/ lunes 13 de agosto de 2018

Reflexiones y Alucinaciones


Rescatemos al ISSEMyM

El sistema de seguridad social de los servidores públicos del Estado de México ha sufrido, como lo he afirmado, un duro golpe: de no haber alguna reacción contraria, los servidores públicos que ingresen al gobierno estatal o a los gobiernos municipales, a partir del 1 de enero de 2019, no tendrán derecho a recibir, al término de su vida laboral, la pensión que hasta ahora otorga el ISSEMyM y que es transmisible al cónyuge supérstite; en su lugar, la pensión que reciban será la que hayan acumulado en su cuenta individual con ingresos propios y los del Estado. La causa: la falta de liquidez para seguir cubriendo las pensiones tradicionales, que no es imputable a trabajadores, ni pensionados.

De esta manera, le quitan al sistema de seguridad social mexiquense, otrora prototipo de la seguridad social en México, la parte esencial de la misma: las pensiones, que fueron las que históricamente dieron origen a los sistemas de seguridad social en el mundo; sin éstas, la seguridad social pierde su principal propósito, su razón de ser, y los servicios médicos que continuaría prestando el ISSEMyM equivaldrían prácticamente al “seguro popular”.

A estas alturas del proceso legislativo, cabe preguntarse ¿se podrá dar marcha atrás a la nueva Ley de Seguridad Social que entrará en vigor el 1 de enero de 2019 y regresar al sistema que ha sido abrogado por los legisladores del PRI y sus aliados? Los nuevos legisladores de MORENA han manifestado que echarán abajo dicha reforma. Técnicamente es posible hacerlo porque serán mayoría en la Legislatura; sin embargo, no basta con echarla abajo, si no cuentan con una alternativa distinta y viable que resuelva la crisis financiera en que se encuentra hundido ese Organismo. ¿Existe acaso esa alternativa?

Quienes poseen amplia experiencia y conocimientos sobre el tema, afirman que sí es posible, siempre y cuando exista la voluntad política del gobernante; de no haberla, será imposible rescatarlo y cualquier acción, resultará inútil. De haber voluntad política, será necesario implementar las siguientes acciones draconianas:

1. Practicar al ISSEMyM auditorías actuariales y financieras de 2000 a 2018, con la participación de una institución creíble, como la UNAM.

2. Recuperar la deuda histórica y actual de las instituciones públicas aportantes (GEM, ayuntamientos y organismos autónomos y descentralizados).

3. Cobrar puntualmente las cuotas, aportaciones y créditos diversos en los términos que la ley lo establece.

4. Someter al Organismo a una reingeniería administrativa para desaparecer áreas y funciones innecesarias del nivel central.

5. Adquirir los medicamentos directamente de los laboratorios que los producen, evitando con ello el intermediarismo.

6. Arrendar, en lugar de adquirir, equipos de imagenología de última generación (Rx, tomógrafos, mastógrafos, de resonancia magnética, entre otros) y laboratorios.

7. Fijar las cuotas y aportaciones para el servicio médico, bajo un esquema escalatorio individual, es decir, que se fije un porcentaje al servidor público y un porcentaje por cada familiar o dependiente económico que afilie. Este mecanismo evitaría el abuso y sería por demás equitativo.

8. Incrementar el pago de las cuotas y aportaciones que determine el resultado del estudio actuarial, en forma gradual para el trabajador, no así para las instituciones públicas.

9. Dejar de subsidiar las prestaciones sociales que históricamente han sangrado las finanzas del Instituto.

10. Continuar con el sistema de capitalización individual (cuentas individuales) que ya contempla la ley actual en sus artículos 115 al 131.

