la que el gobierno se conduce. Si desde los partidos no ha ocurrido un cambio, menos lo habrá si los candidatos siguen siendo los mismos.


Las elecciones próximas, al menos las mexiquenses, están cargadas de rostros conocidos. Más vale viejo conocido que nuevo por conocer.

La diversidad de las perspectivas políticas ha desaparecido, claro, si pensamos que antes había diferencias entre las formas de pensar y la ideología de los distintos partidos políticos; pero ahora el descaro de una coalición perversa entre PAN, PRI y PRD está presente en cada espectacular en las calles o anuncio en la web. No importa cuáles sean las perspectivas, el resto de los partidos saben que tienen un enemigo a vencer: MORENA.

Al entrar a mi Facebook percibo a muchos de mis contactos que por muchos años fueron partidistas empedernidos, juntos, con el que antes consideraban un adversario; ahora es un aliado. Porque el desprecio por MORENA genera un símbolo que une hasta los que antes se les consideraba más despreciables.

MORENA se ha convertido un símbolo, en el que gira una nueva forma de lealtad partidista, no única, porque hay afiliados que antes pertenecieron a otros partidos políticos. MORENA representa la esperanza de una transformación que no se ha llevado a cabo, “la cuarta” le llama el presidente Andrés Manuel López Obrador; por lo que parte de la imagen de los candidatos de ese partido consiste en tomarse una fotografía levantando cuatro dedos.

Pero quien no está con MORENA buscar hacerse de un lugar en otro partido político, la idea no es seguir una perspectiva en una forma de gobierno que privilegie la empresa privada o el control del estado, por ejemplo; lo importante para los políticos es llegar al poder desde la institución que sea necesaria, sólo que si no es MORENA tu aliado entonces es tu enemigo a vencer.

Vencer a MORENA a través de un candidato desconocido resulta demasiado complicado, implica un trabajo titánico de mercadotecnia política para colocar en el escenario a alguien nuevo contra los viejos lobos. La reputación por antigüedad es la carta en las próximas elecciones.

La candidata Ana Lilia Herrera, ya fue presidenta municipal de Metepec, diputada federal y senadora; un rostro conocido que busca nuevamente ser diputada federal en las próximas elecciones, Herrera representa a la coalición extraña de PRI, PAN y PRD. Por otro lado Óscar González Yáñez que representa a MORENA tiene un currículum muy parecido a la de la candidata multicolor, ya fue dos veces diputado federal, una vez diputado local y una vez presidente municipal de Metepec, busca ser nuevamente diputado local.

Si la perspectiva partidista ha desaparecido por el efecto del unipartidismo en México, pues como dijo Denise Dresser que el PRI había marcado la forma de hacer política en México por tantos años que cualquier otro partido iba a resultar similar a la hora de gobernar, pues no se saben otras formas de tomar decisiones desde el gobierno. Reciclar candidatos solamente acentúa la forma en la que el gobierno se conduce. Si desde los partidos no ha ocurrido un cambio, menos lo habrá si los candidatos siguen siendo los mismos.