Reflexiones y Alucinaciones

Muy cuestionada la nueva ley de seguridad social

A dos semanas de haberse aprobado de manera sorpresiva la nueva Ley de Seguridad Social del Estado de México, las inconformidades que existen en su contra siguen ocupando las primeras planas de los diarios locales. Por la forma en que ésta fue aprobada por los legisladores del PRI y sus aliados deja, en los servidores y exservidores públicos y en amplios sectores de la sociedad, la impresión de que había urgencia para aprobarse antes de que Morena se haga del control de la Cámara.

Las prisas en cuestiones políticas no suelen ser siempre lo más recomendable: de inmediato surgieron inconformidades de peso que, para quienes ahora gobiernan en la entidad, pudieran ocasionarles verdaderos dolores de cabeza: los nuevos legisladores de Morena y sus aliados, haciendo eco a las inconformidades que la nueva ley ha ocasionado, han manifestado su oposición también, advirtiendo que la abrogarán cuando ellos asuman la mayoría de la Legislatura. De darse el caso, sería una ley no nata, pues su vigencia está prevista hasta el 1 de enero de 2019.

El rechazo a este nuevo ordenamiento que terminará con las pensiones otorgadas por el ISSEMyM, no es sólo de quienes son oposición en este momento, sino de quienes han sido siempre aliados del sistema: el Sindicato de Maestros que aglutina a un poco más de 100 mil docentes, por voz de su dirigente Abraham Sarone Campos, ha expresado que no están de acuerdo con el sistema previsto en la nueva ley, es decir, con las cuentas individuales manejadas por las Afores.

El SUTEyM, el sindicato de burócratas estatales y municipales, que agrupa a cerca de 80 mil trabajadores, por conveniencia ominosa, su dirigencia ha guardado un silencio incómodo que denota complicidad evidente. Y los sindicatos de la UAEM, el Sutesuaem y el Fapauaem, por lo mismo, la indiferencia que aparentan sus dirigentes, son más que elocuentes. Todo tiene una explicación; veamos por qué.

El gobierno del Estado de México, principal aportante del ISSEMyM, no ha sido una institución cumplidora con éste: históricamente ha sido moroso en la entrega de las cuotas y aportaciones; las descuenta a sus trabajadores pero no las entera al Instituto en tiempo y en forma, causando con ello un daño irreparable a las pensiones y los servicios médicos. De acuerdo con la auditoría que refirió este medio informativo el pasado miércoles, el gobierno estatal adeuda al Instituto 378.7 millones de pesos, cantidad nada despreciable. Pero no es la única vez, su morosidad ha sido frecuente: a finales de los 80, ante el retraso del entero de cuotas y aportaciones, le entregó al Organismo, en dación en pago, unos terrenos que se ubican entre Urawa y Cinco de Mayo de la ciudad capital, donde ahora se levanta, por arreglos en lo obscurito, el nuevo y flamante edificio del SUTEyM. Por cierto, el presidente de la mesa directiva de la Cámara que aprobó la nueva ley es un exdirigente de ese sindicato, Omar Velázquez Ruiz.

Y la UAEM -¡¿nuestra máxima casa de estudios?!- no se ha quedado atrás: ha seguido los mismos pasos del gobierno estatal: a la fecha, según la misma publicación, adeuda al ISSEMyM, por los mismos conceptos, mil 300 millones de pesos. Pero tampoco es la única vez: hace años, no recuerdo cuándo, ni quién era el rector, se atrasó en el pago de cuotas y aportaciones de maestros y empleados; en pago, la Universidad le entregó al ISSEMyM los campos “Héctor Barraza”. Con el tiempo, un presidente municipal de Toluca convenció al gobernador del Estado, de cuyos nombres tampoco recuerdo, para solicitarle que esos terrenos pasaran al ayuntamiento; actualmente ahí se encuentra el parque Vicente Guerrero, donde a diario acuden los deportistas a hacer ejercicio. Sin embargo, es innegable que la falta de pago de la UAEM contribuyó al deterioro de los servicios médicos y a la desaparición de las pensiones para quienes ingresen después de enero de 2019.

Cito estos casos a manera de ejemplo, pues hay otros, tanto del gobierno como de ayuntamientos, que también han pagado las cuotas y aportaciones en especie afectando las reservas de las pensiones. De lo anteriormente referido se puede concluir que, entre otras causas, fueron las Instituciones (gobierno, municipios y organismos) las que causaron la quiebra del Organismo. Pero la conclusión a la que llego, plantea por sí misma una nueva interrogante: ¿Qué destino tuvieron las cuotas y aportaciones que no llegaron al ISSEMyM? Bien valdría la pena saberlo.

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