/ lunes 7 de mayo de 2018

Reflexiones y Alucinaciones


Meade: misión imposible

José Antonio Meade, el candidato de la Alianza por México está a punto del colapso: en la última encuesta realizada por el Grupo Reforma, aparece cada vez más lejos del triunfo esperado, con apenas un 17% de las preferencias del voto, frente a un 30% de Anaya que levanta y un 48% arrollador de López Obrador. La misión que le encomendaran hace cinco meses, es más que imposible.

Y no es que Meade fuera un mal candidato; su preparación, experiencia en la administración pública e imagen lo hacían competitivo: era un buen producto, pero la marca que lo arropó no da para más: lleva noventa años en el poder. Cierto que a su paso ha tenido grandes aciertos, pero en su larga vida arrastra vicios que deben de desaparecer, como el de la corrupción de la que los mexicanos estamos hartos; y sin embargo, a pesar del hartazgo, el gobierno los repite, una y otra vez, sin considerar que con ello ha minado la credibilidad de su candidato. Como ejemplo cito los más recientes que han calado en el ánimo de los electores.

El pasado 15 de febrero, con el fin de protegerlo, un juez federal de control resolvió que el fuero común del Estado de Chihuahua no era competente para juzgar a Alejandro Gutiérrez, aquel Secretario Adjunto del Comité Ejecutivo Nacional del PRI que desvió 250 millones de pesos del ramo educativo, en la época de Beltrones.

Para salvar a Emilio Lozoya, cuyo caso es ampliamente conocido, el 2 de marzo, una jueza federal prohibió a la PGR, por tiempo indefinido, solicitar una orden de aprehensión en su contra por el asunto Odebrecht; en tanto Pemex ordenó clasificar como reservada, hasta 2021, dicha información.

Con la misma intención, el 14 de marzo, la PGR exoneró al exgobernador de Chihuahua, Cesar Duarte, refugiado en Estados Unidos, de cualquier delito grave de carácter federal, estimando que no existían indicios en su contra, y ordenando archivar la averiguación previa por diversos delitos. De esta manera, la extradición del exgobernador y su enjuiciamiento por el gobierno de Chihuahua, se cancelan.

En la madrugada del 10 de abril, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, máxima instancia jurisdiccional en la materia, en un acto por demás ignominioso, resolvió perdonar a Jaime Rodríguez “El Bronco” las 810 mil 995 irregularidades, y ordenó al INE incluirlo en la boleta electoral. A nadie escapa el papel que tiene el “Bronco” en esta contienda.

El 1 de abril, la Secretaría de la Función Pública perdonó las irregularidades cometidas por Rosario Robles Berlanga al frente de Sedesol y Sedatu. Para ello, en una acción, por demás perversa, el Órgano Interno de Control de esa dependencia, mandó archivar 69 expedientes correspondientes a 69 quejas presentadas por la Auditoría Superior de la Federación, por haber triangulado 2 mil 224 millones de pesos, argumentando falta de elementos para sancionar; el caso forma parte de la llamada “Estafa Maestra”.

Y para terminar estas reflexiones, el jueves 26 de abril, sorpresivamente el Senado de la República aprobó la llamada “ley chayote” con una mayoría formada por legisladores del PRI y sus aliados que le permitirá al gobierno el uso arbitrario y discrecional de la publicidad oficial. Y ese mismo día, el Senado rechazó eliminar el fuero constitucional del presidente de la República y demás servidores públicos que gozan de esa protección, aprobada previamente por la Cámara de Diputados a propuesta de José Antonio Meade. El rechazo, además de humillar al candidato, se podría interpretar como una medida desesperada de autoprotección, para el caso de una derrota electoral, medida que fue celebrada, como un triunfo, por los senadores priistas en la casa de su líder, Emilio Gamboa Patrón. Con éstos y otros tantos errores ¿se espera que gane Meade?


Meade: misión imposible

José Antonio Meade, el candidato de la Alianza por México está a punto del colapso: en la última encuesta realizada por el Grupo Reforma, aparece cada vez más lejos del triunfo esperado, con apenas un 17% de las preferencias del voto, frente a un 30% de Anaya que levanta y un 48% arrollador de López Obrador. La misión que le encomendaran hace cinco meses, es más que imposible.

Y no es que Meade fuera un mal candidato; su preparación, experiencia en la administración pública e imagen lo hacían competitivo: era un buen producto, pero la marca que lo arropó no da para más: lleva noventa años en el poder. Cierto que a su paso ha tenido grandes aciertos, pero en su larga vida arrastra vicios que deben de desaparecer, como el de la corrupción de la que los mexicanos estamos hartos; y sin embargo, a pesar del hartazgo, el gobierno los repite, una y otra vez, sin considerar que con ello ha minado la credibilidad de su candidato. Como ejemplo cito los más recientes que han calado en el ánimo de los electores.

El pasado 15 de febrero, con el fin de protegerlo, un juez federal de control resolvió que el fuero común del Estado de Chihuahua no era competente para juzgar a Alejandro Gutiérrez, aquel Secretario Adjunto del Comité Ejecutivo Nacional del PRI que desvió 250 millones de pesos del ramo educativo, en la época de Beltrones.

Para salvar a Emilio Lozoya, cuyo caso es ampliamente conocido, el 2 de marzo, una jueza federal prohibió a la PGR, por tiempo indefinido, solicitar una orden de aprehensión en su contra por el asunto Odebrecht; en tanto Pemex ordenó clasificar como reservada, hasta 2021, dicha información.

Con la misma intención, el 14 de marzo, la PGR exoneró al exgobernador de Chihuahua, Cesar Duarte, refugiado en Estados Unidos, de cualquier delito grave de carácter federal, estimando que no existían indicios en su contra, y ordenando archivar la averiguación previa por diversos delitos. De esta manera, la extradición del exgobernador y su enjuiciamiento por el gobierno de Chihuahua, se cancelan.

En la madrugada del 10 de abril, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, máxima instancia jurisdiccional en la materia, en un acto por demás ignominioso, resolvió perdonar a Jaime Rodríguez “El Bronco” las 810 mil 995 irregularidades, y ordenó al INE incluirlo en la boleta electoral. A nadie escapa el papel que tiene el “Bronco” en esta contienda.

El 1 de abril, la Secretaría de la Función Pública perdonó las irregularidades cometidas por Rosario Robles Berlanga al frente de Sedesol y Sedatu. Para ello, en una acción, por demás perversa, el Órgano Interno de Control de esa dependencia, mandó archivar 69 expedientes correspondientes a 69 quejas presentadas por la Auditoría Superior de la Federación, por haber triangulado 2 mil 224 millones de pesos, argumentando falta de elementos para sancionar; el caso forma parte de la llamada “Estafa Maestra”.

Y para terminar estas reflexiones, el jueves 26 de abril, sorpresivamente el Senado de la República aprobó la llamada “ley chayote” con una mayoría formada por legisladores del PRI y sus aliados que le permitirá al gobierno el uso arbitrario y discrecional de la publicidad oficial. Y ese mismo día, el Senado rechazó eliminar el fuero constitucional del presidente de la República y demás servidores públicos que gozan de esa protección, aprobada previamente por la Cámara de Diputados a propuesta de José Antonio Meade. El rechazo, además de humillar al candidato, se podría interpretar como una medida desesperada de autoprotección, para el caso de una derrota electoral, medida que fue celebrada, como un triunfo, por los senadores priistas en la casa de su líder, Emilio Gamboa Patrón. Con éstos y otros tantos errores ¿se espera que gane Meade?

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