/ miércoles 23 de diciembre de 2020

Repique inocente | Elogio al “covidiota”


El neologismo “covidiota” apareció en las redes sociales. Se refiere a aquellas personas cuyo comportamiento durante esta pandemia demuestra signos de imbecilidad superlativa.

Para nadie es un secreto que somos el país del "ya merito".

No, no me refiero específicamente al futbol y mucho menos a la selección nacional, que siempre acaricia el quinto partido. Me refiero, por ejemplo, a que hace un cuarto de siglo acariciamos nuestra triunfal entrada al primer mundo, pero llegaron los famosos “errores de diciembre” y terminamos en medio de una crisis monumental.

También a lo que nos ha pasado con la pandemia de covid-19 —nótense las minúsculas que le pierden el respeto a enfermedad—: en el estado de México acariciamos durante varias semanas el paso al semáforo epidemiológico de color amarillo, con un descenso continuado en los casos. Hasta el secretario de Salud, Gabriel O’Shea —en esta páginas de mi periódico El Sol de Toluca— dijo hace algunas semanas que estábamos más cerca del semáforo amarillo que del rojo.

Y se nos vino de la noche a la mañana el semáforo en color rojo encendido —rojo sangre de toro, para decirlo en cierta escala de colores críptica y retrógrada— en el que nos encontramos en este momento.

El "ya merito" nos acecha. Miren que llegamos a tener un mínimo de medio centenar de casos nuevos en un día y ahora andamos en mil 100 en promedio diario.

Algunos culpan del crecimiento de la pandemia y nuestro regreso al semáforo rojo a un grupo de personas a las que han bautizado como “covidiotas”.

Para efectos de que no me caiga la Conapred, aclaro que el neologismo “covidiota” fue inventado y adoptado en las redes sociales. Y se refiere a aquellas personas cuyo comportamiento durante esta pandemia demuestra distintos signos de idiotez congénita.

Por ejemplo: a los que no utilizan correctamente el cubrebocas. A los que se burlan de los que usan cubrebocas. A los que les parece chistoso ignorar la sana distancia. A los que van a fiestas. A los que hacen reuniones masivas. A los que dicen que “de algo nos tenemos que morir”. A los que niegan la existencia del coronavirus covid-19. A los que utilizan productos milagro para protegerse de la enfermedad, aunque no están aprobadas. A los que aseguran que el covid-19 les viene guango.

También están en esta clasificación los que creen en las distintas teorías de conspiración —que la pandemia se trata de matar a los viejitos, que nos quieren infectar con la sanitización, que es una forma de control del club que administra el mundo, etcétera—, así como los que difunden información falsa y ya están descalificando las vacunas.

“Covidiota” incluye a los que dicen que el gobierno no les va a decir qué hacer para enfrentar la pandemia. A los que no van a los hospitales porque les quitan el líquido de las rodillas. A los que aseguran que los termómetros infrarrojos matan neuronas. A los que organizan bailongos. Los que sabiendo que están infectados y salen a la calle.

Y la definición tiene un etcétera más largo que mis malos pensamientos.

El arriba firmante no se atrevería a afirmar que los llamados “covidiotas” son los únicos responsables del repunte de los casos de covid-19 desde mediados de noviembre. Si hubiera que repartir culpas, probablemente a todos nos tocaría una parte. Pero los “covidiotas” están en plan fulgurante en estos días. Loa a ellos.

***

Director del noticiario Así Sucede de Grupo Acir Toluca.

Mail: felgonre@gmail.com. Twitter: @FelipeGlz.


El neologismo “covidiota” apareció en las redes sociales. Se refiere a aquellas personas cuyo comportamiento durante esta pandemia demuestra signos de imbecilidad superlativa.

Para nadie es un secreto que somos el país del "ya merito".

No, no me refiero específicamente al futbol y mucho menos a la selección nacional, que siempre acaricia el quinto partido. Me refiero, por ejemplo, a que hace un cuarto de siglo acariciamos nuestra triunfal entrada al primer mundo, pero llegaron los famosos “errores de diciembre” y terminamos en medio de una crisis monumental.

También a lo que nos ha pasado con la pandemia de covid-19 —nótense las minúsculas que le pierden el respeto a enfermedad—: en el estado de México acariciamos durante varias semanas el paso al semáforo epidemiológico de color amarillo, con un descenso continuado en los casos. Hasta el secretario de Salud, Gabriel O’Shea —en esta páginas de mi periódico El Sol de Toluca— dijo hace algunas semanas que estábamos más cerca del semáforo amarillo que del rojo.

Y se nos vino de la noche a la mañana el semáforo en color rojo encendido —rojo sangre de toro, para decirlo en cierta escala de colores críptica y retrógrada— en el que nos encontramos en este momento.

El "ya merito" nos acecha. Miren que llegamos a tener un mínimo de medio centenar de casos nuevos en un día y ahora andamos en mil 100 en promedio diario.

Algunos culpan del crecimiento de la pandemia y nuestro regreso al semáforo rojo a un grupo de personas a las que han bautizado como “covidiotas”.

Para efectos de que no me caiga la Conapred, aclaro que el neologismo “covidiota” fue inventado y adoptado en las redes sociales. Y se refiere a aquellas personas cuyo comportamiento durante esta pandemia demuestra distintos signos de idiotez congénita.

Por ejemplo: a los que no utilizan correctamente el cubrebocas. A los que se burlan de los que usan cubrebocas. A los que les parece chistoso ignorar la sana distancia. A los que van a fiestas. A los que hacen reuniones masivas. A los que dicen que “de algo nos tenemos que morir”. A los que niegan la existencia del coronavirus covid-19. A los que utilizan productos milagro para protegerse de la enfermedad, aunque no están aprobadas. A los que aseguran que el covid-19 les viene guango.

También están en esta clasificación los que creen en las distintas teorías de conspiración —que la pandemia se trata de matar a los viejitos, que nos quieren infectar con la sanitización, que es una forma de control del club que administra el mundo, etcétera—, así como los que difunden información falsa y ya están descalificando las vacunas.

“Covidiota” incluye a los que dicen que el gobierno no les va a decir qué hacer para enfrentar la pandemia. A los que no van a los hospitales porque les quitan el líquido de las rodillas. A los que aseguran que los termómetros infrarrojos matan neuronas. A los que organizan bailongos. Los que sabiendo que están infectados y salen a la calle.

Y la definición tiene un etcétera más largo que mis malos pensamientos.

El arriba firmante no se atrevería a afirmar que los llamados “covidiotas” son los únicos responsables del repunte de los casos de covid-19 desde mediados de noviembre. Si hubiera que repartir culpas, probablemente a todos nos tocaría una parte. Pero los “covidiotas” están en plan fulgurante en estos días. Loa a ellos.

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Director del noticiario Así Sucede de Grupo Acir Toluca.

Mail: felgonre@gmail.com. Twitter: @FelipeGlz.