Los jubilados de ISSEMyM demandan atención
Entre los escándalos de las campañas políticas presidenciales y la pasión que despierta el mundial de futbol, los asuntos domésticos pasan desapercibidos por importantes y delicados que éstos sean, como los problemas que enfrentan a diario los jubilados del ISSEMyM en el Estado de México.
Con el inicio del nuevo gobierno y la llegada de un nuevo director general del ISSEMyM -septiembre de 2017-, se esperaba que los servicios que presta este organismo mejoraran en algún sentido, pero la realidad de las cosas no se ha visto ningún cambio ni se percibe que haya la intención de hacerlo: su estructura administrativa sigue siendo la misma, demasiado obesa; las consultas médicas y los estudios especializados tardan meses para otorgarse; el desabasto de medicamentos en las clínicas es notorio; el negocio de las farmacias que surten los vales de medicamentos continúa como antes y los trámites para obtener una pensión siguen demorando, no meses sino años. En fin, las deficiencias y los vicios siguen siendo los mismos, sólo que con nuevos directivos.
Los pensionados que, por su avanzada edad y estado de salud debieran ser atendidos con especial esmero y contar con servicios oportunos, no lo están: sufren peor trato que los servidores públicos en activo; para lograr una consulta con el médico general, deberán levantarse a las cuatro de la mañana para poder obtener una ficha y ser atendidos por un médico general; y para tener la asistencia de un médico especialista, si lo hay, habrán de pasar muchos meses, para entonces su padecimiento habrá empeorado o desaparecido por haber muerte el paciente.
El día viernes, 1 de junio, un grupo de pensionados, todos en edad avanzada, huelga decirlo, acudieron a las instalaciones del ISSEMyM tratando de entrevistarse con el director general; obvio, no los recibió, o por no estar o por considerar que ese grupo de inconformes podría atenderlo cualquier otro funcionario de menor jerarquía. La queja que este grupo pretendía hacerle a la máxima autoridad del ISSEMyM, pareciera ser trivial para ésta, pero no para ellos, quienes por su situación demandan: suministro oportuno de medicamentos, consultas médicas cuando lo requieran y, sobre todo, no haber recibido, hasta el mes de junio, el incremento a su pensión a que tienen derecho.
De las carencias y demás deficiencias que arrastra el ISSEMyM, por ser tan constantes y persistentes, ya nos acostumbramos tanto los servidores públicos en activo como los jubilados; pero la falta de incremento a las pensiones que por lo general son exiguas, es algo que no tiene… justificación. Ahora que soy jubilado, los comprendo y puedo entender por qué, quincena a quincena, esperan ansiosos el pago de su pensión; en su mayoría, van al día; muchos para poder cobrar el 100% del su pensión prefieren que ésta no se les deposite en una cuenta bancaria, pues no pueden retirar de los cajeros una cantidad menor a 100 pesos; así de necesitados están. Por ello, insisto, el pago del incremento anual, debiera ser prioritario, como lo es en el IMSS o en el ISSTE que desde principios del año otorgan tales aumentos.
Ahora que es tiempo de ofrecimientos y promesas por estar en época de campañas políticas, los candidatos debieran tener en su agenda la atención de los problemas de los jubilados por las instituciones de seguridad social; pero no hay uno solo de entre ellos, del partido que sea, que haya vuelto su mirada hacia este sector que demanda con urgencia ser escuchado y ser comprendido, como es el caso de los jubilados del ISSEMyM, quienes ante la ausencia y el abandono de sus representantes (Unión de Pensionados y Jubilados), tratan, desde hace años de plantear sus necesidades sin que haya autoridad que los atienda.