Acciones como éstas evitarían que desaparezcan las pensiones, pues darían verdadera solvencia y solidez financiera al ISSEMyM y harían que éste sea el mejor sistema de seguridad social del país y no como equivocadamente lo afirma, que es, el actual director general de ese Organismo, cuando defiende la nueva ley que por mayoría aprobaron los legisladores del PRI y sus aliados.

romeromisael68@gmail.com


Rescatemos al ISSEMyM

El sistema de seguridad social de los servidores públicos del Estado de México ha sufrido, como lo he afirmado, un duro golpe: de no haber alguna reacción contraria, los servidores públicos que ingresen al gobierno estatal o a los gobiernos municipales, a partir del 1 de enero de 2019, no tendrán derecho a recibir, al término de su vida laboral, la pensión que hasta ahora otorga el ISSEMyM y que es transmisible al cónyuge supérstite; en su lugar, la pensión que reciban será la que hayan acumulado en su cuenta individual con ingresos propios y los del Estado. La causa: la falta de liquidez para seguir cubriendo las pensiones tradicionales, que no es imputable a trabajadores, ni pensionados.

De esta manera, le quitan al sistema de seguridad social mexiquense, otrora prototipo de la seguridad social en México, la parte esencial de la misma: las pensiones, que fueron las que históricamente dieron origen a los sistemas de seguridad social en el mundo; sin éstas, la seguridad social pierde su principal propósito, su razón de ser, y los servicios médicos que continuaría prestando el ISSEMyM equivaldrían prácticamente al “seguro popular”.

A estas alturas del proceso legislativo, cabe preguntarse ¿se podrá dar marcha atrás a la nueva Ley de Seguridad Social que entrará en vigor el 1 de enero de 2019 y regresar al sistema que ha sido abrogado por los legisladores del PRI y sus aliados? Los nuevos legisladores de MORENA han manifestado que echarán abajo dicha reforma. Técnicamente es posible hacerlo porque serán mayoría en la Legislatura; sin embargo, no basta con echarla abajo, si no cuentan con una alternativa distinta y viable que resuelva la crisis financiera en que se encuentra hundido ese Organismo. ¿Existe acaso esa alternativa?

Quienes poseen amplia experiencia y conocimientos sobre el tema, afirman que sí es posible, siempre y cuando exista la voluntad política del gobernante; de no haberla, será imposible rescatarlo y cualquier acción, resultará inútil. De haber voluntad política, será necesario implementar las siguientes acciones draconianas:

1. Practicar al ISSEMyM auditorías actuariales y financieras de 2000 a 2018, con la participación de una institución creíble, como la UNAM.

2. Recuperar la deuda histórica y actual de las instituciones públicas aportantes (GEM, ayuntamientos y organismos autónomos y descentralizados).

3. Cobrar puntualmente las cuotas, aportaciones y créditos diversos en los términos que la ley lo establece.

4. Someter al Organismo a una reingeniería administrativa para desaparecer áreas y funciones innecesarias del nivel central.

5. Adquirir los medicamentos directamente de los laboratorios que los producen, evitando con ello el intermediarismo.

6. Arrendar, en lugar de adquirir, equipos de imagenología de última generación (Rx, tomógrafos, mastógrafos, de resonancia magnética, entre otros) y laboratorios.

7. Fijar las cuotas y aportaciones para el servicio médico, bajo un esquema escalatorio individual, es decir, que se fije un porcentaje al servidor público y un porcentaje por cada familiar o dependiente económico que afilie. Este mecanismo evitaría el abuso y sería por demás equitativo.

8. Incrementar el pago de las cuotas y aportaciones que determine el resultado del estudio actuarial, en forma gradual para el trabajador, no así para las instituciones públicas.

9. Dejar de subsidiar las prestaciones sociales que históricamente han sangrado las finanzas del Instituto.

10. Continuar con el sistema de capitalización individual (cuentas individuales) que ya contempla la ley actual en sus artículos 115 al 131.

Acciones como éstas evitarían que desaparezcan las pensiones, pues darían verdadera solvencia y solidez financiera al ISSEMyM y harían que éste sea el mejor sistema de seguridad social del país y no como equivocadamente lo afirma, que es, el actual director general de ese Organismo, cuando defiende la nueva ley que por mayoría aprobaron los legisladores del PRI y sus aliados.

romeromisael68@gmail.com

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