/ miércoles 2 de diciembre de 2020

Repique inocente | El primer tercio

Se cumplió el primer tercio de la administración del presidente López Obrador. Su nivel de aprobación es equivalente a dos de cada tres mexicanos. Pero también tiene calificaciones reprobatorias en asuntos pendientes como el de la economía o la seguridad.

El presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Andrés Manuel López Obrador —marca registrada— comenzó su tercer año de administración. Y lo hace, pésele a quien le pese, con un alto grado de aprobación popular, aunque sus resultados no sean los mejores.

Vamos por partes. Las encuestas a propósito del segundo año del gobierno de Andrés Manuel López Obrador señalan que tiene la simpatía de dos de cada tres mexicanos. El porcentaje de aprobación va del 61 al 64 por ciento en los ejercicios demoscópicos elaborados a propósito del segundo aniversario de AMLO al frente del Ejecutivo federal.

Ese porcentaje de aprobación empata con el de Felipe Calderón Hinojosa en su segundo año, supera el de Vicente Fox Quesada en ese mismo periodo y casi duplica al correspondiente a Enrique Peña Nieto, que a estas alturas ya es como la antítesis del hijo predilecto de las tierras mexiquenses.

A los de Frente Nacional Anti Amlo se les deben estar retorciendo las tripas porque la popularidad del presidente se mantenga, a pesar de que las calificaciones particulares del “preciso” en temas como seguridad, economía, y salud sean reprobatorias.

Como toda moneda tiene dos caras, para la molestia y desazón de los fanáticos del “preciso”, su nivel de aprobación esta muy lejos de los 83 puntos que llego a tener por allá de febrero de 2018. López Obrador ha caído de la gracia de 2 de cada 10 mexicanos en dos años de gobierno; de darle su aprobación incondicional han pasado al grupo de sus críticos más acérrimos.

El año próximo vienen las elecciones intermedias. Ahí es donde se podrá expresar de manera efectiva la simpatía o la antipatía hacia el presidente y su partido.

Porque las mismas encuestas que muestran una alta aprobación del presidente, indican que ha incumplido con las expectativas que los ciudadanos tenían hacia su gobierno.

47 por ciento de los encuestados piensa que está haciendo las cosas mal en materia de seguridad. 66 por ciento considera que no ha dado resultados en materia de reducción de la violencia. Otro 64 por ciento afirma que no ha dado resultados en el combate al narcotráfico y el crimen organizado.

Casi la mitad lo reprueba en su manejo económico —la aprobación es de uno de cada cuatro— y 55 por ciento considera que ha hecho ml trabajo en lo relativo a ls feminicidios.

En el balance de las encuestas, poco más de la mitad de la población está insatisfecha con las acciones y resultados de la administración lopezobradorista.

Estas encuestas son solo son expresiones enunciativas. A mediados del año entrante habrá forma de pasar del enunciado a los hechos, porque aunque López Obrador no estará en las boletas electorales, sí será una forma de los ciudadanos de ratificar el apoyo hacia su cuarta transformación o darle la espalda.

Ya terminó el primer tercio de la administración, el de tanteo, el de saber cómo están las cosas. Llega el tercio de de las acciones. Culpar a los anteriores gobiernos ya no resultará tan efectivo.

***

Director del noticiario Así Sucede de Grupo Acir Toluca.

Mail: felgonre@gmail.com. Twitter: @FelipeGlz.


Se cumplió el primer tercio de la administración del presidente López Obrador. Su nivel de aprobación es equivalente a dos de cada tres mexicanos. Pero también tiene calificaciones reprobatorias en asuntos pendientes como el de la economía o la seguridad.

El presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Andrés Manuel López Obrador —marca registrada— comenzó su tercer año de administración. Y lo hace, pésele a quien le pese, con un alto grado de aprobación popular, aunque sus resultados no sean los mejores.

Vamos por partes. Las encuestas a propósito del segundo año del gobierno de Andrés Manuel López Obrador señalan que tiene la simpatía de dos de cada tres mexicanos. El porcentaje de aprobación va del 61 al 64 por ciento en los ejercicios demoscópicos elaborados a propósito del segundo aniversario de AMLO al frente del Ejecutivo federal.

Ese porcentaje de aprobación empata con el de Felipe Calderón Hinojosa en su segundo año, supera el de Vicente Fox Quesada en ese mismo periodo y casi duplica al correspondiente a Enrique Peña Nieto, que a estas alturas ya es como la antítesis del hijo predilecto de las tierras mexiquenses.

A los de Frente Nacional Anti Amlo se les deben estar retorciendo las tripas porque la popularidad del presidente se mantenga, a pesar de que las calificaciones particulares del “preciso” en temas como seguridad, economía, y salud sean reprobatorias.

Como toda moneda tiene dos caras, para la molestia y desazón de los fanáticos del “preciso”, su nivel de aprobación esta muy lejos de los 83 puntos que llego a tener por allá de febrero de 2018. López Obrador ha caído de la gracia de 2 de cada 10 mexicanos en dos años de gobierno; de darle su aprobación incondicional han pasado al grupo de sus críticos más acérrimos.

El año próximo vienen las elecciones intermedias. Ahí es donde se podrá expresar de manera efectiva la simpatía o la antipatía hacia el presidente y su partido.

Porque las mismas encuestas que muestran una alta aprobación del presidente, indican que ha incumplido con las expectativas que los ciudadanos tenían hacia su gobierno.

47 por ciento de los encuestados piensa que está haciendo las cosas mal en materia de seguridad. 66 por ciento considera que no ha dado resultados en materia de reducción de la violencia. Otro 64 por ciento afirma que no ha dado resultados en el combate al narcotráfico y el crimen organizado.

Casi la mitad lo reprueba en su manejo económico —la aprobación es de uno de cada cuatro— y 55 por ciento considera que ha hecho ml trabajo en lo relativo a ls feminicidios.

En el balance de las encuestas, poco más de la mitad de la población está insatisfecha con las acciones y resultados de la administración lopezobradorista.

Estas encuestas son solo son expresiones enunciativas. A mediados del año entrante habrá forma de pasar del enunciado a los hechos, porque aunque López Obrador no estará en las boletas electorales, sí será una forma de los ciudadanos de ratificar el apoyo hacia su cuarta transformación o darle la espalda.

Ya terminó el primer tercio de la administración, el de tanteo, el de saber cómo están las cosas. Llega el tercio de de las acciones. Culpar a los anteriores gobiernos ya no resultará tan efectivo.

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Director del noticiario Así Sucede de Grupo Acir Toluca.

Mail: felgonre@gmail.com. Twitter: @FelipeGlz.